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Por Martha García
Número 40
Hace poco más
de un mes en México, asistimos a la Marcha por la paz,
considerada por muchos como la mayor concentración por parte
de las clases medias en la historia de nuestro país, en donde
no cabe la menor duda que además de ser la de mayor asistencia,
también fue la más promocionada por parte de los medios
de comunicación. Por días enteros las notas se dividían
por un lado entre asesinatos, padres, hermanos e hijos denunciando
maltratos y secuestros ante la indiferencia de las autoridades;
y por el otro, el rechazo evidente del Gobierno del Distrito Federal
ante la convocatoria, pasando obviamente por discusiones acaloradas
por parte de los comunicadores sobre la pertinencia de asistir o
no a la multicitada marcha.
¿Y después de la marcha
qué? fue la pregunta con la que iniciaron un día después
la mayoría de los noticieros, obviamente sin restar importancia
a la noticia de que en ese día también hubo robos
de autos a mano armada en el centro del país.
Y entre el festejo por el cumpleaños
y aniversario de boda del presidente Fox, el “Comic número
3” de López Obrador y la salida de Big Brother del
representante del Partido Verde Ecologista en el Congreso, parecía
que no pasaba nada y volvía la monotonía a los noticieros,
aun cuando por primera vez en México, una mujer de un partido
de oposición ganó las elecciones estatales (la tercera
por la vía de las urnas).
No obstante, ocho días de
Marcha por la paz, encontramos en los diarios de mayor
circulación las siguientes frases: “Durazo: amenaza
al país el futurismo de Fox y Sahagún” (La Jornada);
“Durazo usa argumentos de AMLO para dejar a Fox” (Crónica);
“México: renuncia el cuarto portavoz del presidente
Fox” (CNN en español); “Crisis en el gabinete:
deja Durazo círculo foxista” (Reforma).
Es cierto, que un cuarto portavoz
renuncie es preocupante, pero que su extensa misiva (rollera, a
decir de nuestros alumnos) ponga a temblar a la “clase política”
de nuestro país, nos parece excesivo y obviamente preocupante,
no por la falta de liderazgo de nuestro gobernante o por las aspiraciones
de la primera dama, sino porque parecería que el
mensaje de López Obrador es correcto, “en un país
de fantasías, lo mejor son las historietas”.
Y nuevamente en los medios de comunicación
se repetió “n” veces la nota del día,
la renuncia de Durazo, del ex Secretario Particular y ex Vocero
Presidencial, que con su renuncia nos dice “superó
uno de los mayores dilemas éticos de su vida”, qué
bueno que lo superó. La pregunta obligada sería entonces,
¿por qué tardo tanto tiempo en superar aquello que
quizá inició desde mayo del 2000, seis días
después de renunciar al PRI e incorporarse a la campaña
de Vicente Fox? Sus motivos, a decir del propio Durazo, “No
hay condiciones propicias para la candidatura presidencial de la
Primera Dama, ciertamente el país ha avanzado políticamente;
tanto que está preparado para que una mujer llegue a la presidencia
de la República; sin embargo, no está preparado para
que el Presidente deje a su esposa de Presidenta”. Tiene razón,
y más de uno coincidimos con él, en México
luchamos para que el dedazo, el tapado o el elegido fuese
historia, que La Herencia sólo fuese un libro en
el que Jorge Castañeda nos describiera la historia de la
sucesión presidencial de los últimos cuatro sexenios
priistas y que El estilo personal de gobernar fuese cosa
del pasado.
Sin embargo, por qué creer
ciegamente en cuestiones éticas y de lealtad de un ex priista,
de un ex miembro del gabinete panista y quizá futuro miembro
de otro partido político; por qué enrolarnos en asuntos
básicos de la política de nuestro país vía
politiquería. Me parece que la respuesta la podríamos
obtener de los índices de educación en México
y de los datos que la propia Secretaria de Gobernación nos
proporciona a través de la Segunda Encuesta Nacional
sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas.
A decir de la Encuesta1,
ante la pregunta de ¿qué tan seguido acostumbra leer
noticias de política en el periódico? El 42% de los
entrevistados declararon nunca leer noticias de política2,
ante la pregunta ¿en su comunidad hay algún problema
que le interese principalmente a usted ayudar a resolver? el resultado
fue que 2 de cada 5 entrevistados no identifican ningún problema
que les interesaría solucionar en su comunidad. Y ante la
pregunta ¿qué tan de acuerdo o en desacuerdo está
usted con las siguientes frases? “Un funcionario público
puede aprovecharse de su puesto siempre y cuando haga cosas buenas”,
la respuesta fue que el 48% de los encuestados está de acuerdo,
donde los encuestados con nivel educativo de primaria y secundaria
estuvieron más de acuerdo con dicha afirmación. Parafraseando
la pregunta y el resultado podríamos concluir ¿que
el 48% de los encuestados aceptarían que el presidente dejara
a su esposa de presidenta, siempre y cuando haga cosas buenas? ....
Quizá la misma encuesta nos ayude a explicar por qué
en las elecciones para gobernador en Oaxaca hoy nos encontramos
con un resultado “muy cerrado” entre el ex priísta
Gabino Cué y el priísta Ruiz, entre bloqueos de carreteras,
manifestaciones violentas e incluso un vergonzoso autoatentado.
Si a ello agregamos que al evaluar
la calidad de los sistemas educativos, según el Reporte
de competitividad global 2003-2004 del Foro Económico
Mundial, México se ubicó en el lugar 74 de 102 países
y fue rebasado por naciones con economías más débiles,
como Uganda, Ghana, Serbia, Zimbabwe, Kenia y Jamaica, al igual
que Colombia (posición 61) y Brasil (78), uno con problemas
de narcotráfico y guerrillas, el otro con más de la
tercera parte de sus 170 millones de habitantes por debajo de la
línea de pobreza. Evidentemente con estos estándares
en educación me parece obvio el resultado que nos presenta
la encuesta sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas
de la SEGOB.
Frente a la pregunta de un querido
amigo ¿qué pasa en tu país? ¿qué
pasa en la décima economía mundial? ¿dónde
quedan los grandes problemas .... dónde quedan las grandes
soluciones? Lo único que podría decir, es que ante
el nivel de pobreza y desigualdad en que se encuentra nuestro país3,
600 pesos mensuales en un tarjeta y una historieta pueden hacer
la diferencia. También la diferencia la hacen quienes en
forma desmedida quieren continuar en el poder, quienes no explican
ni dan razones de su aparente precandidatura (aun cuando se “auto
descarten” o pidan que lo den “por muerto” o “sólo
si la ciudadanía se lo pide”). Sobre todo, la diferencia
la podríamos hacer quienes superamos los niveles de primaria
y secundaria, y aceptamos que un diputado deje su trabajo por más
de 40 días para “jugar” en la casa más
famosa de México. La diferencia estaría también
en quienes leen solo los titulares y siguen pensando en un México
que se debate entre la extrema derecha y la izquierda revolucionaria.
Finalmente, solo puedo decir que
quizá ocurre lo que describe Saramago en Ensayo sobre la
ceguera, habría que buscar entonces aquel que aun conserva
la vista para que nos describa, qué esta pasando en nuestro
país.
Referencias:
1Conociendo
a los ciudadanos mexicanos. 2003 Principales resultados. Segunda
Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas
Ciudadanas de la SEGOB. Fundación Este país. Octubre
2003
2La mitad de las mujeres entrevistadas
declaró nunca leer noticias de política al igual que
el tercio de los hombres.
3Según datos de la Secretaria
de Desarrollo Social, más de la mitad de la población
se encuentra en pobreza, y la desigualdad en México (con
un coeficiente de Gini de 0.52) es mayor que en países más
pobres como Nigeria, Kenia o Bangladesh.
Mtra.
Martha García Damián
Profesora del departamento de Estudios Sociales y Relaciones Internacionales,
ITESM Campus Estado de México,
México. |