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Por Tanius Karam
Número 40
Entrada
y justificación
Virginia Satir es un personaje poco conocido al hablarse de Palo
Alto y su centro de terapia breve que fuera tan famoso y se apuntalara
como una de las aportaciones más concretas derivadas de esa
suma de autores que forma la “universidad invisible”.
Satir despuntó como una terapeuta familiar sumamente exitosa
sobre todo en los sesenta y setenta; no en balde en su proceso de
elaboración de lo que se conocería desde los ochenta
como Programación Neuro-lingüística, sus creadores
Bandler y Grinder (1990), en la búsqueda de la descripción
de los patrones de excelencia en la comunicación humana,
escogieron, entre muchos otros terapeutas “exitosos”
a Satir.
Su obra no aparece regularmente
en cursos sobre comunicación; su asociación con el
campo conceptual de la comunicación proviene de la idea de
comunicación en la familia que abarca un capitulo en sus
obras. Su estilo desenfadado, sus formas coloquiales y gráficas
de exponer sus conceptos explica un poco que sea visto con recelo
y poco utilizado fuera del estricto ámbito de la terapia
familiar donde Satir es una autoridad sustentada en la experiencia.
En este artículo queremos
reivindicar el uso comunicativo de Satir, polemizar con algunas
de sus afirmaciones y ponderar la importancia que reviste para una
descripción sistémica de la comunicación. Las
paradojas que cubren a algunos autores hacen considerar que una
mujer para la cual existen documentos con varias centenas de casos
en la regulación e impulso de los sistemas familiares, fuese
al mismo tiempo una mujer que en su vida privada no pudo encontrar
la estabilidad que sabía dar, mediante las más diversas
estrategias, ejercicios y recursos, a las familias con las que trabajaba.
Para la mayoría de los profesores
y estudiantes en el campo académico de la comunicación
el nombre de Satir no es conocido; si acaso, para quienes han trabajado
familia o tengan interés por las teorías de la comunicación
en la descripción de los sistemas de interacción dentro
del entorno familiar. La editorial mexicana PAX ha hecho varias
ediciones en las que condensan algunos datos, frases o ejercicio,
que más que explicar, llevan la finalidad de promover en
el lector un grado de reflexividad sobre el estado de las relaciones
humanas, el conocimiento de nosotros mismo o la conciencia de los
medios que disponemos para sentirnos básicamente más
satisfechos en nuestras relaciones sociales.
Todos los libros que se conocen
traducidos al castellano de Satir aparece la comunicación
como una constante; y nos parece que por añadidura las aplicaciones
de sus nociones de comunicación presentan amplias posibilidades
heurísticas, así como una terapéutica aplicable
al ámbito de las relaciones interpersonales. Como primera
operación, para hacer cualquier aplicación a la comunicación,
hay que partir de los objetivos que la propia Satir tuvo. En principio,
la autora se preocupa por el análisis y conocimiento de las
estructuras familiares el cómo están conformadas,
por quiénes y los vínculos que se establecen entre
sus miembros1. Nuestra hipótesis
es que estas premisas y el trabajo empírico que realizó
tiene varios grados de aplicación a la comunicación
(en distintos entorno y no sólo en los estrictamente familiares
que trabajó, como puede ser la organizacional o educativa)
y en concreto al estudio de la interacción en distintos ambientes,
porque se comparte un mismo sujeto: la comunicación como
un hecho complejo, una técnica (manejo de recursos de distinto
tipo) y como un horizonte para hacer que las personas en las interacciones
cumplan sus objetivos y con ellos se sientan básicamente
satisfechas.
Previas
Satir cursó estudios de maestra antes de hacerse trabajadora
social en el Mid-Wester el Illinois Psychiatric Institute,
el primer instituto en enseñar las dinámicas internas
de la vida familiar. Su trabajo en el Hospital y como trabajadora
social le llevó a desarrollar una técnica muy personal
y rica en medio y recursos para resolver problemas de interacción
en el entorno familiar. Para 1959, año de la fundación
del célebre Mental Research Institute (MRI2)
la autora había visto más de 500 familias (entonces
lo no lo sabía, pero ya había visto y entrevistado
mas familias). Don Jackson quedó seducido por su elocuencia
cuando la conoció, lo que la llevó a contratarla inmediatamente
en el para el MRI a donde estaría 10 años. El proyecto
del MRI consistía en observar el lazo existente entre la
interacción familiar y el desarrollo de la salud (o enfermedad)
en los miembros de una familia; de cualquier forma el espíritu
más practica le hizo preferir las cuestiones terapéuticas
más que las estrictamente académicas o de investigación.
Desgraciadamente las diferencias con el grupo y sobre todo con Jackson
van en aumento lo que hace que abandoné el MRI. Desde entonces
Satir sigue su trayectoria como terapeuta y el desarrollo de un
trabajo centrada en la optimización de los canales de comunicación
en el seno familiar. Honrada por su trabajo innovador en las relaciones
humanas, Virginia compartió sus visiones con las personas
a lo largo del mundo a través de los libros, talleres y seminarios
de entrenamiento. El primer libro Satir (Terapia familiar conjunta)
fue publicado en la época en el auge de su época en
el MRI (1964) y es un clásico en el campo de la Terapia Familiar
y se ha traducido en varios idiomas.
Satir fue conocida por su visión
notable en la comunicación humana y autoestima, durante casi
50 años; trabajó para ayudar a otros a comprender
sus potenciales humanos. Durante su vida, dirigió centenares
de talleres en varias partes del mundo, incluido México,
donde ofreció a sus posiciones de comunicación clásicas
y su Modelo "de Proceso de Aprobación Humano".
Ella se enfocó en el crecimiento personal y salud, en lugar
de la enfermedad y patología, con tal de que el ambiente
en los individuos y familias pudieran desarrollarse y florecer.
La idea de comunicación
en la obra de Satir
Partir de la Autoestima
Como gran parte de los autores que tienen un grado reinfluencia
humanista, Satir considera la autoestima, el propio valor como una
aspiración muy importante. La autora, notable pedagoga en
sus formas múltiples de explorar el potencial humano, contaba
con una serie muy amplia de ejercicios para saber quienes somos;
para reconocer nuestras distintas máscaras. Más que
libros de teoría o sesudas reflexiones, la mayoría
de sus textos se organizan como recuentos de ejercicios (véase
por ejemplo Satir et al, 1991), listado de visualizaciones
que le permitan a la persona escudriñe y sacar de ella algún
conocimiento sobre las máscaras y estereotipos, problemas
de la autoestima. El objetivo de mucho de estos ejercicios es que
la persona encuentre nuevas posibilidades en su comunicación
y en sus relaciones humanas.
En El primer paso para ser amado
Satir sugiere comenzar por el reconocimiento de la unicidad
de la persona (en su dimensión corporal, física, social,
sexual…). “Al mismo tiempo, cada uno es una combinación
de lo mismo y lo diferente…” Existen tendencias de agrupación
por sexo, gusto, similitudes. La pérdida de la autoestima
afecta la capacidad para gozar de las relaciones interpersonales.
En su concepción de persona comparte los rasgos antropológicos
de los enfoques humanista, a saber: (a) Unicidad e irrepetibilidad:
ser humano idéntico a sí mismo y diferente a los demás;
(b) Responsable: Podemos invocar y apelar; pero también
ser invocados y apelados. Somos capaces de responder a los retos
del exterior. La responsabilidad aplica para todas nuestras capacidades
(responsabilidad para actuar, imaginar, pensar, sentir); (c) Libertad:
la capacidad de elegir la mejor de las posibilidades; la vida nos
esta ofreciendo un sinfín de posibilidades. La elección
de la mejor de ellas es la oportunidad de alcanzar efectivamente
nuestra realización como personas. Y finalmente Capacidad
de aprender a amar: el mejor ejercicio de la libertad tiene
encuentro en el amor. Movimiento del amor: éxodo-libertad-creatividad.
La autoestima —como para la
comunicación— existen obstáculo o mecanismos
que van impedir el desarrollo de las potencialidades, uno de ellos
son los juicios que hacemos acerca de la realidad sobre nuestros
mismos; desvelar la imagen de quienes creíamos que somos.
El principal temor a “recorrer el velo” es encontrar
algo que nos pueda lastimar. “Lo que no conozco, no lastima”,
luego entonces optamos por la comodidad que genera ese velo interior
sobre nuestro ser real. La autoestima es el sentimiento, las percepciones
de valía que tenemos sobre nosotros mismos. Ante esta tarea,
Satir (1989) despliega una serie de recursos, imágenes variadas,
mecanismos para dialogar y encontrar los diversos rostros; es lo
que la psicopatología llama con otros nombres (neurosis,
obseso-compulsivo, histeria…) y que por la acción pedagógica
de la autora se traduce en figuras, formas, personas en dar vida
a la “gran obra de teatro” que subyace en cada uno de
nosotros y sobre la que podemos aprender a tomar el control mediante
la imaginación y la voluntad; en suma es un ejercicio de
concienciación sobre esas voces y roles que están
ahí”. La conciencia es otro nombre del amor; reconocer
que no soy quien creía ser y por extensión que quienes
me rodean no se encuentra restringidos por en las cárceles
de mis preconcepciones. Mirarse con nuevos ojos es arriesgarse a
ver algo nuevo. “Creencias y pensamiento nuevos son la fuente
principal para abrir nuevas posibilidades. El siguiente paso es
nuestra disposición para arriesgarnos a explorar estas posibilidades”
(Satir, 1989: 73). El paso más grande que uno puede dar es
arriesgarse a lo desconocido; la preservación de nuestro
estatus-quo particular es una forma de renunciar a nuevas posibilidades
y reproducir esos roles y voces que nos habitan.
Todo cambio tienes tres fases (a)
luna de miel, la fase de excitación o ansiedad; (b) la fase
en que las cosas parecen todas confundidas y ajenas; (c) la integración,
cuando la parte nueva resulta más cómoda y familiar.
Desde esta perspectiva un nombre nuevo de la neurosis, puede ser
justamente la resistencia al cambio, lo nuevo lo desconocido; los
esfuerzos denodados que hacen las personas y los sistemas para reproducir
y permanecer. La muerte anticipada de la persona es un esfuerzo
por mantener el estatus-quo. En la evolución de una persona,
no existe un solo camino, es una especie de horizonte que va cambiando
y que cada estado demanda nuevos caminos y estrategias conducentes.
Aprender otros caminos para hacer las cosas no es una instrucción
automática que provenga del exterior; se trata de aprender
a tomar riesgos y descubrir las cosas en un entorno de confianza
y afecto.
Rasgos del “Enfoque Satir”
Estos conceptos que hemos explicado Satir los ha llevado a un plano
terapéutico al grado que sin exageración podemos hablar
de un “enfoque Satir”. En su terapia, la primera hipótesis
de la autora se basa en una arraigada fe en que la gente está
capacitada para crecer y cambiar, y es capaz de toda clase de transformación.
Todos los seres humanos llevan consigo todos los recursos que necesitan
para florecer. Satir supone que la familia es un sistema donde todos
reciben influencias e influyen en todo y todos los demás;
la persona y las concepciones del terapeuta son los elementos más
importantes a su disposición. En la estructura genérica,
encontramos tres grandes etapas de la terapia familiar: en la primera,
se establece contacto y realizar un contrato de trabajo informal;
el terapeuta se reúne con la familia y termina cuando se
considera que ha recopilado suficiente información y ha establecido
la confianza necesaria para proseguir con la siguiente fase. Posteriormente
viene una etapa de “caos” durante la cual el terapeuta
suele intervenir en el sistema para perturbarlo; esta etapa se caracteriza
por la disposición de uno o más miembros de correr
el riesgo de adentrarse en un territorio desconocido. Finalmente
se aspira a una nueva integración, caracterizada por una
sensación de esperanza y la disposición para hacer
las cosas de una manera distinta y nueva; cambian las percepciones
que los miembros tienen sobre el sistema, las formas de comunicación
y en suma la “autoestima familiar”.
En este proceso es muy importante
el papel el terapeuta quien tiene que ser un especialista de la
comunicación. Este “promotor de la comunicación”
se forma sobre la base de una serie de compromisos: en primer lugar
si profundo aprecio por la vida en toda sus manifestaciones, y la
fe de que, en condiciones adecuada, toda forma de vida esta dirigida
hacia el crecimiento; el segundo, la suposición de que los
pacientes poseen las semillas del crecimiento personal; el tercero,
el aprecio de los procesos familiares de sus luchas y posibilidades.
En todo momento Satir considera las habilidades terapéuticas
humanas deben llevar a un encuentro auténtico con cada integrante
de la familia, con sus emociones, sin importarle cuales sean; la
congruencia es un requisito para estar centrados por lo que una
persona con esta característica toma la responsabilidad de
sus sentimientos y no culpa a las influencias externas de haberlas
puesto en su interior también es importante que el terapeuta
sepa cuando pierde la objetividad y en consecuencia el control y
su equilibrio, por lo que la capacidad del facilitador para controlar
sus manifestaciones internas es uno de los elementos terapéuticos
mas importantes que posee.
La forma cómo pueden adquirir
habilidades y cualidades los terapeutas es lograr un compromiso
hacia lo que Virginia denomina las “Siete C”, Compromiso;
Congruencia, Compatibilidad, Competencia, Cooperación, Compasión,
Conciencia y Comunidad que funcionan como operaciones amplias que
promueven el cambio. Para hacer concreto este esquema Satir menciona
los medios y técnicas, actividades especificas que usa con
regularidad y explica que su aplicación eficaz depende de
la comprensión del contexto mayor de su trabajo, dentro de
estos medios y técnicas encontramos actividades experimentales
que dan vida real al sistema familiar como lo son la escultura,
la metáfora, el drama, replanteamiento o refraseo, humor
y contacto, posturas de comunicación, estas posturas dan
vida a cinco de los patrones básicos de interacción
que se observan en las familias de cualquier parte del mundo (sistemas
de comunicación adelante referiremos: aplacadora, acusadora
o inculpadora calculadora, irrelevante y congruente), ballet de
estrés familiar, familia simulada, las cuerdas como instrumento
terapéutico, autonomía en una relación, reconstrucción
familiar y por ultimo fiesta de las partes.
La idea de comunicación
En varias de sus obras encontramos un capítulo aparte a la
comunicación, cuando no algunos textos abocados de manera
exclusiva a este tema. La comunicación es el factor más
importante que determina el tipo de relaciones que genera con los
demás para poder sobrevivir. “La comunicación
es el sentido que la gente da a su propia información."
En Terapia familiar sistémica (1989: 71) la autora
define la comunicación como el proceso de dar y recibir información;
reconoce que para estudiar la comunicación hay que hacerlo
también de los procesos que intervienen: la conducta verbal
y no verbal; las técnicas que las personas usan para interactuar,
los modos para obtener, procesar y emitir información de
acuerdo a distintas finalidades. Una preconcepciones sobre la comunicación
lleva a identificarla únicamente con una dimensión
(verbal o no verbal). En su definición de comunicación,
Satir comparte las acepciones que Watzlawick et al (1981)
ha esbozado en su teoría de la comunicación y que
constituyen la síntesis más acabada de lo que para
la Escuela de Palo Alto es comunicación: (a) No es posible
no comunicarse, lo que equivale a decir que conducta es igual a
comunicación; (b) así mismo ésta tiene dos
aspectos o dimensiones, uno contenido y un aspecto relacional; el
segundo califica al primero y es, por ende, una metacomunicación.
(c) Una serie de comunicaciones puede entenderse como una secuencia
ininterrumpida de intercambios (puntuación de secuencia
de hechos). (d) La comunicación tiene un nivel digital
y otro analógico. Y (e) Todos los
intercambios comunicacionales son simétricos
o complementarios, según se basen en la
igualdad o en la diferencia.
Si bien Satir no reflexiona sobre
los principios sistémicos de la comunicación, sus
definiciones y ejercicios encontramos una puesta en práctica
muy eficiente de los mismos: el Principios de Totalidad
y como la suma de elementos no hace el todo. No es solo
analítico (descomponer para estudiar las parte); se trata
se estudiar el todo con las partes interrelacionadas en la interacción;
el principio de Interrelación e interdependencia
de objetos, tributos y acontecimientos; el Principio de
causalidad circular: el comportamiento de cada actos del
sistema forma parte de un juego (implicaciones, acciones, retroacciones)
y las estructura del orden / desorden (Entropía
/ Negentropía) con las que el facilitador
juega durante la terapia (Cf. Marc y Picard, 1991).
Para comunicarse adecuadamente es
necesario que las personas aprender a obtener / recibir información
que necesitan de los otros; aprender a comunicarse con claridad,
esto en principio quiere decir que el otro sepa lo que pensamos
y sentimos con claridad:
a) lo que hemos aprendido o lo que
creemos saber.
b) Lo que esperamos de otros.
c) Cómo interpretamos lo que otros hacen
d) Cuál es la conducta que nos agrada y cuál es la
que nos desagrada.
e) Cuáles son nuestras intenciones
f) Cuáles es la imagen que otros nos dan de ellos mismos.
Esto no siempre es tan fácil,
en principio por el carácter polisémico del lenguaje,
las connotaciones que las palabras y acciones pueden tener. Una
misma acción-signo puede connotar diferentes cosas. Satir
encuentra en “el significado real de la palabras” uno
de los principales problemas en la comunicación interpersonal.
De los problemas más comunes por el significado y uso de
las palabras están:
a) La generalización:
un caso es igual a todos los casos.
b) Intolerancia. Lo que a “mi” me gusta
(disgusta) tendría que gustarle (disgustarle) a los demás
c) Las propias evaluaciones son completas (por
tanto no se puede poner en “tela de juicio”
d) Naturalización: se dan por natural las
cosas, las cosas son como son y no vana cambiar (“ella no
cambiará, así es”)
e) Dicotomización (ella me quiere o no me
quiere; este grupo es bueno o mala)
f) Enjuiciamieto: se cree que las evaluaciones
corresponde al “ser” de las personas (“ella es
fea”; “él es egoísta”)
El comunicador funcional no da las
cosas por supuesto, no asiente o disiente sin más; explica
y pide explicaciones, escucha y pregunta, explora posibilidades
para explicar o comprender mediante nuevas preguntas, ejemplos.
Satir resume que una persona que se comunica claramente puede expresar
con firmeza su opinión, aclarar y clarificar lo que se dice,
pedir la replica, ser receptivo a la replica que se resumen en las
tres habilidades básicas para la comunicación: saber
escuchar, retroalimentar y confrontar. La comunicación no
es solamente expresarse con elocuencia, sino y sobre todo dirimir
y negociar, resolver y encontrar puntos comunes, como construcción
de un proceso.
Las aclaraciones mutuas reducen
las generalizaciones y reducen al menos el umbral de incertidumbre
al saber cada uno de los interlocutores lo que el otro se refiere.
Satir es consciente que no podemos en nuestras interacciones estar
pidiendo retroalimentación, casi no tendríamos tiempo
de decir lo que pensamos. La comunicación es disfuncional
cuando el patrón dominante en la interacción es la
generalización, la dicotomización, la naturalización
o cualquier otro mecanismo. La comunicación “absolutamente”
clara no es posible porque la comunicación es por su naturaleza
misma, incompleta; hay grados. El comunicador disfuncional deja
al receptor buscando a tientas y adivinando qué hay dentro
de la cabeza.
En varios de los libros Satir sugiere
muchos ejercicios, siempre concretos, en un lenguaje coloquial y
cercano, con entrecomillados múltiples donde coloca ejemplos
provenientes de su extensa experiencia clínica. En Talleres
de comunicación… (Satir et al, 1991) señalan
los obstáculos de la comunicación con una propuesta
operativa, así elabora una serie de ejercicio para concienciar
los efectos e a postura corporal, las reacciones, la polisemia del
lenguaje, los estereotipos y rumores. Optimista como se desprende
de la lectura de su obra y algunos testimonios de quienes le conocieron,
Satir gusta en el común estilo estadounidense, de sugerir
recetas, dar formas y atisbar soluciones específicas a los
problemas más complejos de comunicación, lo que no
puede desdeñarse de su compromiso práctica por mejorar
las relaciones humanas.
Para Satir la importancia de la
comunicación es vital. Todos los seres humanos, salvo aquellos
que carecen de algún sentido (vista, oídos, tacto,
etc.), poseen los mismos elementos para comunicarse: Su propio cuerpo,
el cual se mueve y tiene forma propia; valores, es decir, aquellos
conceptos que representan su estilo de vida; sus expectativas, provenientes
de experiencias pasadas; sus órganos de los sentidos; el
lenguaje y su parte intelectual que incluye lo que la persona ha
aprendido de sus experiencias pasadas, lo que ha leído y
lo que se le ha enseñado. La clave para tener relaciones
básicamente favorecedoras del crecimiento, la salud y el
bienestar es la comunicación.
La comunicación es el principal
mecanismo en las interacciones que los seres humanos establecen,
a través de ella se conocen y se negocian los espacios en
la vida cotidiana, al igual que se entregan o vivencian las creencias,
las costumbres y los estilos de vida propios de cada familia, comunidad
o espacio social al que se pertenece. Virginia Satir al considerar
que cuando el individuo llega al mundo, la comunicación es
el factor determinante de las relaciones que establecerá
con los demás, y lo que sucederá con cada una de ellas
en el mundo... abarca la diversidad de formas como la gente transmite
información, qué da y qué recibe, cómo
la utiliza y cómo te da significado... cada familia comunica
algo para enfrentar el mundo exterior. Cómo desenvolverse,
qué hacer ante determinadas situaciones y cómo relacionarse.
La forma en que nos comunicamos
puede afectar lo que sentimos respecto de nosotros mismos, de los
demás y las situaciones; esos sentimientos afectan en distinto
nivel y grado nuestras interacciones que se traducen en pensamientos,
sentimientos, respuestas corporales. Estudiar la comunicación
es hacerlo de la manera como las personas reaccionamos en distinta
situaciones e indagar por el significado que tiene para cada actor
los hechos; en ese sentido sigue Satir los celebres axiomas de la
comunicaciones de la comunicación (Watzlawick, 1981), el
primero de los cuales dicta que conducta es igual a comunicación
y por tanto toda reacción puede tener un valor significativo
para alguien dentro del sistema.
Patrones de la comunicación
en la vida familiar
Uno de los aspectos más citados de su trabajo, son los “patrones”
o formas recurrentes de comportarnos (que incluyen un conjunto de
subsistemas como es el ‘verbal’, ‘corporal’,
‘cognitivo’…). Satir identifica cuatro modelos-patrones
que utiliza las personas usan para comunicarse y que responden a
una manera de evitar el rechazo o las amenazas del entorno o el
medio. En todos los casos, el individuo siente y reacciona a la
amenaza, pero como no quiere demostrar debilidad intenta disimular
así. Estos patrones son sistemas que la persona aprende a
manejar, regular para sobrellevar las disfunciones con el exterior.
Estos modelos-posiciones de la comunicación no son rígidas
e inmutables, pueden “renovarse”. Si se manejan los
problemas con respuestas aplacadoras, el daño interno del
mensaje emitido a sí mismo de minusvalía; no obstante,
si se encuentra la manera, es posible renovar la capacidad para
sentir y expresar ternura, expresar afecto sin sentirse amenazado,
no dependen de la aceptación (o falta de ella) de los demás),
ni mucho menos someter al otros marcados estereotipos (Satir, 1989:
230)
1.- ACUSADOR O CULPADOR Es la figura
de un “superyo” (palabra no usada por Satir) desmedido,
aparte del significado literal que se diga en su tono hay una inculpación
y desacuerdo de principio con el interlocutor (parece decir: “Nunca
haces nada bien. ¿Qué es lo que te pasa?). El cuerpo
habla también y parece decir con su postura erguida: "Yo
soy el que manda aquí"; el interior tiene otro relato
caracterizado por la frustración y soledad de un individuo
que clama en realidad ser aceptado y querido.
2.- APLACADOR – Las palabras
concuerdan: "Todo lo que tu quieras esta bien. Sólo
deseo tu felicidad". El cuerpo suplica: "Estoy desamparado".
El interior: "Me siento una nulidad; sin el estoy perdida.
No valgo nada"
3.- SÚPER RAZONABLE- Las
palabras ultra razonables: "Si uno se pusiera a observar cuidadosamente
las personas presentes, notaria que hay quien tiene las manos maltratadas
por el trabajo." El cuerpo calcula: "Soy calmado, frío
e imperturbable." El interior: "Me siento vulnerable".
4.- IRRELEVANTE.- De la misma manera
que los otros patrones, las palabras que usa esta modalidad parecen
decir por encima de su significado: “esto que digo no tiene
sentido”. La visualización del cuerpo bien puede ser
la de un objeto contorsionado y en exceso distraído. En la
dinámica interior hay una honda sensación de no importar
a nadie.
Ninguno de estos modelos presentados
con anterioridad es efectivo, son formas que generan también
ciertos efectos y que e principio el analista, mediador o facilitar
conoce y puede identificar; sólo la respuesta abierta o fluida,
es la única que permite relaciones fáciles, libres
y honestas y hay pocas amenazas para la autoestima. Además
estos modelos tienen valencias y modos de comportamiento positivo,
(lo que llama dimensión renovadora”); por ejemplo,
en el caso del acusador renovado” se convierte en la capacidad
de defender los propios derechos, en levantar la voz cuando es necesario;
tener este tipo de comportamiento revela compromiso, la diferencia
está en hacerlo de manera realista y consciente; el super-razonable
“renovado” se convierte en el uso creativo de nuestra
inteligencia; es gratificante usar la inteligencia más allá
de la autodefensa o autoprotección lo que hace de esta facultad
algo aburrido y estéril; la “irrelevancia renovada”
se convierte en la capacidad de ser espontáneo y nos da nuevas
direcciones para darnos cuenta de nuestras realidades.
La convivencia familiar y su grado
de salud se encuentra muy determinada por al aprendizaje y modelaje
de la comunicación, de sus patrones, la identificación
de sus códigos y la observación total de los componentes
proveedores de significado. Las destrezas comunicativas apelan a
todos los elementos del proceso comunicación y se central
principalmente en el binomio “Atender” (ser receptivo
en el sentido más amplio) y “Responder” al contenido,
al sentimiento, al significado pragmático; dar respuesta,
retroalimentación, saber confrontar con claridad, oportunidad,
compromiso y afecto, etc. Las metas del proceso de la comunicación
se alcanzan a través de las destrezas que exhibe y ejecuta
el comunicador durante la relación interpersonal y estos
a su vez son transmisibles y aprendidos por le receptor, definiéndose
así el carácter bidimensional de la relación.
“Atender” y “Responder”, constituyen la
base del proceso de la comunicación entre las personas y
propicia una relación de ayuda. Todas las relaciones Humanas
son relaciones de ayuda (potencialmente), puesto que promueven el
desarrollo.
Satir en suma no es una teórica
en el sentido lato del término, pero aparte de compartir
y explicar una dimensión sistémica de la comunicación,
operacionaliza una propuesta muy dinámica y viva que se caracteriza
por su accesibilidad; en ese sentido su “teoría”
tiene que ser la articulación de tres operaciones: una idea
clara de la vivencia de la comunicación, una terapia para
promover entornos comunicativos y dentro de éstos un enfoque
original y dinámica aplicada a la vida familiar. Después
de leer a este autora se tiene la impresión de una cierta
sencillez para manejar los problemas de comunicación; en
realidad es un efecto de la pedagogía Satir quien señala
lo más relevante para encontrar soluciones a los conflictos
interpersonales en el seno familiar. Queda pendiente, más
allá del semillero de nociones o frases que puedan ser melosas,
un estudio más descriptivo sobre los componentes educativos
y didácticos (que de alguna manera la Programación
Neuro-lingüística de Bandder y Grinder exploraron),
que a los estudiosos de la comunicación interpersonal y grupal
nos queda desgranar y aplicar creativamente en otros entornos; cabe
pro ejemplo preguntarnos qué tanto de lo dicho por Satir
puede ayudar a analizar fenómenos de interacción en
entornos virtuales que aunque éstos no se basan en el modelo
cara-cara, comparten elementos afectivos, referenciales y cognitivos
que Satir exploró y para los cuales da algunas ideas.
Notas:
1
Por ejemplo, la familia nuclear está conformada por el padre,
la madre y los hijos, los que a su vez se organizan en las redes:
conyugal, progenito-filial, paterno-filial y fraternal)
2 Centro de esa universidad invisible
como se le conoce a la Escuela de Palo Alto
Referencias:
Bandler Richard y John Grinder (1990)
De sapos a príncipes, Santiago de Chile, Cuatro
Vientos.
Bateson Gregory, et al (1984) La Nueva Comunicación,
Barcelona. Kairós
Marc Edmond y Dominique Picard (1992) La interacción
social. Cultura, instituciones y comunicación, Barcelona,
Paidos.
Satir, Virginia
(1983) Psicoterapia familiar conjunta, México. La
Prensa Mexicana, S.A..
(1986) Relaciones humanas en el núcleo familiar,
México, PAX
(1988) Nuevas Relaciones Humanas en el Núcleo Familiar.
1ª ed. 11 reimp. México, Editorial Pax, México.
(1989) El primer paso para ser amado. México, PAX
(1990) En contacto íntimo. Como relacionarse con uno
mismo y con los demás.
México, Concepto, S.A.
(1990) Autoestima, México. PAX.
(1991) Nuevas relaciones humanas en el núcleo familiar.
México, PAX
(1995) Terapia Familiar Paso a Paso, México, PAX
Satir, Virgini et al (1991) Talleres de comunicación
con el enfoque Satir. Manual de trabajo práctico, México,
PAX.
Watzlawick Paul et al (1981)
Teoría de la Comunicación Humana, Barcelona,
Herder [1ª en inglés, 1967]
Wittezaele Jean Jacques y
Teresa García (1994) La Escuela de Palo Alto. Historia
y evolución de las ideas esenciales. Barcelona, Herder.
Dr.
Tanius Karam
Profesor e investigador en el Departamento de Comunicación
y Cultura en la Universidad de la Ciudad de México;
coordinador del seminario sobre Teoría y Métodos en
Comunicación Educativa del posgrado en Educación de
la Universidad Marista. Colaborador de
suplementos culturales en varias revistas principalmente mexicanas
sobre temas de literatura y periodismo, México. |