Por Martha García
Número 34
Mucha tinta ha sido usada por críticos, políticos
y hasta caricaturistas para referirse a las desafortunadas apreciaciones
del secretario de economía Fernando Canales sobre la difícil
situación por la que pasa el empleo en el país. Lamentablemente,
detrás de tales afirmaciones se presenta una visión
de país de los actuales gobernantes y no se debe perder de
vista que en realidad tal afirmación sólo forma parte
de un conjunto de "recomendaciones" que se hacen para
superar la actual crisis económica.
Ante la sociedad se presenta una
autoridad que desconoce la problemática del empleo, y por
lo mismo es incapaz de presentar un diagnóstico correcto
y soluciones factibles. Las fuertes restricciones en el modelo económico
vigente hacen inviable las propuestas gubernamentales sin olvidar
que aún siguen pendientes los grandes cambios estructurales
que hagan viable en el futuro a México.
Una política basada en el
apoyo a unidades empresariales muy pequeñas, llamadas "changarros"
en el contexto actual sólo contribuye a la sobreviviencia
de millones de mexicanos pero no representa una estrategia de desarrollo
consistente de largo plazo, querer comparar el éxito de las
pequeñas y medianas empresas en Italia y Australia por ejemplo,
con el caso mexicano sólo ejemplifica la ignorancia sobre
esos dos casos particulares de gestión y desarrollo.
En México el problema va
más allá del discurso y la recomendación fácil,
en el país las carencias educativas constituyen el freno
a cualquier estrategia de desarrollo, es imposible pensar en alcanzar
niveles mínimos de bienestar si nuestra fuerza laboral no
tiene mecanismos para enfrentar un modelo económico que lo
segrega y excluye. En México el 75 % del mercado laboral
no ha completado la educación media superior, el 50 % de
los jóvenes entre 15 y 19 años no cursan ningún
nivel educativo, y aproximadamente 32.5 millones de mexicanos no
han concluido su enseñanza básica2.
Asumir que la gran cantidad de desempleados
generados en lo que va del sexenio son potenciales "emprendedores"
significa creer que las personas que son despedidas cuentan con
capital, financiamiento, asesoría, capacidad de gestión,
y sobretodo cuentan con un mercado potencial capaz de absorber las
ventas de este nuevo estrato económico. Ante la ceguera o
ignorancia sobre cuales deben ser las grandes fuerzas que impulsen
el desarrollo del país prácticamente se confía
en el sector terciario de la economía para jalar al resto
de la sociedad, se ignora que no existe ningún país
en el mundo que se haya desarrollado en base a la reventa comercial
y el comercio minorista.
La situación se torna preocupante
porqué vamos a la mitad del sexenio que prometió el
cambio, atrás quedaron las promesas del 7 % de crecimiento
del PIB (llevamos acumulado no más del 2%).
El modelo sigue siendo viable en
términos macroeconómicos, e incongruente en términos
microeconómicos, vivimos con una economía estabilizada
pero que definitivamente no genera empleo y por lo mismo no crece,
se ha formado un círculo en donde los precios no suben, pero
esto se debe a la falta de consumo o al gran volumen de importaciones
que presiona los precios a la baja.
Ante la falta de una política
integral de apoyo a la pequeña empresa, y la carencia de
medidas efectivas contra el contrabando y la informalidad, la política
"changarrera" sólo contribuye a la comercialización
de productos que son competencia de la economía formal y
así cerramos otro circulo vicioso de estancamiento de la
economía.
En ese sentido, observamos a representantes
de un gobierno que pretende dirigir la economía, la sociedad,
la política en base a discursos, a los problemas de marginación
indígena se les daba sólo 15 minutos para solucionarlos,
a las personas carentes de información se les congratulaba
por no leer los diarios, y ahora a las personas que sufren el drama
del desempleo se les invita a formar parte del exclusivo club de
emprendedores del país. Si toda esta serie de errores de
conducción política y económica sólo
sirviera como material de trabajo de los caricaturistas diríamos
que la banalidad cumple su fin, sin embargo, la solución
del problema fundamental se sigue posponiendo y la carencia que
se observa en cada familia se traduce en indiferencia y coraje (el
mensaje de las últimas elecciones legislativas ha sido claro)
ante las declaraciones de funcionarios de primer nivel del gobierno
que se dijo llamarse del cambio.
Notas:
2Indicadores
Educativos del INEGI y proyecciones de la matricula educativa del
Conapo
Martha
García Damián
Profesora del Departamento de Estudios Sociales
y Relaciones IInternacionales |