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2005

 

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IFE Vs. Adultos Mayores

 

Por Enriqueta Rivera
Número 45

En estos tiempos electorales (para gobernador del Estado de México en México) y pre-electorales (hacia el 2006, para presidente de los Estados Unidos Mexicanos) son foco de atención las campañas y discursos de los candidatos y precandidatos, pues se desea saber – antes de tiempo- quiénes serán los contendientes, y ganadores.

Quizás por ello, sea necesario hacer una invitación a los Publiconsumidores inteligentes a escuchar y observar los discursos, verbales y no verbales de un organismo fundamental en México para asegurar, en cierta medida, un camino a la democracia vía el ejercicio del voto. Estamos hablando de Instituto Federal Electoral, en México.

Un instituto que ha significado mucho para nosotros los mexicanos, por tener aciertos algunos años atrás, en el mantenimiento del respeto al voto en los procesos electorales; un organismo que ahora está en la mira porque se esperan – o se desean- procesos electorales que promuevan mejores condiciones de vida, a pesar y con los diferente actores políticos y no políticos.

El Instituto Federal Electoral (IFE), ha modernizado sus campañas para promover el voto ciudadano, una cultura política que rebase el ejercicio del voto, trabajando con niños y aprovechando las bondades de los medios de comunicación, desde inscribirse al Padrón Electoral hasta actualizar sus datos en cada ocasión que se cambie de domicilio para que su credencial de identificación sea efectiva.


Imagen tomada de <http://www.ife.org.mx>

Es en este momento, en que en nuestro país está por iniciar una serie en la televisión donde la Familia Casillas es la protagonista, invitando a reflexionar sobre las imágenes que se están difundiendo de los somos los ciudadanos mexicanos, preguntarse quiénes están en primer plano y a quienes se les ha olvidado. En concreto, analizamos la campaña para recoger la credencial con fotografía.

La secuencia en televisión presenta a una joven feliz que realiza su trámite para obtener su credencial de elector, y tarda en recogerla, pasa el tiempo de tal forma que podemos observar en la foto de la credencial como es que ella se envejece.

Por supuesto hay una relación estrecha entre el envejecimiento y el paso del tiempo, sin embargo llama la atención que conforme pasa el tiempo y envejece también su rostro se va transformando de sonrisa a una tristeza, además de las arrugas y el cabello entre gris y blanco, despeinado.

¿Acaso una persona joven siempre está sonriente y arreglada, y una persona adulta mayor es triste y olvidada de si misma?

Es una enorme pregunta si consideramos que la población adulta mayor, representa, primero algunas cifras:

De unos 8 millones de personas con 60 años y más en México, casi 80 por ciento carece de pensión, mientras 45 por ciento no tiene derecho a los servicios médicos de las instituciones de seguridad social, afirmó Verónica Montes de Oca Zavala, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México, y consideró que ante los graves problemas que enfrentan los adultos mayores, incluidas las enfermedades crónico-degenerativas, es necesario establecer un plan nacional gerontológico. La población adulta mayor representa 7.5 por ciento del total del país, y se espera que en 2020 llegue a 15 millones de personas. Actualmente la esperanza de vida de los mexicanos con 60 años y más es de 21.86 años adicionales (Sin pensión, 80% de 8 millones de ancianos en México: especialista, 2004).

Haciendo una prospectiva:

La conjugación de estos factores hará que la tasa de crecimiento de las personas de la tercera edad alcance niveles inéditos en la historia demográfica del país, y se mantenga por arriba de 4 por ciento anual entre 2012 y 2023, mientras que el volumen actual se duplicará hacia 2021 y nuevamente para 2043. En el transcurso, la proporción que representan de la población total irá también en constante ascenso: a 12.5 por ciento en 2020, 20.2 por ciento en 2035 y 28.0 por ciento en 2050, cuando sean 36.2 millones de adultos mayores (CONAPO, 2005).

Fueron ellos, en su época de juventud y adultez, los que trabajaron muchos años para que nuestro país -a pesar de los fracasos- siga en pie de lucha por el desarrollo del país, de forma concreta podemos decirlo, para poder sobrevivir un día, teniendo presente la cantidad de mexicanos que viven en la miseria. Es claro que la situación presente es histórica, no buscamos 'culpables coyunturales'.

Es acaso esta población síntoma de “la modernidad” que invade la vida cotidiana, negándoles una pensión digna, un trabajo remunerado ¿hasta el cariño de algún ser querido? Cuántos de nosotros, apenas pasamos los 35 años y el sistema empieza a poner 'peros' para no contratar o invertir en nosotros, claro que se habla de la situación de México en concreto, porque existen muchas excepciones. El caso de los adultos mayores representa un reto inmediato pues siguen siendo personas activas, con una experiencia invaluable y no un mueble que debe moverse de lugar sólo cuando se hace la limpieza.

No es posible, que un Instituto que marca una línea de Democracia desde el ámbito gubernamental en nuestro país, sea eco de una concepción poco amorosa –en el sentido Humano- de los adultos mayores, y que la difunda por uno de los medios de comunicación más poderosos de hoy día, aún en su página de Internet muestra fotografías de personas jóvenes dejando de lado a toda la otra diversidad poblacional que nos representa.

Por supuesto que los jóvenes son importantes, son fundamentales para la consolidación o puesta en marcha de proyectos sociales equitativos, democráticos, amorosos, porque –como diría un intelectual de los setenta– los acontecimientos muestran que nuestra generación ha fracasado en el intento. Pero también es cierto, que el derecho a votar y la relevancia de esta acción – siendo ciudadanos - no conoce edades, o al menos, no debería ser de esa forma.

En un contexto mayor, es imperioso mencionar las obsesiones del ser humano por lo puro, y por evitar el envejecimiento, llegando al grado de desfigurar el rostro de una de las creaciones de la Naturaleza. El miedo a envejecer invade todos los espacios,

Tenemos muchas contradicciones, como aquella costumbre de tomar fotografías a los niños de la calle, a los indígenas, a los ancianos ahora los adultos mayores sólo cuando queremos representar la diversidad poblacional para promover alguna política o mostrar el lado exótico de México.

Los adultos mayores son y fueron personas productivas cuya vida no termina cuando deja de trabajar, el retiro laboral no es un retiro de los hechos vivenciados, presentes y futuros, son personas can capacidad de raciocinio, con sentimientos, y aunque algunos lo consideren pasado 'de moda', con un sentido de patriotismo que ya quisiéramos tuvieran algunos de nuestros representantes, sin importar su filiación política.

Como no es posible afirmar, que nuestros jóvenes mexicanos, por ser jóvenes son felices, cuidados en su imagen y sonrientes; también existen aquellos que se observan en la calles, en su diario andar tristes, meditabundos, con un futuro que no tiene rostro ni dirección.

Por qué no aprovechar el medio de comunicación y al mismo Instituto Federal Electoral para promover una cultura de respeto a los adultos mayores pues no hay nación que se conciba sin ellos, es necesario reconocer que la población tiene cada vez mayor presencia e incidencia en el aprovechamiento de los recursos del país y que su voto es valioso para el desarrollo del país. Pero cabe señalar que eso no significa que se esté de acuerdo en utilizarlos como bandera para promover ideas y acciones como si el sólo mencionarla fueran una realidad concreta, para beneficio de todos. Comprar el voto no es parte de la Democracia.


Referencias:

CONSEJO NACIONAL DE POBLACIÓN, México
<http://www.conapo.gob.mx/prensa/2005/042005.pdf>. Comunicado de prensa 04 / 05. México, D. F., 27 de febrero de 2005
INSTITUTO FEDERAL ELECTORAL, México <http://www.ife.org.mx>
"Sin pensión, 80% de 8 millones de ancianos en México: especialista". La Jornada, México D.F. Viernes 27 de agosto de 2004


Mtra. Enriqueta Rivera
Catedrática del ITESM, Campus Estado de México y de la UNAM, México.

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