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Por Claudia Quintero
Número 26
En el principio sólo
existía el caos pero Superman vino, y creó los cielos
surcados por hombres y mujeres voladores y las tierras infinitas
de historias alucinadas. (Superman fue el primer superhéroe).
Sin él, no existirían ni Batman, ni Spider-Man, ni
los X-Men, ni Spawn -ni siquiera Goku- (claro que alucinar que no
pasó lo que pasó es onanismo dialéctico, pero
sirve para justificar esta sección). Aquí, diversos
artículos dedicados a sus orígenes.
(OcRam,1999)1
Si atendemos
a la explicación que Teun van Dijk2
ofrece sobre la noción de ideología en su acepción
y función más neutral y más general, entonces
una forma de especificar a los mitos3
sería como un sistema de creencias que sirvió a grupos
y a sus miembros como una guía para la organización
y para el manejo de sus metas, de sus prácticas sociales
y de toda su vida social diaria, todo con el fin de subsistir, aunque
-continuando con las nociones de ideología, creencia y conocimiento
de van Dijk- para los miembros de estos grupos, el mito, como un
sistema de creencias, era la representación de hechos cotidianos
observables, por lo que en su interpretación el mito fue
"conocimiento" respecto a su entorno, no solo ideología.
Bajo las argumentaciones
que sobre el mito demostraron Freud y C. G. Jung (la lógica,
los héroes y las hazañas del mito sobreviven en los
tiempos modernos refugiadas en el inconsciente individual y colectivo),
Joseph Campbell (1949)4 analiza
y explica, a través de variadas referencias mitológicas
sujetas al psicoanálisis, que las grandes coincidencias en
las mitologías de los grupos culturales más diversos
(la partida, la iniciación, la apoteosis y el regreso como
componentes esenciales de la aventura del héroe) se deben
a la posibilidad de que representen creaciones naturales de la mente
humana que los pueblos ágrafos llegaron a utilizar conciente
y satisfactoriamente para resolver los dilemas de su tiempo (utilizaron
al mito como conocimiento del mundo), pero que más tarde
la sociedad occidental -encaminada por el pensamiento científico-
racionalizara, enviando a estos sistemas de significación,
que antes pertenecían a una colectividad conciente de ellos,
hacia el inconsciente individual. Para Campbell, el mito como precepto
fue desacreditado a partir del desarrollo de la ciencia: El hombre
moderno no se guió más por el mito para interpretar,
representar y por tanto para tomar las decisiones materiales de
su existencia porque el pensamiento científico suplió
al pensamiento primitivo, como en cierta forma lo explicó
Claude Lévi-Strauss en Mito y Significado (1999)5.
Aún así, Campbell argumenta que ha sido gracias al
inconsciente individual y colectivo que se ha logrado reproducir
una y otra vez en las leyendas, en las tradiciones y en los rituales
de todos los pueblos del mundo el "monomito"6,
ese sistema de significación colectivo que es "creencia"
común al hombre de todos los tiempos y lugares.
El mito es, ante todo,
una estructura narrativa que forma parte del patrimonio colectivo.
Los especialistas de la Antigüedad reconocen que los diversos
registros mitológicos mientras dejaron de ser objeto de convicciones
y fundamento de religión se han transformado a través
de la historia de los pueblos en obras literarias o cuentos folclóricos
siguiendo de esta manera activos. Los pueblos no creyeron más
en los mitos, pero tampoco se les apreció menos. Las estructuras
mitológicas de origen han cambiado eventualmente su discurso
de acuerdo con nuevas modalidades de inserción textual. Las
modalidades de inserción en las que se ve reproducido un
mito determinarán también el grado de su deconstrucción
y de su inclusión en una realidad sociohistórica determinada.
Una de las modalidades
de inserción contemporánea en la que es evidente la
manifestación del mito es la narrativa del comic-book7
de superhéroes. Aunque no es posible aplicar el término
estrictamente mitológico a los personajes fantásticos
del comic-book (en el sentido que lo entiende la etnología
y la ciencia de las religiones), sí se les puede reconocer
como un producto de la cultura popular que ha reactivado los relatos
arrojados por los grandes mitos egipcios, griegos, escandinavos
y de los pasajes bíblicos del Génesis. Existen claros
indicios en sus contenidos que aparentan ser la actualización
de los relatos mitológicos, por ejemplo, los nombres y las
virtudes de muchos de los personajes de las compañías
Marvel y D.C hacen referencia explícita a los
de las figuras homéricas del pasado: Thor, Medusa, Cyclos,
Tritón, La Mujer Maravilla (quien tiene por origen el Olimpo)
y Flash (quien posee el casco alado de Hermes). Aunque estos personajes
-que no son los creadores, pero los conservadores del orden en el
mundo- no se apeguen en sus aventuras a la estructura detallada
de la narración de origen, sus hazañas no son menos
fabulosas pues se reproduce de manera privilegiada en ellas la representación
simbólica de los valores y creencias de un pasado mitológico
determinado por el contexto social y cultural que implica la sociedad
moderna.
Es en parte al poder
simbólico del discurso mitológico deconstruido en
el cómic de superhéroes que el género y la
industria de la historieta norteamericana comienzan a crecer comercialmente,
pues el mito apela a ciertas creencias y a ciertos valores que aún
prevalecen en la cultura contemporánea. El "poder cultural"
que adquirió el comic-book de superhéroes como manifestación
de la cultura popular recayó, y recae aún, en la significación
o en el poder simbólico que trae el enunciar la existencia
de héroes mito, semidioses que colectiva e inconscientemente
se necesitan para guiar bajo un contexto de crisis.
Notas:
1
"OcRam" es el seudónimo
de un ciberfan del personaje Superman de los comic-books. El texto
introduce a la sección que OcRam dedica en su página
web para hablar sobre la génesis de este personaje. La página
web que él diseña para "honrar" a su personaje
favorito es una especie de "culto", como puede connotarse
en el tratamiento que le da al breve párrafo en el que justifica
la importancia de este superhéroe sobre otros. Disponible
en: <http://www.geocities.com/Area51/Labyrinth/1588/superman.html>
2 van Dijk, T. (1998). Ideology.
London: SAGE Publications.
3 El compendio de historias anónimas
que narran el origen del mundo, del hombre y de la sociedad mediante
relatos específicos a cerca de dioses o súper hombres
(semidioses).
4 Campbell, J. (1997). El Héroe
de las Mil Caras. Psicoanálisis del mito (3ª. ed.).
México: Fondo de Cultura Económica.
5 Lévi-Strauss, C. (1999).
Mito y Significado (5ª. ed.). México: Alianza
Editorial.
6 El monomito es la estructura
narrativa compuesta por acciones claras que le son atribuibles al
héroe: La partida, la iniciación, la apoteosis y el
regreso.
7 Es en 1934 cuando nace y se
comercializa el concepto de comic-book con Famous Funnies.
La revista es distribuida en los kioscos de revistas causando un
fenómeno único en los anales del noveno arte norteamericano:
La gente comienza a comprar por 10 centavos una selección
de las variadas historietas dominicales que son publicadas en los
periódicos. El comic-book comienza a imponerse poco a poco
ante la historieta de la prensa y en 1935 The National Periodical
Publications concibe New Fun Comics, el primer fascículo
que propone historias originales, seguida dos años más
tarde por Detective Comics, el primer comic-book consagrado
a un tema preciso. Su éxito es tal que su editor, DC Comics,
conserva las dos primeras letras en su nombre.
Mtra.
Claudia Quintero
Docente del Departamento de Comunicación
del ITESM, Campus Guadalajara, Jal., México |