Por Octavio Rojas
Número 38
En
la primera parte de este ensayo se presentó una rápida
visión de la situación actual de México, de
cara a establecer cuáles son los principales retos de comunicación
de cara a la elecciones presidenciales de 2006.
La intención de esta parte
y de las subsecuentes es identificar las dificultades y oportunidades
que los tres grandes partidos están enfrentando y tendrán
que solventar para alzarse con la victoria en dicha justa electoral.
Comenzaremos con el Partido Revolucionario
Institucional, seguiremos con el Partido de la Revolución
Democrática y el Partido Acción Nacional, para terminar
con una reflexión de otros actores que determinarán
en buena medida la evolución de las campañas políticas
y del resultado final que llevará a una persona, y sólo
a una, a la presidencia de la México en el 2006.
Mi intención es presentar
una voz neutral, desde un punto de vista puramente profesional,
para documentar el devenir de algunos acontecimientos que han ocurrido
y pueden ocurrir en el ámbito de la comunicación en
los próximos tres años.
No comparto el desprecio de algunos
por el “marketing político”, sino que reinvindico
la necesidad de la sociedad de establecer espacios comunes con los
partidos políticos, espacios que se den de manera fundamental
a través de la comunicación.
Además, después de
los escándalos ocurridos recientemente en el país,
es importante intentar determinar la influencia que tendrán
sobre el trascurrir de la actividad política del país,
y de manera especial, con miras a la elección presidencial
de 2006.
Por el momento, el estudio Omnibús
Parametría más reciente1
indica una mejora de la preferencia electoral para el PRI y su personaje
más conocido (Roberto Madrazo), mientras que su adversario
mejor posicionado sufre un serio bajón (Andrés Manuel
López Obrador – PRD) y el candidato del partido en
el poder, aunque sube un poco, no logra despegar (Santiago Creel
– PAN).
Candidato
|
Noviembre
2003
|
Marzo
2004
|
Diferencia
|
Andrés Manuel López
Obrador - PRD
|
45%
|
33%
|
Baja 12% |
Roberto Madrazo - PRI
|
28%
|
37%
|
Sube 9% |
Santiago Creel
- PAN
|
27%
|
30%
|
Sube 3% |
Partido
|
Noviembre
2003
|
Marzo
2004
|
Diferencia
|
PRD
|
29%
|
24%
|
Baja 5% |
PRI
|
32%
|
40%
|
Sube 8% |
PAN
|
34%
|
31%
|
Baja 3% |
Los datos aquí mostrados
son respuestas efectivas de dicho estudio, es decir, eliminando
las no respuestas. Aunque también hay que estimar que aún
existe un 14 por ciento de indecisos, con un nivel de confianza
estadística del 95%.
Además, tal y como ha sucedido
en los últimos meses, hay tantos eventos que aún pueden
suceder que se antoja prematura tomar estos datos como concluyentes,
aunque sí reflejan un cambio de tendencia con respecto a
lo que se venía midiendo en encuestas pasadas.
Introducción
Cuando el PRI perdió
las elecciones presidenciales del 2000, los partidos de la hasta
entonces oposición lanzaron las campanas al vuelo, anticipando
una rápida descomposición del “régimen”
que había gobernado al país durante más de
70 años.
A tres años de aquel acontecimiento,
el tricolor –como se le conoce a este partido en México
por tener los tres colores de la bandera mexicana en su logotipo-
no sólo no se ha desintegrado, sino que tiene posibilidades
reales de volver a obtener la Presidencia de la República.
Si bien aún quedan algunas
regiones dominadas por auténticos caciques que someten con
mano de hierro su territorio, el PRI se está acostumbrando
-de manera extraordinariamente rápida para un partido de
sus características- al juego democrático.
La actuación de un organismo
independiente encargado de la organización de los procesos
electorales de primer orden, reconocido como garante de elecciones
limpias y con una capacidad sancionadora demostrada, así
como un entramado legal desarrollado a lo largo de décadas
y una mayor conciencia de los medios de comunicación y de
la sociedad en su conjunto, han ido poniendo límites a actuaciones
indeseables que protagonizaban algunos elementos del gobierno emanado
de las filas priístas.
En su momento se comparó
al PRI con los regímenes políticos de Europa del Este.
También por este motivo se esperaba que, una vez fuera del
poder, desapareciera, como ocurrió con los partidos comunistas
de varios países al caerse el muro de Berlín.Pero
México no está en Europa del Este, ni el PRI vivió
una debacle que lo borró del mapa electoral.
Si bien la tendencia de votos obtenidos
por este partido ha ido en franco descenso en las elecciones de
la última década, sigue manteniendo altas expectativas
en algunas regiones de importancia en número de sufragios
e influencia regional.
Además, aún se mantienen
algunas estructuras territoriales que hacen que pueda tener presencia
en todo el país, frente a una débil representación
del PAN y el PRD en algunas zonas de vital importancia electoral.
Esto lleva a pensar que, bajo ciertas
condiciones, el PRI puede dar una sorpresa en los próximos
comicios a nivel federal.
Posicionamiento
Antes de la derrota
del 2000, el PRI y el gobierno emanado de sus filas intentaron reposicionarse
frente a la opinión pública mexicana a través
de diversas campañas de comunicación sobre temas que
influían negativamente en su imagen como jefes de estado
y partido gobernante.
Sin embargo, estos esfuerzos propagandísticos
fueron fuertemente contestadas por los partidos de oposición
y por la sociedad en su conjunto, diluyendo su efecto y afectando,
sino que inhibiendo, de forma definitiva la aceptación de
los mensajes que pretendían lanzarse.
Al mismo tiempo que se difundían
estas grandes campañas por los medios, diversos acontecimientos
iban minando la posición y credibilidad del entonces “partido
en el poder”. Crisis económicas recurrentes, el surgimiento
de grupos armados en el sur del país, el asesinato de un
candidato presidencial de su partido, una inseguridad ciudadana
galopante, luchas constantes entre sus filas, así como todo
tipo de escándalos por corrupción que se quedaban
sin resolver, disfrutando sus responsables de total impunidad ante
los ojos coléricos de la población.
Todo esto fue lastrando el camino
del PRI hasta llegar a la designación del candidato que contendería
en las elecciones del 2000, frente a dos adversarios de la oposición
conocidos y bien valorados por extensas capas del electorado.
En un intento por retomar la agenda
mediática y lanzar al que fuera designado su aspirante, combatiendo
la imagen de falta de democracia interna -uno de los aspectos más
negativos del partido-, el PRI organizó una elección
interna en la que participaron personajes de larga y reconocida
trayectoria.
Si bien dicho proceso fue denunciado
como un “montaje” por los partidos contrincantes, logró
el importante objetivo de proyectar al electorado una imagen de
un partido que “estaba cambiando”.
Sin embargo, Francisco Labastida
Ochoa y su equipo no pudieron ni supieron mantener y, sobre todo,
aumentar y transformar en adhesiones, la atención mediática
y la simpatía que el partido había obtenido con la
organización del proceso de elección interna.
El resultado, ya todos lo conocemos:
Vicente Fox ganó, sacando al PRI, después de más
de 70 años, del poder presidencial, pero conservando una
mayoría en la Cámara de Diputados, lo que obligaba
al nuevo gobierno a la negociación de acuerdos para sacar
adelante sus propuestas de gobierno.
Ahora, después de tres años
fuera de Los Pinos, el PRI está gestionando sus mensajes
como lo que es: uno de los principales partidos en la oposición.
Los ejes argumentales que articulan
el discurso priísta son2:
• Primero la justicia social
• Educación para la justicia social
• Economía para todos
• Decisiones a tu alcance
• Nuestra participación en la vida internacional
• Los recursos del mañana
• Por un gobierno que funcione
• Una mirada hacia adelante
La primera prueba de este nuevo
posicionamiento fueron las elecciones federales de 2003, en la que
el PRI refrendó su mayoría en la cámara de
diputados e incluso recuperó votos que en el 2000 se habían
decidido por otra opción política. En este sentido,
se puede decir que el partido ha acertado en su nuevo posicionamiento.
Pero el PRI no puede olvidar que
una elección intermedia como la del 2003 se ve influenciada
no sólo por la propia oferta de un partido, sino también
por:
• Desgaste del partido en
el poder (el PAN, en este caso)
• Desmovilización / Abstencionismo del electorado
ante una elección a la que considera menos importante
Aún no se puede decir que
el electorado responderá positivamente a sus tradicionales
propuestas (las mismas que cuando estaba en el poder no fueron cumplidas),
pero quizás su reclamo de tener un “gobierno que funcione”,
aunado a una invitación para “mirar hacia delante”
pudieron haber influido según sus previsiones.
Además, no puede menospreciar
el hecho de que su alianza con el PVEM le funcionó extraordinariamente
en los estados de México, Chihuahua, Nuevo León, Sonora
y San Luis Potosí.
Ahora, esa alianza puede volverse
en contra suya, pero eso lo veremos más adelante en este
artículo en un apartado especial.
Proyecciones electorales
Si bien el número
absoluto de votantes del PRI en los últimos comicios federales,
solo o en coalición, fue menor con respecto al de 2000, en
el marco del modelo electoral vigente en nuestro país, con
los resultados de la votación de 2003 el PRI hubiera ganado
la elección presidencial si ésta posición hubiera
estado en juego en esta contienda.
Elecciones
Federales |
PRI |
2000 |
13.707.778 |
2003 |
9.804.043 |
Fuente: IFE.org.mx
Con este marco de referencia, se
puede decir que una baja participación de los electores en
los comicios de 2006 puede allanarle el camino al PRI para reconquistar
la primera magistratura del país.
A menos de tres años de que
se celebre dicha justa electoral, es difícil establecer porcentajes
que representen los diversos escenarios posibles, pero se estima
que una participación menor del 60% harán muy probable
la victoria priísta.
Estados clave
Como se explicó en
la primera parte de este ensayo3,
7 estados de la República Mexicana representan más
del 50% del electorado. Es innegable que los partidos que estén
gobernando dichas entidades tendrán una ventaja estratégica
para refrendar su triunfo en las elecciones de 2006.
Para el PRI, los casos de 3 de estas
7 entidades (nos referimos a los estados de México, Nuevo
León y Distrito Federal) han sido ejemplares. El primero,
por haber conservado la gobernatura en un ambiente adverso; el segundo,
por haberlo recuperado de manos del PAN, y el tercero, por prácticamente
haber desaparecido del mapa electoral frente al PRD.
El Estado de México
• 125 municipios
• 45 Distritos Electorales Locales
• Existen 5,930 secciones electorales
El Estado de México está
dividido en tres grandes áreas: Oriente, conformada por los
municipios más poblados: Ecatepec y Nezahualcóyotl;
Norponiente, integrado por los municipios más industrializados:
Naucalpan, Atizapán y Tlalnepantla, y el valle de Toluca,
que reúne a la zona rural del poniente mexiquense.
Las preferencias electorales se reparten entre
los tres partidos mayoritarios, pero no hay duda que la zona más
amplia del estado, la zona rural, ha sido y es de predominio priísta,
mientras que los municipios claramente de clases medias urbanas,
como Naucalpan, Atizapán, Tlalnepantla, entre otros, son
panistas, y algunas de las zonas más populares como Chalco,
Chimalhuacán, entre otros, son perredistas.
El PRI ha buscado recientemente
el reposicionamiento de su imagen a partir de situaciones que,
no siendo estructurales a su funcionamiento y organicidad, den
idea de cambio. El proceso estudiado, que se hizo aparecer ante
la opinión pública como inhibitorio del tradicional
dedazo, significó, ante algunos segmentos electorales,
un síntoma de reforma de los procedimientos políticos4.
La elección interna para
determinar el candidato a gobernador del Estado de México
del partido en las elecciones de 1999 fue más que un “lavado
de cara”, y marcó un sonoro éxito que hizo albergar
esperanzas a los propios priístas sobre sus posibilidades
en la carrera presidencial.
Frente a dos candidatos de la oposición
que fueron considerados cartas fuertes por sus partidos, el gran
reto del PRI en la elección para gobernador del Estado de
México era lograr notoriedad para su candidato, poco conocido
en aquel momento por el gran electorado.
El lanzamiento del anuncio con el
slogan “Los derechos humanos son de los humanos, no de las
ratas” causó inmediata polémica, ya que llegaba
de manera directa a una de las mayores preocupaciones de los mexiquenses
y puso en el mapa de la noche a la mañana a un desconocido
Arturo Montiel.
A pesar de las acusaciones de irregularidades
en el mismo proceso interno y en el día de la elección,
el triunfo del priísta abrió un camino que podría
ser tomado como base para el partido en futuras contiendas electorales.
De hecho, la estrategia de dureza para la delincuencia del priísmo
mexiquense se mantuvo en el proceso electoral de 2003 con buenos
resultados para el partido, en esta ocasión en alianza con
el PVEM, institución que añadía un elemento
“ecologísta” más amable a la propuesta
del tricolor5.
Esto a pesar de que en la plataforma
electoral nacional no se destacó el tema de la inseguridad
y el endurecimiento de las condenas (incluida la pena de muerte).
Si bien el Estado de México
no es un espejo totalmente fiel de lo que acontece en el resto del
país, sí se ha establecido como un gran reducto de
votos para el PRI y en un espacio de pruebas para algunas estrategias
que el partido quiere implementar a nivel nacional.
El tricolor puede cometer un gran
error en el Estado de México si sus luchas internas se agudizan
en pos de la candidatura a gobernador, como parecen presagiar los
movimientos para nominar a Carlos Hank Rhon, frente a Isidro Pastor6
.
Además, la influencia de
un Distrito Federal bajo dominio del PRD no se concretó en
2003 como se pudo haber esperado, dada la alta popularidad de Andrés
Manuel López Obrador, pero eso no quiere decir que en 2005
y 2006, cuando ya se perfilen seriamente los candidatos a la presidencia,
dicho influjo no se dé.
Aunque, a la luz de los acontecimientos
recientes y si las tendencias negativas para el perredismo se mantienen,
dicha influencia puede ser positiva para el tricolor.
Nuevo León
• 51 municipios
• 11 Distritos electorales locales
• Existen 2.114 secciones electorales
El caso de Nuevo León refleja
la hipótesis planteada en cuanto a que una baja participación
del electorado y una buena organización del partido le devuelven
al PRI una plaza perdida.
Así, mientras que en la elección
de 1997, que ganó el PAN con una participación del
64%, en la de 2003, el tricolor recuperó la gobernatura en
el marco de una alta abstención, ya que sólo fuero
a votar el 54% de la lista nominal7.
Mauricio Fernández Garza
(PAN) fue derrotado por José Natividad González Paras
(Alianza Ciudadana, formado por PRI, PVEM, Fuerza Ciudadana y PLM)
con una ventaja de más de 20 puntos porcentuales.
Para el triunfo de González
Parás fueron clave:
• La unidad del PRI
• La debilidad de su principal contendiente causada por la
división del PAN
• Una campaña de bajo perfil político, más
centrada en acusaciones personales
• La discutida gestión del gobernador Fernando Canales
Clariond
• La baja participación del electorado neoleonés
Sobre el primer punto, vale recordar
que la contienda interna para la selección del candidato
a gobernador no resultó en división del PRI, sino
en un cierre de filas en torno a Gonzáles Paras. Así,
sus contrincantes encontraron espacios destacados en Nuevo León:
Ricardo Canavatti Tafich, acabó ganando la alcaldía
de la capital del estado: Monterrey; Abel Guerra Garza y Eloy Cantú
Segovia fueron nombrados Secretarios de Obras Públicas y
de Desarrollo Económico, respectivamente, mientras que Romeo
Flores Caballero es Coordinador Ejecutivo del Programa de Vinculación
Estratégica Regional del Noreste y con Texas.
La debilidad de la candidatura de
Mauricio Fernández Garza se debió en gran medida a
la división del partido debido a las antiguas discusiones
nunca solucionadas en el interior del PAN de Nuevo León.
Además el electorado neoleonés
no vio con buenos ojos que las pugnas del partido se confundieran
con pleitos familiares, ya que Mauricio Fernández llego incluso
a enfrentarse a su hermana Alejandra8,
antigua dirigente estatal, y a sostener un litigio en plena campaña
electoral con su primo Alberto Garza Santos9
.
A todo lo anterior hay que sumarle
las polémicas opiniones del propio Fernández Garza
en torno a la legalización de la droga y otros temas que
causaron controversia.
En el marco de una posición
de franca ventaja del candidato priísta, la estrategia en
términos de comunicación para gestionar su ventaja
fue la idónea.
• Reactiva, ante los ataques
del adversario. Restándole importancia a las arremetidas
del candidato panista y evitando un debate a dos en el que se
exponía innecesariamente.
• De reforzamiento a su percepción de político
con trayectoria. Promoviendo un mayor acercamiento al vecino estado
de Texas y con la propuesta de la creación de una nueva
secretaría dedicada a la seguridad.
Además, presentarse como
candidato de la “Coalición Alianza Ciudadana”,
diluyó la presencia del PRI y benefició al perfil
del candidato.
Para fortuna del candidato priísta,
la campaña en medios de comunicación tuvo un bajo
nivel de contenidos políticos, centrándose más
en descalificaciones personales que contribuyeron no sólo
a reforzar su posición, sino a desmovilizar a los votantes
panistas, quienes, presos del desencanto, no asistieron a las urnas
a refrendar su apoyo a Acción Nacional.
Todo lo anterior hay que situarlo
en el marco de una discutida gestión del gobernador Fernando
Canales Clariond, cuya administración fue severamente criticada
por su ineficiencia, pero sobretodo por su pasividad ante un incremento
en la violencia y los asesinatos asociados al narcotráfico.
La salida de Canales Clariond para
ocupar la Secretaría de Economía del gobierno de Vicente
Fox, en lugar de ayudar al PAN, desbrozaron el camino al triunfo
de la Alianza Ciudadana, ya que este cambio fue percibido como un
abandono del estado por parte del gobernador.
En suma, la conjunción de
aciertos por parte del PRI y de errores por parte del gobierno neoleonés
y del PAN de aquel estado, resultaron en la recuperación
para el partido tricolor de uno de las entidades federativas más
importantes del país, con repercusiones que irán más
allá del ámbito regional, alcanzando un influencia
en todo el país.
Distrito Federal
• 16 Delegaciones Políticas
(en el D.F. no hay municipios)
• 40 Distritos electorales locales
• Existen 5,534 secciones electorales
Para el PRI, el Distrito Federal
se ha convertido en su mayor desafío en términos político-electorales.
Tras haber perdido la elección de 1997 a manos de Cuauhtémoc
Cárdenas, el partido ha entrado en caída libre de
las preferencias ciudadanas despareciendo de posiciones importantes
en el gobierno de la ciudad, quedándose sin delegados y convirtiéndose
en la tercera fuerza política dentro de la Asamblea del DF
tras las elecciones de 2003.
El Distrito Federal es vital para
el PRI y para el resto de los partidos políticos, porque
es el centro neurálgico del país: donde vive el presidente
de la República, donde están las sedes del Congreso
y el Senado, así como del poder judicial, de los partidos
políticos y de los principales medios de comunicación.
Por este motivo, lo que ocurre en la capital del país tiene
notoriedad y repercusión a nivel nacional.
Desde un punto de vista electoral,
es la segunda fuente de votos, tan sólo por detrás
del Estado de México, con cerca del 12 por ciento del total
del censo.
La derrota de Alfredo del Mazo en
1997, auténtico peso pesado del partido durante dos décadas,
significaron un avance de lo que sería la derrota del PRI
en la carrera presidencial de 2000.
Más aún, la debacle
protagonizada por Jesús Silva Herzog en 2000, que llevó
al PRI del segundo al tercer puesto en el Distrito Federal, se ha
profundizado aún más durante la gestión de
Andrés Manuel López Obrador, retrocediendo a un raquítico
11,77 por ciento.
¿Qué ha sucedido para
que el PRI perdiera una plaza tan importante como el Distrito Federal?
Y, más aún, ¿qué sigue ocurriendo para
que no levante cabeza?
En el caso de Alfredo del Mazo,
lo que produjo su derrota fue:
• Cuauhtémoc Cárdenas.
El candidato perredista aceptó la candidatura de uno de
los estados en los que era más conocido, cambió
de talante y comenzó a lanzar propuestas muy ambiciosas.
• El desgaste del gobierno y del PRI acentuado fundamentalmente
a partir de la aparición del EZLN, el asesinato de Colosio
y la gran crisis económica ocurrida en 1994.
• La actuación de Ernesto Zedillo. El Distrito Federal
sufrió como ningún otro estado el vacío de
liderazgo que antes ejercía el presidente en turno en el
seno del PRI y al que Zedillo renunció a nivel nacional.
• El propio candidato y su campaña. Del Mazo llegó
con un déficit de credibilidad que no pudo contrarrestar
con una campaña millonaria en medios que nunca llegó
a calar entre la población defeña.
• La organización del PRD. Si hay algún estado
en donde se haya organizado una fuerza política-electoral
para apoyar a los candidatos del sol azteca, ese ha sido el DF,
en donde nacieron las “Brigadas del Sol” propuestas
por el hoy jefe de gobierno de la ciudad, Andrés Manuel
López Obrador.
Mientras tanto, Jesús Silva
Hérzog llevó al PRI a una posición marginal
debido a varios factores:
• La división del
PRI. Surgido de un proceso de selección interno que fue
impugnado dentro del propio partido, la credibilidad de Silva
fue languideciendo a la par que su lugar en las encuestas.
• El efecto Fox. La enorme movilización que provocó
las elecciones presidenciales a favor del PAN hizo que este partido
acabara superando al PRI, desbancándolo del segundo lugar
en el DF.
• Las figuras de Rosario Robles y Andrés Manuel López
Obrador. La correcta gestión de ambos líderes del
PRD, una en el gobierno del DF y el segundo en la presidencia
nacional del partido, ayudaron a mantener la plaza para el partido
del sol azteca.
Los grandes retos para el PRI en
el DF son reconstruir una base de electores que se alejaron del
partido por diversos motivos, mantener la unidad interna y la designación
de candidatos que sean vistos con buenos ojos por la población
de la capital del país.
Aunque esto puede parecer evidente,
no lo ha sido para el partido, provocando que sus constantes errores
lo hayan sumado en la insignificancia política en el DF.
Para lograr salir de este marasmo,
es necesario la renovación de un discurso político
proveniente de figuras con credibilidad y trayectoria, que logren
contener los impulsos internos del partido. La estrategia a nivel
local para el partido de cara al próximo encuentro electoral
tiene que pasar por la supervivencia, la consolidación y
el relanzamiento de sus opciones.
Una previsión errada puede
costarle muy caro al PRI en una plaza que puede definir no sólo
su persistencia en las últimas filas del plano político
defeño, sino la ambición de recuperar la presidencia
de la República en 2006.
El cambio de las tendencias electorales
en el Distrito Federal debe de tomarse con cautela por el PRI, quien
debe hacer un trabajo político y de comunicación de
fondo, centrado más en trasmitir sus propias propuestas,
antes que en la descalificación personal del adversario.
Otros retos, peligros y
oportunidades
Las alianzas con
el PVEM
Como ya hemos visto a lo largo de
este artículo, la alianza del PRI con el Partido Verde Ecologista
de México en varias elecciones a nivel local les redituó
a ambos enormes beneficios electorales.
Después de haber apoyado
en el triunfo de Vicente Fox, el PVEM se deslindó del partido
blanquiazul y comenzó a apoyar algunas candidaturas del PRI
aportando sus dos principales características: ecologismo
y una nueva generación de políticos que no habían
sido asociados con los males del pasado.
Sin embargo, la trasmisión
de un video en el que se ve al presidente del PVEM, Jorge Emilio
González Martínez, negociando 2 millones de dólares
en una presunta gestión los permisos de un desarrollo turístico
en Cancún, ha venido a trastocar el escenario en el que la
alianza entre ambos partidos podía ser oportuna para el PRI.
Aunque Roberto Madrazo, actual presidente
del partido, ha optado en un primer momento en mantener esta alianza,
pensando en las inminentes elecciones para gobernadores de varios
e importantes estado, el PRI podría tomar otra decisión
al ver los resultados de estas contiendas electorales.
Además, durante el desarrollo
de las acciones emprendidas por la PGR y el IFE, se promoverá
una imagen de corrupción que el tricolor aún lucha
por quitarse de encima.
La decisión adoptada podrá
causar más daños que beneficios para el PRI y su estrategia
de comunicación podrá ser insuficiente para contrarrestar
el costo político que su asociación puede provocarle.
Pemexgate
Al igual que con
el caso anterior, la gestión del escándalo del Pemexgate
por desvíos de la paraestatal del petróleo hacia el
PRI, en el que la opinión pública ha percibido que
se ha mantenido impune, seguirá trayendo consecuencias graves
para la imagen del tricolor.
La descalificación de las
instancias que juzgaron el ilícito, la presentación
del caso como producto de una conspiración y la incapacidad
para reconocer con claridad el problema y tomar una decisión
definitiva, han ocasionado que se continúe asociando al partido
con la corrupción y la impunidad.
Uno de los objetivos inaplazables
para el PRI y para todos los partidos políticos mexicanos
debe ser el combate a estas dos lacras para el país, no sólo
por cuestiones meramente electorales, sino por una ética
política que se tendría que configurar no sólamente
por la posibilidad de la posibilidad de un escándalo ante
los medios de comunicación, sino como una práctica
cotidiana en el interior de los institutos políticos y con
un estricto seguimiento por parte de organismos reguladores independientes
y con funciones claras, ajenas a cualquier revanchismo político.
Atentado del gobernador
de Oaxaca, José Murat
Si hay un caso que puede poner
como ejemplo cómo una mala gestión de la comunicación
puede hacer daño al PRI –eso sin mencionar la preocupación
que genera entre la sociedad-, es la forma en cómo el gobierno
priísta de Oaxaca se enfrentó a los medios ante el
condenable atentado sufrido por el gobernador de la entidad, José
Murat.
La notable incapacidad de su equipo
para dar una información rápida y coherente a los
medios oaxaqueños y a la sociedad mexicana no han hecho sino
crear un estado no deseable de enrarecimiento, no sólo del
ambiente político, sino de las condiciones en las que las
autoridades tienen que trabajar para garantizar la seguridad de
los ciudadanos.
La manifiesta ineptitud de Carlos
Velasco, responsable de comunicación social del gobierno
oaxaqueño, quien debería ser el primero en solicitar
mesura a los medios hasta que las investigaciones arrojaran sus
primeros resultados oficiales, llegó a un grado sorprendente
al decir: "Un atentado a un político, donde se debe
investigar es en el ambiente político".
Si bien en los primeros momentos
reinó la confusión sobre si el gobernador había
sido alcanzado o no por las balas -afirmándolo en un segundo
y desmintiéndolo en otro- esto no es motivo para comenzar
a lanzar hipótesis que no fueran líneas de investigación
oficiales, y, aún así, las averiguaciones deberían
mantenerse con reserva por lo reciente de los hechos, sino incluso
bajo secreto de sumario para no entorpecerlas ni forzarlas en ningún
sentido.
Se ha visto que en las primeras
horas posteriores al atentado, ya se daba por hecho de que se trataba
de un “crimen de estado”, comparándosele con
los casos de Colosio y Posadas. Incluso se ha llegado a acusar al
gobernador de preparar un autoatentado por no se sabe qué
intereses políticos de cara a la elección local que
se realizará durante este año.
Esta última acusación
se hace sabiendo que hay dos escoltas del gobernador heridos por
el atentado, uno de ellos muy grave.
La mala gestión de la comunicación
ha podido agrandar una crisis que a las pocas horas ya estaría
bajo control. Sin embargo, a partir de ahora y hasta la celebración
de las elecciones, la gestión del gobernador y la de su equipo
de gobierno será puesta en duda.
A todo esto hay que aunarle una
percepción con la que cargará el gobernador, y hasta
cierto punto el PRI, más allá del momento en el que
se conozca la verdad sobre la autoría del atentado: la incapacidad
de gestión propia y de sus colaboradores, presos del nerviosismo
y el miedo.
Un responsable de su nivel no puede
caer preso del descontrol, debiendo trasmitir en todo momento el
dominio sobre su persona para ser solvente frente a la ciudadanía
que le ha dado su confianza y cuyas decisiones sobre su seguridad
y otros ámbitos de su vida les afecta directamente.
Si él y su equipo no pueden
controlar una situación desgraciada, pero abarcable por su
alcance, poco se puede esperar de su reacción cuando suceda
un problema de mayor magnitud.
Los ”videoescándalos”
Hay que tener en
cuenta la posibilidad de que en los meses venideros nuevos videos
mostraran las miserias de algunos políticos -algunos de ellos
priístas- en las pantallas de los hogares de los mexicanos.
Ante esta amenaza real, el primer
compromiso que tendría que adquirir el PRI frente a la sociedad
sería una lucha seria en contra de la impunidad y adelantarse
a separar del partido a cualquier persona implicada en actos ilegales.
Quizás éste sería
el trago más amargo que tendría que pasar el partido,
ya que hay indicios de que un gran número de sus líderes
tienen un pasado de señalamientos y acusaciones por actos
de corrupción y otros delitos. Pero no hacerlo es extender
la pésima percepción que amplias capas de la población
continúan teniendo del PRI y, por encima de todo, colaborar
efectivamente en la perpetuación de la impunidad.
Un correctivo a tiempo podrá
fortalecer la opción priísta, ante la posibilidad
de que nuevos escándalos irrumpan en el peor momento para
el partido, incluso en medio de la campaña presidencial,
una vez elegido al candidato y sin capacidad de reacción
posible.
Este es un escenario posible y no
tomar cartas en el asunto sería un verdadero suicidio político
para un partido que quiere recuperar el poder en el 2006 y que,
de no lograrlo, vería peligrar seriamente su viabilidad como
agrupación política en los próximos años.
El papel de los jóvenes
y los mayores10
El PRI tendrá que incidir
activamente en aquellos jóvenes que irán por primera
vez a sufragar y que no han vivido su juventud con un presidente
emanado de las filas del tricolor. Aproximadamente, más de
9 millones de personas votarán por primera vez en la elección
presidencial de 2006. Su participación será determinante
para definir la victoria de uno u otro candidato.
De la misma manera, habrá
más de 4 millones de mexicanos mayores de 60 años,
quienes están siendo cortejados políticamente por
los líderes de otros partidos y que, ante el envejecimiento
de la población y del aumento de la esperanza de vida, se
convertirán en un nicho de votos nada desdeñable para
los fines electorales de todos los partidos.
Utilización de los
símbolos mexicanos
Aunque ha sido un tema promovido
por los partidos políticos opuestos al PRI desde hace años,
el partido tricolor puede esperar una nueva demanda para que deje
de utilizar los tres colores (verde, blanco y rojo) de su logotipo.
Si esta iniciativa cobrara fuerza
y al final se viera obligado a cambiar su imagen, este partido tendría
ante sí otro enorme reto para recuperar el reconocimiento
de su “marca” entre una población que desde hace
más de 70 años asocia su logo con los tres colores
de la bandera, con las connotaciones positivas que esto conlleva:
nacionalismo y patriotismo.
“Balcanización”
del PRI
Quizás una de las principales
amenazas del PRI es una posible “balcanización”,
es decir, una disgregación de grupo orientados por intereses
diversos que no se mantengan cohesionados en el seno del partido.
Si ha sido evidente que la unidad
del tricolor ha sido uno de los pilares fundamentales en sus victorias
recientes, la división sólo vendrá a disminuir
sus posibilidades de éxito en las inminentes citas electorales,
pero muy especialmente en la campaña electoral del 2006.
En este marco, la defenestración
de Elba Esther Gordillo y de su grupo como líderes del grupo
priísta en el Cámara de Diputados, y la reacción
de importantes figuras del partido solicitando su expulsión
puede ser la antesala de dicha balcanización.
Colofón
Roberto Madrazo,
Beatriz Paredes, Elba Esther Gordillo, Arturo Montiel Rojas, Miguel
Alemán Velasco, Manuel Angel Núñez Soto, Tomás
Yarrington Ruvalcaba, Juan Millán Lizárraga, Patricio
Martínez García y Enrique Jackson han sido mencionados
para ocupar la candidatura para las elecciones para presidenciales
de 2006.
Aunque haya nombres que puedan parecer
menores o poco conocidos, ante la serie de acontecimientos que han
sorprendido a la sociedad en los meses más recientes, no
se puede descartar a ninguno e incluso se podrían sumar más
nombres que se irán “autodestapando” en los próximos
meses.
Cada precandidato tiene sus propias
dificultades, pero también oportunidades que únicamente
uno o una puede aprovechar. El PRI, como se le conoce hasta ahora,
tiene frente a sí quizás la última oportunidad
de volver a la primera magistratura del estado, porque una nueva
derrota electoral tendrá que significar un cambio radical
del partido... o su desaparición definitiva.
Si el tricolor establece una estrategia
de comunicación en línea con una serie de cambios
reales y de fondo en algunas de sus más discutidas actuaciones,
puede hacer lo que nadie pudo imaginar después de su derrota
en el 2000: volver a la Presidencia de la República en el
2006.
Notas:
1
PARAMETRÍA – Omnibus Parametría de encuestas
en viviendas – 4 marzo 2004
2 Consejo Político Nacional
del PRI - Plataforma electoral. Proyecto nacional con rumbo:
Hacia la nueva mayoría legislativa para la defensa de la
Constitución y el desarrollo con justicia ––
13 de enero de 2003
3 ROJAS ORDUÑA, Octavio
- Los retos de comunicación para las elecciones presidenciales
de 2006. 1ª parte– Razón y palabra - Diciembre
2004 / Enero 2004. <http://www.razonypalabra.org.mx
/anteriores/n36/orojas.html>
4
LOZANO ROSILES, Andrés
– Un nuevo PRI – Política y pensamiento
de la Fundación Arturo Rosenblueth – 2000 -
<http://www.rosenblueth.mx/fundacion/
Numero05/politicapensamiento05_PRI.htm>
5 Alianza para todos - Consulta
por tu seguridad. Consulta sobre la pena de muerte y la cadena perpetua
–– Febrero 2003 - <http://www2.primex.org.mx/fla/r_consulta.swf>
6 Revista Proceso – Edomex:
El peso del profesor – Proceso 1423 – 15 de febrero
de 2004 -
<
http://www.proceso.com.mx/registrado/exclusivas.html?eid=21778>
7
Fuente: Comisión Estatal
Electoral del Estado de Nuevo León
<http://
www.cee-nl.org.mx>
8
LA REVISTA PENINSULAR. “El espejo panista”. 21 de Julio
de 2000. <http://www.larevista.com.mx/ed561/info2.htm>
9
RIVERA, DORA. “Alberto
Garza Santos acude a declarar; lo alegra derrota de Mauricio Fernández”.
Milenio diario. 9 de Julio de 2003.
10 Fuentes: Instituto Nacional
de Geografía, Estadística e Informática <http://www.inegi.gob.mx>
y Consejo Nacional de Población <http://www.conapo.gob.mx>
Referencias:
Alianza para todos - Consulta
por tu seguridad. Consulta sobre la pena de muerte y la cadena perpetua
–– Febrero 2003 - www2.primex.org.mx/fla/r_consulta.swf
Consejo Político Nacional
del PRI - Plataforma electoral. Proyecto nacional con rumbo:
Hacia la nueva mayoría legislativa para la defensa de la
Constitución y el desarrollo con justicia ––
13 de enero de 2003
LOZANO ROSILES, Andrés
– Un nuevo PRI – Política y pensamiento
de la Fundación Arturo Rosenblueth – 2000 - <http://www.rosenblueth.mx/fundacion
/Numero05/politicapensamiento05_PRI.htm>
La Revista Peninsular - “El
espejo panista”. 21 de Julio de 2000. <http://www.larevista.com.mx/ed561/info2.htm>
Revista Proceso – Edomex:
El peso del profesor – Proceso 1423 – 15 de febrero
de 2004 - http://www.proceso.com.mx/registrado/exclusivas.html?eid=21778
RIVERA, DORA - “Alberto
Garza Santos acude a declarar; lo alegra derrota de Mauricio Fernández”.
Milenio diario. 9 de Julio de 2003.
ROJAS ORDUÑA, Octavio
- Los retos de comunicación para las elecciones presidenciales
de 2006. 1ª parte – Razón y palabra - Diciembre
2004 / Enero 2004. <http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n36/orojas.html>
Fuentes de datos electorales
PARAMETRÍA – Omnibus Parametría de encuestas
en viviendas – 4 marzo 2004
Instituto Federal Electoral - <http://www.ife.org.mx>
Comisión Estatal Electoral del Estado de Nuevo León
- <http://www.cee-nl.org.mx>
Fuentes de datos poblacionales
Instituto Nacional de Geografía,
Estadística e Informática- <http://www.inegi.gob.mx>
Consejo Nacional de Población - <http://www.conapo.gob.mx>
Octavio
Isaac Rojas Orduña
Consultor especialista en Comunicación
y Gestión Política, |