Por Carlos Silva
Número 39
A pesar de los esfuerzos
de los países latinoamericanos por hacer más eficientes
sus redes de Internet, los Estados Unidos continúan siendo
el principal polo del tráfico de la región. En el
mediano y largo plazo, los mercados latinoamericanos de Internet
estarán más impactados por las condiciones que los
países negocien con operadores de Estados Unidos que por
los esfuerzos dedicados a atender la interconexión de operadores
dentro de un mismo país.
Tales afirmaciones están
sustentadas en el estudio Intra regional Internet connectivity
still a pending assignment, próximo a publicarse y que
compara el estado de los esfuerzos de 10 naciones latinoamericanas
por contar con una infraestructura de Internet propia, sin depender
de interconexiones en los Estados Unidos.
Otros hallazgos que son destacables
del estudio son:
Brasil cuenta con fronteras con
otros 10 estados y es una nación clave en el esfuerzo de
integración comercia que representa el MERCOSUR. No es de
sorprender que sea la nación líder en número
de conexiones y ancho de banda instalado para interconectarse a
otros países de la región y la ruta Argentina y Brasil
es probablemente la de mayor tráfico entre dos países
latinoamericanos. Con todo lo anterior, el ancho de banda que Embratel
(el operador de la red dorsal de Internet más grande del
país) dedica a conectarse con sus vecinos es solo el 1% del
total de su ancho de banda internacional, Estados Unidos el 98.5%
y Portugal el 0.5% restante.
Cuba y Chile son los únicos
países en la región (y de los pocos que podría
haber en el mundo) que cuentan con regulaciones expresas para forzar
a los proveedores de Internet a conectarse.
Ecuador es el único país
con puntos públicos de intercambio de tráfico donde
se conectan la mayoría de los proveedores en al menos dos
localidades geográficamente diversas, la mayoría de
los países centralizan su tráfico en sus capitales
creando potenciales puntos únicos de falla.
México es el único
país donde la interconexión de redes se da vía
acuerdos privados exclusivamente, sin hacer uso de un punto neutral
de intercambio de tráfico, el cual erróneamente se
ha concebido muchos países como requisito para que ocurra
la interconexión. Su posición geográfica se
traduce en ventajas económicas para los operadores que sin
embargo, no han tenido un efecto en la penetración de servicios
en la población, la cual es porcentualmente más baja
comparada con Argentina y Brasil.
De forma general puede concluirse
que:
* La interconexión de redes
dentro de Latinoamérica ha sido una respuesta de mercado
a los altos costos del ancho de banda hacia EU y se ha dado en el
marco institucional que proveen las cámaras de las industrias
relacionadas. En Chile donde hay regulación en el tema, ésta
se dio como consecuencia de los esfuerzos de la industria.
* En casi todos los países,
existe una fuerte confusión al buscar trato de iguales para
operadores de redes (IBPs o Internet Backbon Providers) como a ISPs
que ofrecen servicios con infraestructura arrendada. La crisis del
NAP CABASE en Argentina tiene su origen en esta concepción
errónea.
El patrón de conducta de
los operadores en la mayoría de los países es similar
al de aquellos que participaron el inicio de la Internet comercial
en los Estados Unidos. En este caso, todos los operadores aceptaron
interconectarse con todos los demás sin distinción
alguna y se fue tornando más selectiva sólo cuando
los operadores grandes se dieron cuenta que terminaban subsidiando
a los pequeños otorgándoles interconexión gratuita.
Esto ocurre actualmente en Argentina y es de esperarse que el problema
se replique en otros países.
* México y Brasil han sido
excepciones en la región, pues las empresas que ahí
operan han sido cuidadosas para seleccionar a sus redes pares desde
el inicio de operaciones.
* La disparidad entre el ancho de
banda que los operadores en la región dedican a conectarse
a EU contra el dedicado a conectarse con otros países es
un reflejo múltiples variables que trascienden a la industria
de telecomunicaciones. El tema de evaluar la estructura de costos
de los operadores latinoamericanos para acceder a las redes de Estados
Unidos deberá ser un tema prioritario a estudiarse por operadores
y reguladores por igual.
Carlos Silva
Ponce de León
Investigador Asociado del Programa de Telecomunicaciones de Respuesta
CIDE, México. |