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2005

 

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Miramedia

Precocinados Informativos de Navidad

 

Por José Manuel de Pablos y Concha Mateos
Número 42

Cada año vuelve por navidad en España un conocido turrón –muy promocionado– que explota publicitariamente esa idea sentimental de que la navidad sirve para reunir a las personas que se quieren. Las personas que se quieren, si están unidas o se reúnen, en realidad es gracias al amor que se tienen, no por la navidad, pues, sin ese amor, ni la navidad ni ningún decreto-ley podría unirlas; sin embargo, al margen del artificio que contiene esa idea comercial de la navidad, lo cierto es que la cita festiva (religiosa o mercantil) produce la repetición cada año de las mismas liturgias informativas.

Al final de 2004, el titular del gobierno de España es un partido distinto al que disfrutaba esa titularidad a finales de 2003. El PSOE de Rodríguez Zapatero lleva nueve meses tomando decisiones de gobierno y las presenta como garantías de diferencia respecto a la gestión del PP de Aznar. Entre las primeras medidas que tomó para esta diferenciación, después de sacar a las tropas españolas de una guerra ilegal, estuvo la de encargar a un comité de expertos que formulara una propuesta para la reforma integral del ente público de la radio y la televisión españolas (RTVE).

La falta de pluralidad informativa de los telediarios de la cadena pública, especialmente los del primer canal, TVE 1, estaban siendo objeto de denuncia desde múltiples foros: profesionales de la propia cadena, de otros medios, partidos, sindicatos, la Unión Europea… Esto, que puede parecer una toma de posición crítica y subjetiva, ha quedado corroborado por una sentencia judicial. Por primera vez en España, una televisión era condenada por sentencia del Tribunal Supremo, acusada de censura y falta de imparcialidad.

TVE 1 en sus telediarios se había convertido en TVE Aznar: seguía no sólo la agenda del presidente Aznar con detalle y gran despliegue de medios, sino también su ideario, su argumentario, sus sesgos y sus escenificaciones vacías de interés general.

El menú informativo de las vacaciones de navidad de 2003 se llenó de asuntos que por no sabemos qué criterios periodísticos parece ser que copaban las preocupaciones y la realidad del país: anécdotas sobre los robots que recorrían la superficie del planeta Marte, anécdotas sobre los reyes magos de Oriente –que hablaban antes las cámaras en directo: ¡viva el periodismo!– y anécdotas, que no noticias, sobre un meteorito que recorrió los cielos españoles en la tarde previa a la fantasiosa noche de reyes. También la magia de la lotería y la magia de la cocina navideña. Cómo se ve, asuntos clave para el ejercicio del pensamiento democrático y la transparencia gubernamental...

Por supuesto que esas anécdotas no llenaban por sí solas el menú informativo de navidad. Había otros ingredientes. Básicamente de dos tipos: actuaciones de Aznar y catástrofes sufridas por el mundo, especialmente por el mundo pecador, preferentemente árabe o, en general, ese mundo poblado de seres raros que son raros porque no hablan castellano ni americano bushiano con acento aznarista, es decir, personas sospechosas en general por ‘no hablar en cristiano’.

El terremoto de Bam (Irán) copó la apertura de los servicios informativos durante varios días, gracias a un equipo enviado especial que transmitía en directo todos los días una información que no evolucionaba: siempre centrada en el desastre, la catástrofe, la ruina, los gritos de dolor, muchos gritos, gente descompuesta y desesperada. Una información que se podría haber hecho sin un equipo en directo, pues los periodistas allí desplazados se limitaron a repetir un prejuicio teatral de catálogo de gritadores que nunca fueron entrevistados con la mínima dignidad informativa.

Este vicio dramatizante de los enviados por la televisión del PP a Bam es fácil de comprender, no obstante: la desgracia ajena es un menú informativo muy eficaz en términos de propaganda, sobre todo si es desgracia ejemplar, desgracia del enemigo que puede servir como escarmiento y argumento de disuasión. Desgracia ajena, en cualquier caso, muy útil para tapar la desgracia propia. Desgracias de mirar para otro lado, en suma.

En Irán sufría terremoto gente extraña y en Irak el presidente de gobierno, José María Aznar, felicitaba a las tropas españolas a las que había visitado por sorpresa, al día siguiente de haberlas felicitado también por videoconferencia. Los malos recibían castigos y los buenos recibían a Aznar.

Los telespectadores de TVE, la televisión pública de este estado parlamentario que aún no es república, ya no reciben un menú informativo tan colmado de adiestramiento cosmológico sobre la lógica del castigo y el premio. Pero hay cosas de las que no se libran. El menú de desgracias vuelve a casa por navidad, y otra vez desgracias en el mundo no cristiano. El seísmo con epicentro en la isla de Sumatra (Indonesia) ha afectado también a Sri Lanka, India, Bangladesh, Tailandia, Maldivas y Malaisia. Occidente busca a sus turistas navideños. Y Zapatero, también ha dado videoconferencia a los militares españoles que están en el extranjero.

Pero… el menú viene aliñado con distinta salsa. Esta vez, al cumplirse el aniversario de la tragedia en Bam (Irán), al menos Televisión Española ha entrevistado a iraníes, gente que no habla castellano ni cristiano, pero que son técnicos, que dicen cosas razonables, que están ocupados en poner remedio y tienen conocimiento de soluciones. La nueva salsa permite apreciar que también en Irán hay personas así, aunque el año pasado la televisión de Aznar sólo mostrase personas gritando con ademanes descompuestos.

Otra novedad de la salsa es que este año el presidente de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha conformado con felicitar sólo una vez a las tropas, simplemente por videoconferencia, sin visita sorpresa –que no cogió de sorpresa a los cámaras de TVE 1 cuando fue Aznar, porque le siguieron por todas partes–. Además, este año también se ha hablado de las tropas que andan por la Antártica, en misiones científicas. Esto último inquieta un poco, pero, al menos, el menú va variando. No hay que perder la esperanza de que la dieta algún día pueda ser realmente saludable.

Otra novedad de esta salsa informativa la hemos encontrado, no en la prensa, que es inmaculada, sino en la revista La Clave, que dirige José García Abad, autor últimamente conocido por mucho público gracias a un libro sobre el rey Borbón. La revista abre con una gran fotografía del rey Juan Carlos montado en una espléndida moto Harley Davidson, con dos banderitas a su popa (de la moto), una de España y otra de la barra y las estrellas. El texto habla de los regalos que recibe el rey Borbón y de la normativa que está a punto de aprobar el Gobierno socialista para impedir que los gestores públicas puedan recibir regalos que dobleguen su voluntad. En ese texto se revela una salsa informativa que nunca ha estado al alcance de los paladares del público lector: la colección de vehículos regalados o “cedidos” al Borbón por las empresas fabricantes.

La salsa informativa mejora, sin duda, pero aún quedan muchos huesos que roer sobre la distribución de privilegios a costa de lo que llamamos el pueblo. El rey, de momento, queda fuera de esta ley.


Dr. José Manuel de Pablos Coello
Catedrático de Periodismo, Universidad de La Laguna, España. director del Laboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis, LATINA
Dra. Concha Mateos Martín
Investigadora del Laboratorio de Tecnologías de la Información y Nuevos Análisis, LATINA, España.

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