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Por Xavier Vilchis
Número 28
El
filósofo F. Nietszche que murió en los inicios del
siglo XX, profetiza que con el advenimiento del nihilismo activo:
"Habrá guerras tales como no se han visto jamás
en la tierra. Sólo a partir de ahora existirá en el
mundo política a gran escala" (Nietzsche,1984:124).
En efecto, según historiadores como E.J. Hobsbawm si queremos
identificar el principal carácter de lo que fue el siglo
XX podríamos definirlo con una sola palabra: violencia. Es
suficiente recordar que antes de transcurriera su primera mitad,
ya habían ocurrido dos terribles guerras mundiales, y aunque
es verdad que en la historia de la humanidad siempre han existido
las guerras, y estas son siempre violentas. Lo terrible de los conflictos
armados del siglo del final del milenio, no es que se distingan
de otros periodos de la historia simplemente por su magnitud, su
distinción se debe a su modo de ejercer su agresividad. El
carácter del guerrero, del noble al que Nietzsche admiraba
por su gran respeto a sus enemigos, su enorme fortaleza, y su gran
orgullo, que se había caracterizado desde la épica
homérica y a través de la edad media en el valiente
caballero, ha desaparecido por completo en las guerras modernas.
La guerra de trincheras en la primera gran guerra fue de tal manera
infernal, que tal vez ni el mismo pesimismo de Schopenhauer la hubiera
podido imaginar. "Millones de hombres se enfrentaban desde
los parapetos de las trincheras formadas por sacos de arena, bajo
los que vivían como ratas y piojos(y con ellos)"(Hobsbawm
:1998, 329).
El desarrollo de la
tecnología había servido para inventar un nuevo tipo
de armas y experimentar con ellas: las ametralladoras, el submarino,
los tanques de guerra, el avión y las armas químicas(Sin
embargo estas últimas resultaron ser tan terribles que fueron
prohibidas por la Convención de Ginebra de 1925) hicieron
que en las batallas se confiara más en la tecnología
que en los mismos combatientes. Porque la eficacia de las armas
consistía en aniquilar en masa a un mayor número de
soldados, la guerra se había despersonalizado. La segunda
guerra mundial fue mucho más deshumanizante que la primera,
porque el desarrollo de la tecnología hizo que el grado potencial
de destrucción fuera mucho mayor:
Las pérdidas ocasionadas
por la guerra son literalmente incalculables y es imposible incluso
realizar estimaciones aproximadas, pues a diferencia de lo ocurrido
en la primera guerra mundial las bajas civiles fueron tan importantes
como las militares y las peores matanzas se produjeron en zonas,
en que no había nadie que pudiera registrarlas o se preocupara
por hacerlo. Según las estimaciones, las muertes causadas
por la guerra fueron de tres a cinco veces superiores a la primera
guerra mundial (Hobsawmn:1998, 51)
En realidad, el que
hayan sido 20 o 30 millones, no refleja la verdadera tragedia porque
las muertes no pueden sumarse para aumentar o disminuir la gravedad
del hecho, lo verdaderamente grave, es que por primera vez en la
historia, se trato de aniquilar un pueblo entero de una manera racional
y sistemática a la manera de la modernidad: como cualquier
industria en donde lo importante es su eficacia. El mejoramiento
en la eficacia para aniquilar en forma generalizada desde la guerra
civil en España y durante toda la segunda guerra mundial
los objetivos de los ataques aéreos fueron indiscriminadamente
tanto militares como civiles. Lo terrorífico de los bombardeos
a las ciudades se intensifica a medida en que se perfecciona la
técnica, los misiles B1 y B2 de Hitler y la bomba atómica
con la que termina la segunda guerra. El afán de perfeccionismo
en racionalidad del poder destructivo del hombre es infinito, pero,
paradójicamente, la bomba atómica se convirtió
en una arma demasiado eficaz . Así, la imposibilidad de una
enfrentamiento armado de las superpotencias hacia parecer que la
esperanza de Kant de una paz perpetua se haría realidad,
sin embargo su sueño no se cumplió, después
de la segunda guerra comenzó casi inmediatamente la guerra
fría cuya característica fueron los enfrentamientos
locales. La perfección en la tecnología y la crueldad
de las siguientes guerras (Corea, Vietnam) nos advirtieron que la
racionalidad de la violencia se diversificaba y se perfeccionaba
en su capacidad destructiva y despersonalizada; por un lado se perfecciona
técnica (se emplean nuevas armas químicas, nuevos
tipos de bombas, helicópteros especializados para el combate
en la selva) y por otro el enemigo (en Vietnam) a combatir fue la
misma población civil.
Pero es en el terrorismo
moderno en donde aparece sin lugar a dudas la forma más deshumanizada
y la técnica más perfeccionada de ganar una batalla.
En efecto lo pavoroso e impresionante del ataque a las Torres Gemelas
fue la eficacia de su estrategia fundamentada en la sorpresa.
Sorpresa terrorífica igual que el descubrimiento de un cáncer
terminal en un individuo. La mortalidad del cáncer esta determinada
por su ocultez, eso es lo pavoroso de su malignidad que cuando se
detecta ya es demasiado tarde. Pero, lo "maligno" de su
ocultez proviene no solamente de cómo se presenta, sino en
que en muchos tipos de cáncer no se sabe cuál es su
origen de la misma manera que en acontecimientos como el 11 de septiembre.
La versión oficial que nos dieron los norteamericanos a través
de los medios de comunicación social es que el culpable era
Bin Laden, encontrarlo fue el pretexto para invadir y destruir al
pueblo de Afganistán. Por ello Kierkegaard da el nombre de
enfermedad mortal a esa alienación de la modernidad
que consiste en "la falta de espíritu" de fariseísmo
e hipocresía: "Y lo que a mí me parece más
terrible y más me impresiona de esta enfermedad y miseria,
la más espantosa de todas las miserias es su ocultez"
(Kierkegaard,1984:55)
Esa falta de espíritu
que según Kierkegaard consiste en no "querer ser sí
mismo", y que se traduce en un sistema que en nombre de la
"libertad y la democracia" agrede e impone una forma única
de relaciones político - económicas. Esta forma económica
o "mano invisible"que se manifiesta en una transvaloración
de todas las relaciones humanas. Un año después de
los terribles sucesos todavía no sabemos que se nos oculta
: ¿los verdaderos motivos son económicos o fundamentalistas?
¿se trata es de mejorar la imagen de un presidente que tiene
problemas de legitimidad?, ¿ se trata de una guerra que oculta
una necesidad de impulsar una economía estancada?. La industria
del entretenimiento también se encuentra necesitada de grandes
espectáculos para elevar su rating. La ocultez de
las verdaderas intenciones del sistema hace aparecer virtual las
imágenes dantescas del ataque, (incluso podrían confundirse
con una "muy buena" película de Arnold Schwarzenegger)
pues la otra función principal de los medios de comunicación
es "educar" y preparar la mentalidad de las masas para
los acontecimientos futuros, por ello además de vender la
violencia y el erotismo únicamente como forma de entretenimiento;
también nos vende programas estúpidos como Big
Brother (cuyo principal objetivo oculto del programa, es preparar
a las personas a que se acostumbren a perder su privacidad e intimidad
ante la vigilancia cada vez más sutil de la tecnología
moderna) pues lo que se trata es unificar a las masas en un mismo
criterio maniqueísta de moralidad superficial.
El alimento homogeneizado
nos es dado no solamente para poder enfrentar con éxito un
término medio de gustos, sino ocultar y neutralizar las iniciativas
individuales al mismo tiempo que se canaliza la imaginación.
Hannah Arendt en su estudio sobre los orígenes del totalitarismo
dice que. "Hay sólo algo que parece discernible : podemos
decir que el mal radical ha emergido en relación con un sistema
en el que todos los hombres se han tornado igualmente superfluos"
(Arendt, 1994:557). La banalidad del mal radica no en el entendimiento
sino en la voluntad de la personalidad narcisista que solamente
percibe de la realidad lo que le interesa, es decir el éxito,
la fama el poder con ello se aísla y pierde la capacidad
de comunicarse, esa incapacidad de expresarse, de sentirse incomprendido
hace que el aislamiento del sujeto se torne en resentimiento y soledad.
Con ello se cae en la desesperación y la depresión,
pero ese estado de animo es precisamente la condición para
ser fácilmente manipulado por una secta fundamentalista o
una ideología política totalitaria.:
Lo que resultaba tan atractivo
era que el terrorismo se había convertido en una clase
de filosofía a través de la cual se podía
expresar el resentimiento, la frustración y el odio ciego,
en un tipo de expresionismo político que recurría
a las bombas para manifestarse, que observaba con placer la publicidad
otorgada a los hechos resonantes y que estaba absolutamente dispuesta
a pagar el precio de la vida por haber logrado obligar al reconocimiento
de la existencia propia sobre los estratos normales de la sociedad
(Arendt, 1994:414)
Vivimos en un mundo
deshumanizado, en el que se perdido la dignidad humana, en el que
la desesperación de un joven de querer ser único y
excepcional al convertirse en héroe inmortal, es el camino
que puede llevar al fanatismo y a al terrorismo en los albores de
una postmodernidad en donde todo puede suceder y ya nadie esta a
salvo. El filósofo Rüdiger Safranski en su ensayo sobre
El Mal o El drama de la libertad comenta: "Hay instantes
en los que Nietzsche quiso ser refutado por la realidad. Pero la
realidad no lo refutó sino que vino tal y como Nietzsche
la había previsto. Sus verdades han sido confirmadas"(Safranski,
2000:230) El hecho de que no podamos concebir el mal radical, el
hecho de que la modernidad haya traído como consecuencia
crímenes que los hombres no pueden castigar ni perdonar;
nos hace reflexionar seriamente sobre la pstmodernidad y nuestra
responsabilidad sobre los acontecimientos futuros, pero sin perder
la confianza en la realidad : "Sin borrar de nuestra memoria
las huellas del mal -del que hacemos y del que nos pueden hacer
a nosotros- esta en nuestras manos actuar como si un Dios o nuestra
propia naturaleza tuviera buenas intenciones para con nosotros"(Safranski
2000:279)
Bibliografía
consultada:
Arendt Hannah (1994) Los Orígenes del Totalitarismo Planeta
-Agostin Barcelona
Hobsbawm,E.J.(1998) Historia del Siglo XX Grijalbo Mondadori
Buenos Aires.
Kierkegaard S. (1984 ) La Enfermedad Mortal, Sarpe Madrid.
Safranski R. El Mal o El Drama de la Libertad TusQuets editores
Barcelona
Dr.
Xavier Vilchis
Catedrático del Departamento de Humanidades
del ITESM Campus Estado de México,
México |