Por Salud Jaramillo y Víctor Mendoza
Número 41
Introducción
Un ensayo es un diálogo. Un diálogo imaginario entre
mundos en donde se da la comunicación del escritor con el
cuerpo de conocimiento que está trabajando, los lectores
y consigo mismo; se trata entonces de sus inquietudes de investigación
más relevantes. Las novedades y sorpresas que siempre nos
tiene reservado un autor mediante un ensayo, despiertan esa infinitud
que todos somos. Gracias al ensayo, podemos recuperar de manera
dialógica las ideas vivas de seres humanos a través
del tiempo y el espacio.
Obviamente, hay diferentes
maneras de acercarnos a la elaboración de un ensayo de investigación.
Una es el diálogo establecido por quien ha dedicado una vida
a una conversación, otra es la un aprendiz que está
en una etapa de iniciación. En ambos casos el espíritu
que debe reinar es la comunicación del conocimiento de forma
abierta y participativa para que el ejercicio sea trascendental.
Para la redacción
de un ensayo debemos de considerar que estamos manejando el lenguaje
escrito de la ciencia, por lo que es necesario utilizar un sistema
de codificación conforme a las reglas de comunicación
del discurso científico. La elaboración de un ensayo
es una tarea a la cual nos enfrentamos, cuando informamos a la comunidad
sobre los resultados parciales de la investigación que estamos
realizando.
En este sentido, las
preguntas de investigación que guían este trabajo
son: ¿qué es un ensayo de investigación científica?,
¿cuáles son sus principales características?,
¿cuáles son los elementos básicos para su elaboración?.
Estos cuestionamientos por resolver conforman la estructura básica
del presente documento el cual se expone como un conjunto de criterios
orientadores.
El propósito
es presentar una guía metodológica básica que
permita al escritor analizar cuáles son los puntos fundamentales
que deberá contener un ensayo y la manera en cómo
puede realizar un ensayo. Por tanto, este es un documento didáctico
básico que permite al escritor evaluar la producción
de sus ensayos de investigación científica, siguiendo
las normas fundamentales que dictaminan la producción del
conocimiento.
La importancia de este
documento es que está vinculado con el interés para
el desarrollo de investigadores desde las aulas, desde la formación
en los instrumentos de comunicación del conocimiento científico,
desde el ejercicio de la docencia con responsabilidad en la investigación
y la inserción en el medio. Comunidades en el que el juicio
argumentado y la escritura de los resultados de la investigación
sean el eje del diálogo y del debate en la búsqueda
de los acuerdos.
Si consideramos que
en la época actual una de las labores de mayor trascendencia
en la ciencia es la construcción del conocimiento mediante
la elaboración de ensayos, el presente escrito denominado:
“ guía para la elaboración de ensayos de investigación”,
te servirá para que tengas los principios elementales del
código de comunicación científica dentro de
esta modalidad.
Definición
de ensayo
Definir el significado de la palabra ensayo nos es fácil,
por este motivo es pertinente en primera instancia generar vías
de acceso sobre el significado de la palabra. En este marco de ideas
conviene destacar que el análisis comprende dos partes principales:
Un primer momento que nos conduce por el sentido diacrónico
de la palabra y otro momento en donde hacemos una referencia al
sentido sincrónico del término. Esta metodología
de trabajo nos da una visión panorámica para la reflexión
sobre la manera en cómo podemos concebir la palabra ensayo
desde la perspectiva de su desarrollo histórico.
Análisis sincrónico
de la palabra Ensayo
Las palabras como los seres
humanos están situadas por su historia. Teniendo este punto
de partida cabe destacar que las palabras no pueden ser comprendidas
en su plenitud sin la revisión de su paso evolutivo, la diacronía
de las palabras nos permite tener una biografía adecuada
de sus diferentes usos. Siguiendo esta línea y aplicando
los elementos que nos proporcionan la investigación de carácter
etimológico, podemos afirmar que la palabra ensayo: proviene
del verbo ensayar que significa probar. Aunque el término
tiene un pleno uso en la época moderna, sus acepciones ya
eran consideradas tanto entre los griegos como los romanos que las
utilizaban como un estilo de expresión.
Pues las mismas Epístolas
a Lucilio de Séneca, si uno se fija bien, no son más
que 'ensayos', es decir, meditaciones dispersas reunidas en forma
de epístolas (...)en los Diálogos de Platón
como en las Epístolas a Lucilio de Séneca, en las
Meditaciones de Marco Aurelio, en las Obras Morales o Vidas paralelas
de Plutarco, se pueden encontrar los gérmenes de las que
después llegarán a ser características esenciales
del género. Pues las mismas Epístolas a Lucilio
de Séneca, si uno se fija bien, no son más que 'ensayos',
es decir, meditaciones dispersas reunidas en forma de epístolas1.
Es hasta el siglo XVI cuando esta
forma de escritura adquiere las características y nombre
con el que hoy en día se conoce. En la búsqueda de
una definición del ensayo, es no sólo conveniente,
sino preciso, remontarse a la obra de Miguel de Montaigne, creador
del género ensayístico según la posición
tradicional de la crítica literaria. Montaigne, en efecto,
fue el primero en usar el término "ensayo", en
su acepción moderna, para caracterizar sus escritos, y lo
hizo consciente de su arte y de la innovación que éste
suponía. En el ensayo número 50 del libro primero,
que tituló "De Democritus et Heraclitus", nos da
una "definición"
Es el juicio un instrumento necesario
en el examen de toda clase de asuntos, por eso yo lo ejercito
en toda ocasión en estos ensayos. Si se trata de una materia
que no entiendo, con mayor razón me sirvo de él,
sondeando el vado desde lejos; y luego, si lo encuentro demasiado
profundo para mi estatura, me detengo en la orilla. El convencimiento
de no poder ir más allá es un signo del valor del
juicio, y de los de mayor consideración. A veces imagino
dar cuerpo a un asunto baladí e insignificante, buscando
en qué apoyarlo y consolidarlo; otras, mis reflexiones
pasan a un asunto noble y discutido en el que nada nuevo puede
hallarse, puesto que el camino está tan trillado que no
hay más recurso que seguir la pista que otros recorrieron2.
La diacronía de la palabra
ensayo en el siglo XX, toma una de sus principales vertientes como
instrumento de expresión; a partir de esta práctica
social, tanto los escritores como los editores han dado en denominar
"ensayo" a un conjunto de prácticas literarias
heterogéneas que por su carácter disímil son
difíciles de agrupar. Si a esto unimos la vaguedad del término
y la variedad de las obras, no debe extrañarnos que las definiciones
propuestas se expresen sólo en planos generales. El Diccionario
de la Real Academia Española define el ensayo como:
"Escrito, generalmente breve, sin el aparato ni la extensión
que requiere un tratado completo sobre la misma materia”3.
Esta definición, sin bien
es cierta nos da un referente, resulta incompleta para reconocer
todos los elementos que confluyen al interior de un ensayo. Las
limitaciones que presenta la definición arriba citada, se
refieren a que sólo se plantea al ensayo en su forma cuantitativa
de escritura, además otra de sus limitaciones la podemos
encontrar cuando nos dice que el ensayo es un género menor,
considerándolo a éste como un texto que aún
no ha desarrollado toda su potencialidad.
Para definir el significado de la
palabra ensayo es pertinente acudir a otras fuentes con el objeto
de recoger otras investigaciones que han analizado al género.
Para hallar la palabra "ensayo"
con el sentido que le proporcionó Montaigne, habrá
que esperar hasta bien entrado el siglo XIX. En Covarrubias el
concepto se encuentra implícito en la voz "discurso":
"Tómase por el modo de proceder en tratar algún
punto y materia, por diversos propósitos y varios conceptos".
Así lo emplearon nuestros ensayistas del siglo XVII, especialmente
Quevedo en Los sueños y Gracián en Agudeza y arte
de ingenio. La palabra ensayo, si bien aceptada en el siglo XIX
para designar una composición literaria (en el Diccionario
de la Academia Española aparece ya la definición
actual), es considerada despectivamente en ciertos sectores de
la crítica hasta bien entrado el siglo XX. En 1906 Baralt,
en su Diccionario de Galicismos, señala acerca del término
ensayo: "Aplicado como título a algunas obras, ya
por modestia de sus autores, ya porque en ellas no se trata con
toda profundidad la materia sobre que versan, ya, en fin, porque
son primeras producciones o escritos de alguna persona que desconfía
del acierto y propone con cautela sus opiniones". De forma
muy semejante se expresa Mir y Noguera en 1908: "Modernamente
han dado los escritores extranjeros, ingleses, franceses, italianos,
en llamar 'ensayo' al escrito que trata superficialmente algún
asunto, como si de él echase el escritor las primeras líneas.
Esa palabra exótica va cundiendo entre nosotros. Exótica
digo, por la rareza y especialidad de su significación.
Porque la voz 'ensayo' o 'ensaye' siempre quiso decir 'prueba,
examen, inspección, reconocimiento4.
Además de Montaigne otro
de los autores que indiscutiblemente mejor ha reflexionado sobre
el ensayo es el español Ortega y Gasset. En los resultados
de sus investigaciones afirma que el ensayo no es un género
menor dentro de la literatura.
Se trata, pues, lector, de unos
ensayos de amor intelectual. Carecen por completo de valor informativo;
no son tampoco epítomes —son más bien lo que
un humanista del siglo XVII hubiera denominado 'salvaciones'—.
Se busca en ellos lo siguiente: dado un hecho —un hombre,
un libro, un cuadro, un paisaje, un error, un dolor—, llevarlo
por el camino más corto a la plenitud de su significado.
Colocar las materias de todo orden, que la vida, en su resaca
perenne, arroja a nuestros pies como restos inhábiles de
un naufragio, en postura tal que dé en ellos el sol innumerables
reverberaciones5.
Esta definición que nos proporciona
Ortega y Gasset, está propuesta sobre la base de un diálogo
con lo expresado por Montaigne. Su interés principal radica
en definir el significado y la pragmática del uso de la palabra
ensayo a la cual le podemos agregar los siguientes conceptos: "En
Bleznick, ensayo puede definirse como una composición en
prosa, de extensión moderada, cuyo fin es más bien
el de explorar un tema limitado que el de investigar a fondo los
diferentes aspectos del mismo”6.
El ensayo viene a dar denominación
literaria al escrito, difundido hoy preferentemente gracias a
la prensa periodística, en que se discurre, a la ligera
o a fondo, pues no son la inconsistencia y la brevedad condiciones
esenciales suyas, sobre un tema de cualquier naturaleza que sea7.
Gómez de Baquero, nos cita
que:
El ensayo es la didáctica
hecha literatura, es un género que le pone alas a la didáctica
y que reemplaza la sistematización científica por
una ordenación estética, acaso sentimental, que
en muchos casos puede parecer desorden artístico. Según
entiendo el ensayo, su carácter específico consiste
en esa estilización artística de lo didáctico
que hace del ensayo una disertación amena en vez de una
investigación severa y rigurosa. El ensayo está
en la frontera de dos reinos: el de la didáctica y el de
la poesía, y hace excursiones del uno al otro8.
De las definiciones expuestas, encontramos
que existe una pluralidad de significados sobre la conformación
del concepto y la práctica del ejercicio ensayístico.
Sin embargo, esta plurivocidad de significados nos sirven de orientación,
ya que si bien es cierto no existe una definición que comprenda
todos los elementos constitutivos de un ensayo, si nos proporcionan
las bases para entender la riqueza de sus características
comunes. De éstas, podríamos extraer una primera aproximación
para definir al ensayo como la preocupación estética
para la creación de recursos expresivos que se suma con el
afán de plantear y debatir temas de interés actual
tanto en el campo de la literatura, como en el campo del periodismo
o de la ciencia. Conviene destacar que la función didáctica-pedagógica
que, en todas sus modalidades, se presenta en el ensayo es una de
sus principales formas constitutivas: "Despertar
interés en nuestras generaciones jóvenes por los atractivos
problemas que nos depara el campo de las ciencias es una buena muestra
de este rasgo”9.
Así entonces, el ensayo no
es un discurso irresponsable sino un texto que recurre en el caso
de la investigación científica a todos los elementos
metodológicos de construcción de la ciencia para su
elaboración. Si bien es cierto que sus conclusiones no se
exponen de manera definitiva, en su contenido y forma deberá
comprender todos los elementos de la investigación científica.
Resignificando la definición que Gómez Vaquero nos
da sobre los ensayos, consideramos que éste es el punto de
frontera entre los reinos de la ciencia, la didáctica y la
imaginación poética, donde el ensayista hace permanentemente
excursiones hacia uno y otro punto de referencia10.
El desarrollo del ensayo en la
época moderna
Como destacamos en el apartado anterior es durante la época
histórica de la modernidad y específicamente con el
pensamiento de Montaigne donde se reinventan nuevas formas y modalidades
para el uso y la práctica del ejercicio ensayístico.
"Este es el único libro de su clase en el mundo; es
de una intención indómita y extravagante. En él
no hay nada tan digno de ser notado como su singularidad"11.
Los antecedentes dentro de la modernidad
de las reflexiones en torno a la teoría y la práctica
del ensayo la podemos también localizar con el filósofo
inglés Francis Bacon, quién con su libro “Ensayo
sobre el entendimiento Humano”, fincará las bases del
concepto moderno de lo que hoy significa la elaboración de
un ensayo, sobre todo su especial énfasis para su uso en
el campo de la filosofía y las investigaciones de carácter
empírico.
Indiscutiblemente que este aporte
del filósofo inglés responde al espíritu humanista
que se venía destacando en Europa durante el siglo XVI, sobre
todo si afirmamos la importancia que tiene el ensayo para el desarrollo
de la creatividad en el proceso de construcción del conocimiento.
Siguiendo el aporte de los primeros ensayistas, el escrito no se
limita a mostrar sus pensamientos, sino que expone el mismo proceso
de pensar, logrando introyectar en el receptor sus propias preocupaciones
en un íntimo diálogo con el lector en una comunión
de pensamientos.
Se puede afirmar que los ensayos
escritos en el siglo XVI, por Montaigne y Bacon son manifestaciones
excepcionales de un género de nacimiento prematuro. El espíritu
existía en la época, pero el escritor todavía
no disponía aún de todos los medios adecuados para
la difusión de sus ensayos. Además de lo anterior,
se consideraba que el ensayo era un género menor dentro del
campo de producción del conocimiento científico.
A principios del siglo XVIII, con
la evolución de los medios de difusión surgieron las
revistas y periódicos especializados que fueron los espacios
donde el ensayista podía, por primera vez, establecer un
verdadero diálogo con el lector, que pasa decididamente a
formar parte del ensayo. El movimiento romántico, trajo entre
sus principales consecuencias el triunfo del individualismo, con
éste se daría de nuevo pie a un campo fecundo para
el cultivo del ensayo. El escritor lo empleará para expresar
sus reacciones ante la sociedad o ante la naturaleza; por medio
de ensayos expresará sus puntos de vista y combatirá
aquellos que no acepta, y algo aún más importante,
pensará en el público que los lee regularmente y tratará
de sugerirle, de hacerle meditar, de conectar la realidad con el
ideal.
Grandes herederos de esta tradición
en América Latina durante el siglo XX, sólo por citar
algunos ejemplos son: José Enrique Rodó, Manuel González
Prada, José Vasconcelos y José Carlos Mariátegui,
hasta el actual reconocimiento internacional de Alfonso Reyes, Octavio
Paz, Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Carlos
Monsivais, Leopoldo Zea o Néstor García Canclini.
Un denominador común de la temática propuesta por
estos ensayistas es el problema sobre el significado de la esencia
de ser latinoamericanos.
Con los aportes de estos autores
y el diálogo establecido con los ensayistas europeos y norteamericanos,
el término se universaliza y alcanza tal prestigio que para
mediados del siglo XX su uso da espacio para incluir al género
como parte de los estudios científicos, tratados y monografías,
sobre todo en el campo de la crítica literaria, el periodismo
o la ciencia.
Desgraciadamente, el impacto que
el ensayo tuvo produjo la proliferación de su uso sobre todo
en el campo académico, sin una reflexión seria sobre
sus características lo que ha dado lugar a un obscurecimiento
de su significado. Confusión que se aprovecha para dar cabida
bajo su protección a todo aquello que es difícil de
clasificar en los tradicionales géneros literarios.
El ensayo en el contexto
de la ciencia
El ensayo científico es un intento por acercarnos al entorno
de un problema de investigación, generar una explicación
de cómo el que escribe analiza el mundo en relación
con la temática propuesta. Uno de los principales valores
con que cuenta el ensayo en el campo de la ciencia es el uso de
la expresión personal. La expresión personal para
el caso de las ciencias se refiere a la responsabilidad en la exposición
juiciosa sobre el entorno que el autor tiene, en este caso estamos
hablando de una interpretación de la realidad de acuerdo
a cómo el autor analiza las temáticas.
En este sentido un ensayo científico
se define por la posición que el ensayista toma con relación
al tema, es decir, que a diferencia de otros géneros de escritura
en el campo de la ciencia, el aspecto subjetivo destaca la importancia
de un ensayo, y este aspecto subjetivo se localiza por los juicios
que emite el ensayista sobre los temas que está abordando.
Una de las funciones que tiene el ensayo es mostrar la parte interpretativa
de la subjetividad del ensayista, con esto el lector podrá
contar con un mejor horizonte de reflexión sobre el tema
abordado.
También el ensayista cuando
escribe para la ciencia puede mostrar de manera histórica
cómo se dio la evolución de determinado tema o cuáles
son las características evolutivas de la obra que giran en
torno al tema de estudio de su interés.
Cabe destacar que el carácter didáctico-pedagógico
que posee el ensayo científico hacen que éste tenga
una forma especial, sobre todo si consideramos que este carácter,
radica en poner lo complicado en términos sencillos y no
limitar el conocimiento solamente para un grupo de especialistas.
El ensayista en el caso de la ciencia tiene que poseer la capacidad
de traducción del conocimiento a diferentes “juegos
del lenguaje”12.
Características de
un ensayo científico
Una de las principales características que define a los ensayos
científicos, son las temáticas que ofrecen y que comprenden
campos muy diversos como son: la historia, la ciencia, la filosofía,
la política, la literatura etc.
Este ensayo considera la concepción
de la vida onírica en la filosofía de Descartes
(particularmente en sus Meditaciones Metafísicos) dentro
de la perspectiva teórica de la fenomenología) principalmente
desde la filosofía de Sartre y los trabajos fenomenológicos
- antropológicos de Dieter Wyss”13.
“Este ensayo trata de ordenar
mis preocupaciones de muchos años, expuestas en numerosos
artículos y conferencias en Costa Rica y en el exterior"14.
Una segunda característica,
es que su extensión no está sujeta a un parámetro
determinado, ya que oscila entre algunas pocas páginas y
varios cientos de ellas. La tercera característica es que
la rigurosidad de los planteamientos va desde un análisis
de datos empíricos hasta un detallado marco conceptual. Una
cuarta característica del ensayo es que los rasgos de sus
líneas de trabajo se presentan como aproximaciones, como
esbozos iniciales. Citemos algunos ejemplos:
Aunque consciente de mis limitaciones,
he querido ofrecer al lector una vivencia, o más bien una
interpretación muy personal de los hechos relatados, buscando
entrelazar lo material con lo espiritual, y el origen del ser
con el principio de las grandes ideas15.
Estos ensayos – dirigidos
hacia educadores, estudiantes de educación y demás
personas interesadas en el tema tienen el fin de contribuir a
la discusión y al análisis de nuestro sistema educativo,
como paso indispensable previo a la toma de acciones para mejorarlo16.
Nos proponemos, en las páginas
siguientes, describir a grandes rasgos la labor de los físicos
que corresponde a la meditación pura del investigador.
Nos ocuparemos, principalmente, del papel de los pensamientos
e ideas en la búsqueda aventurada del conocimiento del
mundo físico17.
Soltando aquí una frase,
allá otra, como partes separadas del conjunto, desviadas,
sin designio ni plan, no se espera de mi que lo haga bien ni que
me concentre en mí mismo. Varío cuando me place
y me entrego a la duda y a la incertidumbre, y a mi manera habitual
que es la ignorancia18.
En el caso de la elaboración
del ensayo científico, sus características no solamente
radican en su extensión, también en los datos, y las
teorías que se utilizan, así como el proceso mismo
de pensar y las sugerencias capaces de ser proyectadas por el mismo
lector. Este carácter del ensayo está determinado,
en cierto modo, por el público a quien se destina.
Otra de las características
fundamentales del ensayo es que permite realizar la incorporación
de diversas disciplinas del conocimiento, es el ensayo el espacio
en el que caben todas las disciplinas del conocimiento. La convergencia
o divergencia de enfoque no sólo se pueden presentar en el
ensayo para un mismo tema, sino que, es posible generar la convergencia
de diferentes áreas del conocimiento para el análisis
de una problemática.
Las ventajas de un ensayo
Uno de los rasgos del ensayo que ya se ha venido comentando es su
agilidad. Esto quiere decir, su sencillez productiva, su capacidad
de comunicar en forma directa. En el caso de los ensayos, de investigación
no hay porque evidenciar de forma detallada el proceso de investigación
seguido; esto porque una de las funciones sustantivas del ensayo
es conocer las implicaciones temáticas y no el proceso metodológico
de producción. Por tal motivo, aunque la libertad temática
del género, en el caso del ensayo de investigación
científica es fundamental, no implica que el ensayista de
la ciencia cancele el rigor en el uso de datos, citas bibliográficas
y sus correspondientes referencias documentales.
La brevedad es otra de las ventajas
de un ensayo. Aunque es conveniente puntualizar que ensayos largos
son también lo suficientemente virtuosos. La corta extensión
permite publicarlos con mayor facilidad, obtener mayor número
de lectores, producir un efecto más directo, escribirlos
más rápidamente y con la adecuada oportunidad. La
brevedad del ensayo y el no pretender decir todo sobre el tema tratado
no significa, por tanto, que el ensayista distancie lo considerado
para poder así abarcarlo en una visión generalizadora.
Todo lo contrario, se intenta únicamente en el caso de los
ensayos de investigación científica el dar un corte,
uno sólo, lo más profundo posible, y absorber con
intensidad la información y las principales interpretaciones
que el tema nos proporcione.
El propósito del ensayista
al internarse en la aventura de escribir un ensayo no es el de confeccionar
un tratado, ni el de entregarnos una obra de referencia útil
por su carácter exhaustivo. El ensayista como investigador
reacciona ante la problemática que le impone un tema para
marcarnos la pauta sobre una interpretación novedosa o proponernos
una reevaluación de las ya en boga. Pero una vez abierta
la brecha y tendido el puente del nuevo entendimiento, el ensayista,
siempre deja la puerta abierta para nuevas interpretaciones; considera
que su función es sólo la de abrir nuevos caminos
y proponer su continuación.
La comunicación ágil,
tanto entre ensayista y lector como entre ensayista y diferentes
autores es otra de las ventajas que tiene un ensayo. El escritor
posee la libertad de dirigirse tanto a un público especializado
como a uno no especializado para interpretar un tema. Esto significa
que el ensayo tiene la libertad de intercalar lógicamente
las opiniones personales con la visión de los especialistas
que se han ocupado del tema.
el ensayista reacciona ante los
valores actuales para insinuarnos una interpretación novedosa
o proponernos una reevaluación de las ya en boga, pero
una vez abierta la brecha y tendido el puente del nuevo entendimiento,
el ensayista, como creador al fin y al cabo, deja al especialista
el establecer la legitimidad de lo propuesto, sin renunciar él
mismo a continuarlo en otra ocasión19.
Esta ventaja se destaca en el sentido
de que la función persuasiva del ensayo no se limita exclusivamente
a la objetividad de los “hechos”, el ensayo impulsa
otros recursos y otras formas persuasivas como son la metáfora,
la sinécdoque o la elipsis, para la relación entre
los conceptos y argumentos de manera que resulte “objetiva”
la tesis que se desea demostrar.
La actualidad de los temas tratados
por el ensayo representan otra de sus ventajas, en su intento de
establecer un lazo de diálogo íntimo entre el ensayista
y el lector, se desprende la necesidad de su contemporaneidad en
el tiempo y en el ambiente. Pero el concepto "actual"
no sólo hace referencia a los sucesos del presente, sino
que significa con más propiedad un replanteamiento de los
problemas humanos ante los valores que individualizan y diferencian
a cada época de las precedentes.
El ensayista, en su diálogo
con el lector y consigo mismo, reflexiona siempre sobre el presente,
apoyado en la sólida base del pasado y con una propuesta
cargada del deseo de anticipar el futuro por medio de la comprensión
del momento actual. La conexión con el "momento actual"
arranca, precisamente, de la problematización liberadora
de no limitarlo a la exclusividad del presente. El ensayista escribe,
es verdad, con, desde y para una época, por lo que los temas
y la aproximación a ellos estarán forzosamente subordinados
a las circunstancias del presente vivido. Esto impide que el ensayista
libere a su obra de la nota de caducidad que supone toda sujeción
a tiempos y espacios concretos propios del momento en que se escribe.
Sin embargo, los ensayistas de todos los tiempos siempre han sabido
conjugar lo actual en el fondo de lo eterno.
Una característica común
en todas las modalidades del ensayo es su condición subjetiva;
y es este subjetivismo el que paradójicamente causa la ambigüedad
y la dificultad en las definiciones del género. Es lo subjetivo
al mismo tiempo la esencia y la problemática del ensayo,
ya que si bien es cierto que el ensayista expresa lo que siente
y cómo lo siente, no por eso deja de ser consciente de la
función peculiar que tiene en su doble aspecto de artista
de la expresión y de transmisor e incitador de ideas. Es
decir, el lirismo innato del ensayista queda modulado al ser sometido
a la razón en un proceso más o menos consciente o
patente de organización que lo haga inteligible y convincente,
pues aunque el ensayo no pretende convencer, es inevitable reconocer
que todo buen comunicador desea lograrlo; por lo tanto, el ensayo
se convierte en una mezcla de subjetivismo y objetivismo en su capacidad
convocatoria y descriptiva de un tema.
Cabe destacar que al escribir un
ensayo dentro del campo de la investigación, el ensayista
tendrá que dialogar con el contexto normativo que hace posible
la elaboración de un texto de investigación. Sin embargo,
esto no significa que el ensayista a pesar del rigor que requiere
la escritura del conocimiento científico, no nos haga partícipes
de su tiempo, sus temas predilectos permitiéndonos penetrar
en su mundo al entregarnos no sólo sus pensamientos, sino
también el mismo proceso de pensar.
Si bien es cierto, que como hemos
indicado, el investigador expresa a través del ensayo sus
sentimientos y no por este motivo el ensayo científico tendrá
que excluir el pensamiento sistemático y los criterios de
objetividad que marca la ciencia. La verdad del ensayista que escribe
para la producción de un conocimiento científico,
se presenta bajo la perspectiva subjetivista del autor y el carácter
normativo de la ciencia20.
El ensayista, en su doble aspecto
de estilista y de pensador, deberá destacar la fuerza de
su persona. Incluso podríamos decir que el subjetivismo queda
plasmado desde la elección del tema. Es esta motivación
interior la que elige el tema y su aproximación a él;
y como el ensayista expresa no sólo sus sentimientos, sino
también el mismo proceso de adquirirlos, sus escritos poseen
siempre un carácter de íntima autobiografía.
La metodología para
la realización de un ensayo de investigación
A continuación ofrecemos un conjunto de recursos para la
elaboración de un ensayo. Una de las primeras cosas que realizamos
cuando iniciamos una investigación es el proceso de planeación,
así la metodología para la elaboración de un
ensayo de investigación depende en gran medida de las etapas
de investigación, sistematización y exposición
de resultados; dicho de otra manera significa el arte de buscar
información, ordenar los datos obtenidos y decir de manera
escrita las ideas o pensamientos construidos, que en definitiva
constituye la materia que conocemos como texto. En este caso, el
resultado dependerá de la relación que el investigador
establece, al momento de escribir, entre realidad, pensamiento y
lenguaje, además del proceso principio-medio-fin, que en
materia de redacción consiste en atender de forma estricta
a las etapas de planeación, producción y revisión.
En sentido general podemos afirmar que gran parte de los problemas
de la redacción de un ensayo se deben fundamentalmente a
que el escritor no planea sus ensayos ni los revisa una vez concluidos.
La planeación de la escritura
Tal como sucede en el caso de la investigación que tiene
como origen el planteamiento de un problema que es producto de la
revisión rigurosa de las fuentes de información, el
proceso de redacción de un ensayo inicia con la lectura de
los materiales que han de proporcionar datos, ideas, juicios y pensamientos
que deseamos plasmar en nuestro documento. En este sentido, la lectura
de los materiales deberá hacerse de forma dialógica,
cuestionándonos si verdaderamente hemos entendido el contenido
temático propuesto por los materiales leídos; una
vez realizado este proceso, el segundo paso consiste en la reflexión
en torno al cuestionamiento sobre si estamos de acuerdo o no con
las ideas o metodología expresadas en los documentos. La
forma de enfrentarnos a estas dos situaciones constituye el tema
que nos proponemos escribir, éstas son las ideas que incorporamos
a nuestro pensamiento y que exponemos en el tema del ensayo.
De una primera evaluación
de la información obtenida sobre la compresión del
tema y nuestra postura con respecto a éste, resultará
lo que se denomina como el proceso de planeación, es decir,
el surgimiento de las ideas y su organización mediante un
sistema jerárquico. Se trata de ordenar y clasificarlo que
constituye nuestro propósito de investigación y su
escritura.
Un esquema de organización de ideas le da rigor a nuestro
pensamiento científico y para ésto nos podemos valer
de un “árbol de ideas” o “sistema de cuadros
sinópticos”, con el cual ordenaremos los datos jerárquicamente,
primero la idea principal y luego sus diversas derivaciones21.
Una vez que tenemos este esquema,
el siguiente paso es enumerar o jerarquizar la información
de acuerdo a como pensamos exponerla en nuestro escrito. Esto significa
que tenemos el esquema o índice preliminar del trabajo. Cabe
destacar que este esquema no solamente nace de la manera en como
nosotros concebimos el orden de las ideas, también responde
al diálogo permanente con los materiales que se están
consultado. El ensayo científico muestra una clara visión
de los contenidos de las obras con relación a un tema, pero
además, incorpora nuestro juicio de por qué es importante
lo que un autor menciona, por ejemplo, el ensayo podría destacar
la información de un autor respecto a otro a través
de diversos mecanismos como: marcar las ventajas de un modelo de
pensamiento, presentar las causas o efectos de un sistema, también
puede ser la confrontación de dos corrientes o de dos resultados.
Escritura o redacción de
un ensayo
Podemos definir el trabajo científico como una construcción
unitaria cuyos elementos se conjugan de tal modo que todos se apoyan
para dar como resultado un texto escrito. Esta estructura supone
un estrecho vínculo entre las partes y sus relaciones. El
escritor es el que nos guía mediante la organización
de las ideas y los pasos de la exposición.
Cada oración, párrafo
o capítulo girará, en la medida de lo posible, alrededor
de un hecho o idea, desenvolviendo sus aspectos de tal manera que
constituyan una unidad, como una auténtica columna vertebral
del cuerpo del texto. En términos generales tanto para las
oraciones, como para los párrafos y los capítulos,
y en todo caso para el conjunto general del escrito, su estructura
comprende: la presentación de una idea, luego las explicaciones,
pruebas, discusiones o ampliaciones, para terminar con un enunciado
de la idea principal en un tono rotundo y definitivo.
La recopilación de los diversos
juicios o afirmaciones que se van exponiendo durante el ensayo constituyen
el motivo principal de la conclusión.
Revisión final o evaluación
de la escritura del ensayo
Con base en los elementos arriba planteados en el sentido de que
es necesario planear para poder escribir bien, el texto podrá
ser evaluado en función de los objetivos propuestos y sus
metas. Conforme se va avanzando en la redacción del trabajo,
se van descubriendo algunos defectos o errores en las partes ya
escritas, no necesariamente se requiere retroceder en el trabajo,
es conveniente llevar una libreta donde se anoten los asuntos pendientes,
hasta cuando concluya la revisión del primer borrador: es
en este momento cuando se hacen los ajustes pertinentes con mucho
mayor rigor, corrigiendo en función de la estructura total
del ensayo.
Una primera lectura evaluativa al
interior de la obra nos permitirá descubrir más errores
que si se hace ésta de manera parcial. También es
conveniente dejar un tiempo de “reposo” al trabajo y
no revisarlo de manera inmediata, con el objeto de tomar distancia
y así posteriormente leerlo con mayor objetividad.
Primero, se sugiere revisar el cuerpo
del trabajo y cuando hayamos terminado, proceder a revisar las conclusiones
y la introducción considerando que estas dos partes constituyen
el fin y el principio del trabajo además de ser los elementos
que siempre se redactan hasta el último. Otras sugerencias
son: la conveniencia de hacer una lectura del trabajo con un grupo
de especialistas en voz alta para afinar los detalles, también
se recomienda que el trabajo sea sometido a la revisión de
expertos que nos podrán hacer sugerencias.
Las partes de un ensayo
de investigción científica
Un ensayo de investigación
se presenta con las siguientes partes:
Portada
En este espacio se colocan los elementos básicos que son:
El título.
La institución donde se publica.
El autor.
La fecha de publicación.
Es conveniente resaltar que el título
de un ensayo científico debe describir el contenido del trabajo
de forma clara y precisa, que el título le permita al lector
identificar el tema fácilmente, y al bibliotecario catalogar
y clasificar el material con exactitud.
Debe ser corto (no exceder de 15
palabras) sin sacrificar la claridad, para ello debe evitarse el
uso excesivo de preposiciones y artículos, el utilizar exposiciones
repetitivas como por ejemplo: estudio sobre...; investigación
acerca de....; análisis de los resultados de....; etcétera,
y el uso innecesario de subtítulos.
En el caso de un escrito de investigación,
en especial de un ensayo, el título es lo último que
escribo, el tener la idea del ensayo en general y la identificación
clara y precisa del problema y de los objetivos, facilita la redacción
del título. Esto no significa que para motivos de la planeación
yo no tenga previamente un tema desarrollado.
Índice
En este lugar se colocan de
manera esquemática los temas que comprende el contenido del
ensayo presentado.
Resumen
Esta parte del ensayo tiene como objetivo orientar al lector a identificar
la relevancia del contenido básico de la temática
de forma rápida y exacta. El contenido del resumen debe expresar
de forma clara y breve: los objetivos y el alcance del estudio,
los procedimientos básicos, los métodos, los principales
hallazgos y las conclusiones.
En este punto debe situarse la investigación
en tiempo y lugar; presentar los límites de validez de las
conclusiones.
Debe redactarse en tercera persona,
tiempo pasado, excepto la frase concluyente; excluir abreviaturas
y referencias bibliográficas.
El resumen puede clasificarse en:
descriptivo, informativo y estructurado. El descriptivo, da una
idea global del estudio, su extensión es de 50 a 100 palabras.
Por lo general no es recomendable para revistas científicas.
El informativo es similar a un miniartículo, su extensión
es de entre 100 a 150 palabras. El estructurado, se estructura en
apartados: objetivos, diseño, lugar/circunstancias, objeto
de estudio, intervención, mediciones, principales resultados
y conclusiones.
En el caso de que la revista donde
se publicará el ensayo tenga normas editoriales, éste
se deberá ajustar a los criterios específicos de la
normatividad señalados en la política editorial. Cabe
destacar que uno de los errores más frecuentes en los ensayos
de investigación publicados es no incluir el resumen o hacerlo
inteligible.
Introducción
La introducción constituye una de las partes sustantivas
de un ensayo, es muy importante, porque representa la presentación
del tema que se va a desarrollar en el ensayo. Con ella vinculamos
al lector con el contenido, siendo una de sus finalidades básicas
el convencerlo de la trascendencia de la investigación presentada.
En este acápite se debe identificar
nítidamente el problema y encuadrarlo en el momento actual,
se recomienda hacerlo de forma interrogativa, comunicar de forma
clara los objetivos del ensayo, exponer brevemente los contenidos
más relevantes, destacar la importancia que el tema tiene,
justificar las razones por las que se realiza la investigación
y formular las hipótesis.
Es recomendable que en la introducción no se pongan las conclusiones
del ensayo y solamente se haga una invitación para encontrarlas
en el trascurso de la lectura.
Desarrollo temático
En el desarrollo se exponen los contenidos del ensayo. En el caso
de ensayos de investigación, se puede utilizar el sistema
de diálogo entre los avances de mi investigación y
los resultados producidos por otros investigadores. Cada párrafo
ejemplifica una idea o justifica la idea expuesta. Aunque todo ensayo
tiene la pretensión de ser leído por cualquier tipo
de público, el ensayo de investigación científica
no puede perder de vista el uso de los referentes categoriales de
la investigación, además del uso adecuado de lenguaje
propio de la ciencia que se está trabajando.
Para lograr una mayor claridad en
las ideas expuestas en un ensayo, el autor se puede valer del uso
de las figuras retóricas, con el objeto de establecer diferentes
niveles de traducción del lenguaje de conocimiento científico.
La lógica de exposición
del desarrollo de un ensayo puede ser deductiva, ésta es
la que parte de las ideas generales para después llegar a
las particulares. Otra forma de exposición es mediante el
método inductivo donde se expone un caso particular –debidamente
documentado- para después llegar a un sistema general de
ideas o fundamentos. Una tercera forma de exponer el desarrollo
de un ensayo es mediante el método dialéctico que
consiste en confrontar dos tesis y posteriormente establecer una
síntesis. En el desarrollo, se presentan las tesis que sustentan
el problema de investigación a través del análisis
de los juicios que giran entorno a las posturas que tiende a defender
la tesis.
No podemos olvidar que uno de los
fundamentos del conocimiento científico es la objetividad
de sus conocimientos. Para lograr lo anterior, el investigador tiene
como condición necesaria pero no suficiente (ya que existen
otros criterios de objetividad), mostrar el trabajo de investigación
documental en donde se apoyan las tesis que está exponiendo
dentro de un ensayo de investigación. Para lograr esto, en
el desarrollo de un ensayo de investigación las tesis principales
deberán estar debidamente anotadas, mediante el sistema de
referencias documentales propuesto por el autor o por la institución
que lo está publicando. Se pueden insertar las referencias
documentales en el cuerpo del ensayo (sistema harvard) o al pie
de página (sistema francés clásico). Los referentes
documentales utilizados de los diferentes autores consultados, quedarán
inscritos dentro de las comillas en el texto y deberán estar
interpretados por parte del autor del ensayo.
Además de las citas textuales,
se puede utilizar el sistema de interpretación, a través
de la exposición mediante el parafraseo de los datos relevantes
seleccionados en la investigación documental. En este caso,
la referencia tendrá el código adecuado dentro del
sistema de referencia documental que se está utilizando y
los datos que identifican al texto.
Las notas al pie de página
también cumplen una función aclaratoria de los conceptos
en términos semánticos bien nos permiten ampliar el
horizonte de compresión de una idea.
Conviene subrayar que la elaboración de un ensayo de investigación
no es un gran resumen o síntesis de lo que otros autores
ya han dicho, es una construcción personal que muestra los
avances en el conocimiento que en lo personal estás proponiendo
a la comunidad a partir de un cuerpo de teorías existentes,
destacando tu aporte personal acerca del tema central del ensayo.
Conclusiones
En este acápite debe
presentarse la información pertinente al alcance de los objetivos
del estudio y el problema en correspondencia con los hallazgos de
la investigación. Las conclusiones deben seguir una secuencia
lógica, mencionando los puntos relevantes, incluso aquellos
contrarios al problema de investigación, se debe informar
a detalle para justificar las conclusiones.
En este apartado también
se deberá mostrar la solución o posible aproximación
a la solución del problema expuesto durante el ensayo. Se
busca recuperar los cuestionamientos presentados en la introducción
o el cuerpo del trabajo. Si el caso así lo demanda, se pueden
incluir nuevos cuestionamientos sobre el tema que expresen la necesidad
de seguir investigando y construyendo con relación al tema.
La conclusión se estructura
a través del regreso al problema de investigación,
con la finalidad de resaltar la importancia de los argumentos que
validaron la conclusión para finalmente atar cabos y dar
respuesta a las interrogantes planteadas.
El criterio básico de redacción
de una conclusión es la coherencia con nuestras ideas. Es
en el desarrollo del ensayo donde encontraremos las ideas que le
dan coherencia a la conclusión. Es decir, se deberá
dar cuenta “desde dónde” se partió y “hasta
dónde”, se llegó.
Fuentes de investigación
documentales
Un ensayo de investigación pierde objetividad cuando carece
de fuentes de investigación documental. Éstas le dan
relevancia, ya que representan uno de los principales criterios
de objetividad que se deberán mostrar en trabajos de investigación.
Cabe subrayar que es necesario incluir los datos básicos
de la bibliografía según sea el criterio de investigación
documental que se esté utilizando.
Conclusiones
Desde el momento en que el hombre escribe y expresa sus pensamientos
en forma comprensible a los demás, se cumple el fin del lenguaje
en tanto trasmitir lo pensado a lo escrito. El uso del lenguaje
es un fenómeno complejo en el cual si fácil no es
hablar, tampoco lo es escribir con corrección.
El problema de elaborar un ensayo
por quien ignora lo más elemental de las reglas para su elaboración,
y se puede decir que no es por lo que escribe sino por el cómo
lo escribe, resulta ininteligible en ciertas ocasiones. Como hemos
visto en el trascurso de este documento, el ensayo científico
requiere para su elaboración de precisión, elegancia,
claridad y armonía.
El científico necesita expresar
sus pensamientos escritos con objetividad pero además con
corrección y elegancia. Es preciso, por lo tanto desarrollar
permanentemente la elaboración de ensayos para adquirir la
habilidad a fuerza de tropezar con las dificultades. Es verdad que
algo de este arte no se aprende; mucho depende del empeño
y el trabajo. El arte de escribir ensayos de investigación
científica es el producto de un arduo esfuerzo.
Al escribir un ensayo se establece
un diálogo con las palabras y las frases, corrigiéndolas
una y otra vez. Este arte lleva consigo la virtud de la paciencia.
En este sentido cada escritor podrá crear un estilo propio
para expresar sus ideas y pensamientos.
Aprender la manera en cómo
se elabora un ensayo obliga al investigador a estudiar los infinitos
recursos que este género tiene para huir de la monotonía
y pobreza de vocabulario. Una vez que se ingresa por este género
sin dudas, se convierte en un compañero inseparable de aquel
que nunca pierde de vista el ánimo de construir nuevos conocimientos.
En la publicación y lectura
de los ensayos deberán no sólo estar presentes frases
hechas, sino pensamientos e ideas que contribuyan a engrandecer
nuestras aseveraciones y nuestra autoridad en la escritura. Un investigador
no está exento de estas exigencias porque el arte de escribir
también está presente en los trabajos científicos.
La ciencia precisa de conocimientos rigurosos, objetivos y receptivos
a la crítica.
Los aportes científicos requieren
de precisión al presentar los resultados, ellos deben de
estar distantes de lo fugaz y lo impreciso.
Sin la contribución de los
ensayos la ciencia moderna resultaría inconcebible. Es, por
lo tanto, imprescindible para cualquier científico, investigador,
profesional o estudiante, el dominio del lenguaje escrito y de sus
diferentes formas en el ámbito de la comunicación
científica.
Dentro del ensayo el lenguaje científico,
se mantiene abierto a través de la dialéctica del
rigor donde las frases deberán ser exactas y claras, en comunión
con la libertad que el género nos aporta.
Es importante considerar que el
ensayo es hijo en gran parte de la paciencia, si los grandes del
mundo literario deben, asimismo, su grandeza a la capacidad de trabajo;
fácil será comprender que el reto para el académico
y el científico radica en la creación de su estilo
propio de escritura, sobre todo si se considera que en el arte de
escribir está la perpetuidad de su trabajo a las futuras
generaciones.
Notas:
1
Gómez José Luis, Teoría del Ensayo, p 76
2
Michel de Montaigne. De tres comercios. En
<http://www.relatocorto.com/montaigne.html>.
Septiembre 2004
3
Diccionario de la lengua española, p
543.
4
Gómez José Luis, op-cit, p 94.
5
Ibid, p 96.
6
Ibid p 97.
7
Ibid p 99.
8
Idem.
9
Ibid 120.
10
Cfr. Ibid, p 103
11
Ibid, p 122.
12
La categoría de”juegos del lenguaje”,
refiere a que se puede traducir un aspecto teórico con un
ejemplo cotidiano o hacer corresponder el concepto con un campo
de la función estética del lenguaje como la metáfora
poética o el uso de otras figuras retóricas del lenguaje.
13
Ibid p 56.
14
Figueres José. La pobreza de las naciones.
En Ibid p 78
15
Jaramillo J. La aventura humana. En ibid p
79.
16
H. Pérez. Ensayos sobre educación.
En ídem.
17
Einstein A. La Física, aventura del
pensamiento. En ídem.
18
M. De Montaigne. Ensayos. En Ibíd. p
56.
19
Gabriel Vargas Acuña; Redacción
de Documentos Científicos, Informes Técnicos, Artículos,
Científicos, Ensayos. Escuela de Ciencias del Lenguaje. En
<http://www.cientec.or.cr/concurso2/concepto.html>.
Octubre 2004.
20
En el caso del ensayo periodístico o literario, es necesario
que el ensayista se sepa entre amigos, que converse con los lectores
que asiduamente lo leen, no como el escritor consciente y preocupado
del valor de la palabra escrita, sino con la confianza que emana
de la charla de café. Sólo así estará
incitado a escribir también de las cosas en apariencia triviales
y a entregársenos en cada rasgo de su pluma. Si los ensayos
son producto de la personalidad del escritor, también lo
son de las circunstancias y del tipo de género para el cual
se está escribiendo.
21 Un modelo de planeación
detallado de la escritura se encuentra en el esquema de trabajo
propuesto por: Cfr. Casanay Daniel; La cocina de la escritura, p
64.
Referencias:
Casanay Daniel. La cocina de
la escritura, Anagrama, Barcelona 1995, 10ª, 255 pp.
Gómez José Luis, Teoría del Ensayo.
Cuadernos Americanos, UNAM, 1995, 228 pp.
Real Academ ia Española, Diccionario de la lengua española,
Espasa-Calpe, España 1970, Vol III, 719 pp.
Ciberigrafía
Gabriel Vargas Acuña; Redacción de Documentos Científicos,
Informes Técnicos, Artículos, Científicos,
Ensayos. Escuela de Ciencias del Lenguaje, ITCR 1996. En <http://www.cientec.or.cr/concurso2/concepto.html>
Octubre 2004.
Michel de Montaigne. De tres comercios. En <http://www.relatocorto.com/montaigne.html>.
Septiembre 2004.
Salud
Socorro Jaramillo Ríos
Víctor Manuel Mendoza Martínez
Centro Cultural Universitario Justo Sierra,
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