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Por Alejandro Díaz
y Martha García
Número 30
"Contigo en la
distancia amada mía..." versa un bolero que en 1952
en voz de Lucho Gatica iluminaba el grueso de los hogares de la
clase media de nuestro país, "Contigo en la distancia..."
le cantaba un chileno al México de cerca de 25.8 millones
de habitantes, con una densidad de población de apenas 13.1
personas por kilómetro cuadrado, con más del 50% de
la población en zonas rurales y donde a pesar del acelerado
crecimiento demográfico (3% anual) había optimismo
respecto al desarrollo económico, se hablaba de modernidad,
eran años de transición entre la administración
de Miguel Alemán y Ruiz Cortínez, periodo donde se
le otorgan los derechos políticos a las mujeres y aún
no se conocía a los niños de la calle.
Años después,
ya con un México de cerca de 90 millones de personas, 45
% en pobreza y 23 % en condiciones de pobreza extrema. Con una esperanza
de vida al nacer de 70 años y cerca de 8 millones de indocumentados
en Estados Unidos, volvemos a escuchar "Contigo en la distancia
amada mía" ahora en voz de Luis Miguel quien sobresale
en un México donde la excelencia, la calidad y la competitividad
es lugar común en la vida de los jóvenes. "Contigo
en la distancia amada mía", se escucha a principios
de la década de los 90, en 1991, 1994 y en 1997, en pleno
auge del internet y con cerca de 15 mil indígenas conformando
las bases del Ejército Zapatista de Liberación Nacional,
con declaraciones de guerra y enfrentando una de las mayores crisis
económicas de los últimos años en nuestro país.
En el ámbito político, por fin, ya tenemos oposición
y el PAN gobierna el estado de Baja California, incluso las mujeres
no sólo han ocupado altos puestos políticos, también
han tomado las calles y se han convertido en protagonistas del grueso
de los movimientos sociales y comunidades autogestionarias de nuestro
país.
La canción se
escucha en las reuniones de la Asamblea de Barrios, en las juntas
del Barzón, en los miles de taxis y microbuses que cruzan
a diario una de las ciudades más grandes del mundo -hoy la
Ciudad de la Esperanza-, en las universidades públicas que
se enfrentan constantemente a la reducción del presupuesto
estatal y al desprestigio ocasionado por parte de grupos radicales,
en los pasillos de las universidades particulares, en las grandes
fiestas donde el objetivo es la filantropía, en la fiesta
del santo patrono, en bodas y quince años, obviamente también
en las Lomas y el Pedregal de San Ángel.
No obstante, y a pesar
de los reality shows en busca de talentos y nuevos cantantes, durante
el 2002 no se había escuchado nuevamente la letra de este
bolero, sin embargo, fue nuestro presidente quien a la distancia
-en el viejo continente- en noviembre del 2002 frente a los ingleses
nos recuerda que se encuentra con nosotros y a pesar de la distancia
(amados míos) gracias al "gobierno del cambio"
tenemos el programa social denominado "Contigo" y "Oportunidades".
Y a la distancia en
conferencia magistral nos presenta un panorama que a decir de las
cifras presentadas por el propio gobierno habla de un México
diametralmente opuesto al que vivimos los cerca de 100 millones
de mexicanos, con una enorme distancia entre las cifras sobre pobreza
dadas por nuestro presidente y los millones de personas clasificadas
en el nivel de pobreza alimentaria, de capacidades y de patrimonio
que según el último informe dado por el Comité
Técnico para la medición de la pobreza en México
es de aproximadamente 54%, quizás como dice la misma canción
"el mundo parece distinto cuando no estás junto a mí".
¿Y del agro?,
afirma el presidente estamos "en paz y armonía"1,
precisamente en diciembre, un día después que maestros
e integrantes de El Barzón y de la Unión Nacional
de Trabajadores Agrícolas ingresaron en el recinto legislativo,
con tractores y a caballo con la intención de llegar hasta
el Salón de Sesiones y denunciar en plena Sesión la
profunda crisis que sufre el campo provocada por décadas
de abandono y la inminente (a decir del propio presidente Fox) liberación
arancelaria agropecuaria del TLCAN al inicio del 2003. Sin embargo,
esta situación de malestar en el campo mexicano pasa de ser
un hecho particular y podría convertirse en una peligrosa
bomba de tiempo que involucre a otros sectores precisamente en un
año electoral y de vital importancia para algunos partidos
políticos.
Iniciamos el 2003,
con programas para erradicar la pobreza, microchangarros, disputas
internas en el gabinete, con el 78% de los jóvenes fuera
de la educación superior2,
con problemas de seguridad, con leves apoyos a nuestros connacionales
en Estados Unidos, con pasividad de las autoridades federales frente
al "conflicto" TV Azteca - CNI 40, con disputas entre
los gobernadores por mayores participaciones en el reparto de las
asignaciones federales, con un clima político que genera
disputas por el poder no sólo actual, se observan ya posiciones
que sentarán las bases para el 2006. Y como si fuera poco
todo este gris panorama interno, en el frente externo las cosas
tampoco ayudan, presupuestalmente nos conviene la crisis venezolana,
y la posible guerra en Irak, pero en el contexto global aún
se anuncia la permanencia de la recesión que afectará
a nuestro comercio internacional.
En ese sentido, el
2003 se convierte en una fecha bisagra para la presente administración
y quizás permita definir los rumbos en la segunda fase del
"gobierno del cambio" que hasta ahora sólo se ha
convertido en una alternancia del gobierno.
Notas:
1
La Jornada. 11 de diciembre de 2002. primera plana.
2 El Financiero. Vienes
13 de diciembre de 2002
Alejandro
Díaz y Martha García
Profesores de tiempo completo de los departamentos
de Economía y Estudios Sociales respectivamente del ITESM
Campus Estado de México, México |