Por Adriana Chávez
Número 36
Introducción
A propósito de la gran variedad de programas de corte educativo
que se han difundido por televisión desde los inicios de
este medio, y con mayor fuerza a partir de los años setenta,
cabe hacer un alto para reflexionar sobre lo que implica entender
a la televisión en esos términos.
El presente texto recupera información
relevante sobre la historia de la televisión educativa y
con ello se intenta vislumbra una definición que permita
distinguir entre lo que es realmente televisión educativa
y aquello que no lo es.
A través de investigación
bibliográfica y entrevistas a expertos, se obtuvieron diferentes
definiciones del término que se articulan en el presente
trabajo para dar una nueva aproximación a lo que se entiende
por televisión educativa desde una mirada sistémica.
Cabe aclarar que la distinción entre televisión educativa
y televisión para el aprendizaje es sólo una propuesta,
que independientemente de que sea aceptada o no por el lector, pretende
dejar abierta la reflexión en torno al tema.
Palabras clave:
Comunicación, Educación, Comunicación Educativa,
Televisión educativa, Televisión pública, Televisión
privada, Televisión a distancia, Educación como constructo
social, Enculturización, Televisión para el aprendizaje.
Televisión Educativa O
Televisión Para Aprender
El encuentro entre comunicación y educación
Si bien la comunicación
es un fenómeno que antecede al hombre, las prácticas
comunicativas sólo se hicieron posibles gracias al paulatino
desarrollo tecnológico y cultural, en tanto que los saberes
comunicativos apenas alcanzan poco más de medio siglo. Las
aportaciones teóricas en comunicación, hechas a lo
largo de este tiempo generan una gran cantidad de definiciones de
lo que es el término, sin embargo, una de las más
recurrentes es aquella que regresa a sus orígenes etimológicos
y se refiere al poner en común con el otro.
La educación por su parte,
ha sido conceptuada infinidad de veces, desde los antiguos griegos
hasta la actualidad, pero en general el discurso de la educación
"se ha orientado siempre al desarrollo de las más altas
virtudes humanas" (Byrd, 2000: 35). La relación entre
comunicación y educación es una constante histórica
en la cual, la primera es condición indispensable de la segunda,
sin embargo, hasta principios del siglo XX no existía una
vinculación directa.
Como objeto de estudio diferenciado,
la comunicación educativa tiene sus orígenes en la
década de los 20, a partir de que se le descubre y estudia
por separado y se reconocen las posibilidades que ofrecen los instrumentos
de comunicación masiva aplicados a la educación. Originalmente
se le conocía como comunicación audiovisual o auxiliares
de la enseñanza y no es hasta los años 70 cuando adopta
el nombre de comunicación educativa. (Torres:1999, p.3)
En este nuevo paradigma que involucra
a la educación con la tecnología, la educación
se sirve de los medios de comunicación para incidir en un
mayor número de personas, bajo condiciones espacio temporales
accesibles y a partir de un lenguaje verbo audio visual. Los medios
electrónicos no necesitan mayor instrucción para ser
decodificados, de tal suerte que permiten difundir mensajes que
de otro modo y por diversas cuestiones (geográficas, económicas
o culturales) no hubiera sido posible.
Al respecto, Francisco Sierra afirma
que "la Comunicación Educativa ha sido, el marco de
trabajo académico que ha tratado la compleja integración
entre información, tecnología, educación y
cultura, a partir de las relaciones existentes en esta materia iniciada
con los programas de educación "en" "sobre",
"a través" y "con" los medios y modernas
tecnologías electrónicas de comunicación por
el sistema formal de enseñanza" (Sierra, 2003:).
Algo similar propone un grupo de
investigadores en comunicación de la ENEP Acatlán
cuando mencionan que la comunicación educativa es una área
interdisciplinaria que produce expresiones para la enseñanza
considerando las condiciones de recepción y producción
como aspectos relevantes para las tres áreas que maneja la
comunicación educativa: En el aula, por los medios y para
los medios. López, T. C. (1995).
Es propósito de este texto
hacer una reflexión sobre la educación que se apoya
en medios de comunicación como la televisión educativa,
pues el discurso y la acción con fines educativos son mucho
más que el soporte que se utiliza. Para ello es menester
revisar el contexto en el que se da la televisión educativa
y revalorar el concepto de educación. Cabe entonces preguntarse
¿qué es la televisión educativa?
Televisión y educación:
un binomio de posibilidades.
A principios del siglo XX
los avances tecnológicos se desarrollan de manera notable
y como consecuencia las prácticas comunicativas se consolidan
a partir de los medios de comunicación masiva existentes
como la radio, la fotografía o el cine, siendo este último
uno de los medios con mayores posibilidades en la educación.
Las imágenes en movimiento
del cinematógrafo, casi a la par del surgimiento de la comunicación
educativa, inician sus primeras proyecciones con fines educativos
en 1922 a través de los talleres cinematográficos
de la SEP.
Con el propósito de fomentar
el uso del cine como medio educativo se forma en 1933 la Sociedad
Pro-Cine Educativo, y en la misma fecha la SEP produce su primera
película: Pescadores, mejor conocida como Redes.
El cine como medio de difusión
educativa cede paulatinamente el paso a la transmisión sincrónica
de sonidos e imágenes de recepción simultánea
que ofrece la televisión. En México las transmisiones
experimentales de González Camarena inician en 1946 por XHIGC.
A partir de entonces el binomio televisión y educación
inician el recorrido de las distintas experiencias que configuran
la televisión educativa hasta nuestros días.
La primera demostración de
televisión en blanco y negro con fines educativos se da a
propósito de la VII Asamblea de Cirujanos, en el quirófano
principal del hospital Juárez en 1948, y dos años
después dan inicio de manera formal las primeras transmisiones
de carácter comercial a través de XHTV, canal 4 de
Televisión de México, S.A. propiedad de Rómulo
O´Farril. Desde entonces la televisión se bifurca en
dos sentidos: televisión pública o gubernamental y
televisión privada.
Puesto que persiguen fines diferentes
la televisión pública genera un tipo de mensajes encaminados
a apoyar las distintas funciones del estado, en tanto que la televisión
privada se dirige primordialmente a promover a sus anunciantes y
ofrecer entretenimiento de manera masiva.
La experiencia muestra que la relación
entre gobierno y medios de comunicación privados genera un
tipo de ideología conveniente para la clase hegemónica
que ayuda a mantener el estado de las cosas (status quo), mientras
las voces disidentes y miradas subversivas en contra del sistema,
han tenido que ver pasar varias décadas antes de encontrar
una leve luz de esperanza en los medios de comunicación,
pues las más de las veces la apertura de la información
es sólo el espejismo de las válvulas de escape institucional.
A propósito de lo anterior
la a Ley Federal de Radio y Televisión (1960) , contempla
que:
La televisión constituye
una actividad de interés público que compete al
Estado proteger y vigilar, su función social es:
Contribuir al fortalecimiento de la integración nacional
y al mejoramiento de las formas de convivencia humana
Afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad
humana y los vínculos familiares.
Evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico
de la niñez y la juventud.
Contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar
las características nacionales, a las costumbres del país
y sus tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores
de la nación mexicana.
Fortalecer las convicciones democráticas, la unidad nacional
y la amistad y cooperación internacionales.
Si bien la función social
de la televisión es, a grandes rasgos, la de cultivar valores
y promover la cultura, no tiene por obligación educar a sus
televidentes, pero hay quienes como Mario Kaplún sugieren
que "todo programa educa, sólo que -lo mismo que la
escuela, lo mismo que el hogar- puede educar bien o mal" (Kaplún
citado por Abrego, 2000).
Es claro que la televisión
promueve en el espectador una serie de valores, y representaciones,
sin embargo, no se le puede ver todavía como un proceso de
educación sino de enculturización, es decir, el proceso
en el que un individuo o grupo ponen en relación los sucesos,
los fines y las creencias que los grupos sociales quieren preservar
y estos los interiorizan y los hacen suyos. (Torres: 1999, p. 3)
El papel del sector público
en la educación
El gobierno federal, a través
de diferentes instancias, ha sido el principal promotor de la educación
con apoyo de tecnología. Aún antes de la llegada de
la televisión, la Secretaría de Educación Pública
ya trabajaba al respecto. Por tanto no es raro que sea el gobierno
quién cuente con mayor experiencia en el uso educacional
de la televisión.
Sus actividades en este rubro se
han orientado primordialmente a "apoyar sus programas de educación
formal escolarizada o a brindar sustitutos de ésta",
sin embargo, "las más de las veces, el uso de los medios
se ha hecho sin una clara conciencia pedagógica de su utilidad,
guiados por el mero deslumbramiento tecnológico de los medios
de comunicación y forzado por la elevada demanda educacional"
(CONSET: 1985, p.11)
A finales de los años 70
la televisión educativa de producción estatal adquiere
mayor fuerza y a la sombra de distintos organismos públicos
como la Unidad de Telesecundaria, la Unidad de Televisión
Educativa y Cultural, Canal 11, el Instituto Nacional para la Educación
de Adultos, Televisión de la República Mexicana y
Canal 22, apoyan la educación de manera formal e informal.
La experiencia más importante
al respecto fue en aquel entonces Telesecundaria, dirigida a sectores
marginados de la población y con base en el plan de estudios
de la SEP para el nivel secundaria. La Unidad de Telesecundaria
es responsable de la planificación y elaboración del
diseño y la evaluación de los programas, y la UTEC
encargada de la realización técnica y transmisión
de señales.
El UTEC conjuntamente con la SEP,
generan diversos programas culturales para fomentar el interés
por nuestro país, la memoria histórica o la identidad
nacional con series como "Los grandes maestros del arte popular",
"México plural", "Los libros tienen la palabra",
"Los maestros", "Los que hicieron nuestro cine",
etc. Otras experiencias son: Teleprimaria, telenovelas educativas,
el INEA, La capacitación agropecuaria e industrial, campañas
sanitarias, educación sexual. (CONSET: 1985, p.15).
La Secretaría de Educación
Pública a través de diferentes instancias, ha estado
presente durante casi cinco décadas en la televisión
con fines educativos. Actualmente la Dirección General de
Televisión Educativa es la encargada de generar dichos trabajos.
La televisión a distancia,
Red Edusat
La Dirección General
de Televisión Educativa, dependencia de la SEP, es el organismo
más importante en cuanto a televisión educativa se
refiere, y tiene a su cargo el sistema EDUSAT, el más importante
en su naturaleza en Latinoamérica.
EDUSAT pretende lograr un esquema
de equidad en materia educativa como difusor del conocimiento a
partir de medios electrónicos y con esto contribuir al abatimiento
del rezago educativo en México. Este sistema cuenta con 30
mil puntos receptores en casi todo el Continente Americano. Con
nueve canales de programación propia y tres de retransmisión
y cuatro de radio.
De los nueve canales con programación
propia, la Dirección General de Televisión Educativa
(DGTVE) administra el canal 11, 12, 14 y 17, mientras que el Instituto
Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE) se encarga
de los canales 13, 15, 16 y 18, y el Consejo Nacional para la Cultura
y las Artes el Canal 23
Las tareas de EDUSAT son:
- La operación de la Red
Edusat, que abarca los ámbitos de programación y
transmisión de programas educativos, para la televisión
y radio, así como la operación y el mantenimiento
preventivo y correctivo de Red Edusat.
- Operación de la Red Edusat,
que abarca los ámbitos de programación y transmisión
de programas educativos, para televisión y radio, así
como la operación y el mantenimiento preventivo y correctivo
de la Red Edusat.
- Producción audiovisual,
entendida como la concepción y la realización de
series y programas educativos, acordes a las necesidades de diferentes
públicos.
- Servicio Nacional de Imagen Educativa,
que comprende conservación y sistematización de
acervos.
- Formación, capacitación
y actualización para profesionales vinculados con los medios
audiovisuales educativos.
- Investigación, desarrollo
audiovisual y evaluación.
(DGTVE:1999)
Red satelital de televisión
educativa EDUSAT también se transmite en televisión
abierta, en los canales 11 y 22. La televisión gubernamental
con fines educativos ha generado la mayor parte de los programas
de este corte a lo largo de la historia de la televisión,
y ha tenido presencia en la televisión privada gracias a
los tiempos que la ley le otorga y a los canales estatales como
el ya desaparecido canal 13 IMEVISION, o el Canal 11 y Canal 22.
La televisión educativa
en el sector privado.
La televisión educativa
del sector privado "se introdujo al campo instruccional por
primera vez en el año de 1975, con la transmisión
de la telenovela "ven con migo", que dio la pauta para
la producción de "Acompañame" y "Vamos
juntos" en los años de 1977 y 1979". Esta última
recupera los valores de las dos producciones anteriores e incorpora
otros como la integración familiar, o los factores intelectuales
por lo que se le consideró en su momento como innovadora.
En 1976 Televisa y la Universidad
Nacional Autónoma de México inician un convenio de
colaboración que permite a la televisora consolidar su participación
en el campo educativo. "Introducción a la Universidad"
fue el primero de los programas realizados a partir de este convenio,
otro ejemplo sería el programa "Divulgación Universitaria"
que se transmitió a partir de 1977 con el propósito
de sustituir las cátedras universitarias suspendidas por
una huelga de trabajadores de la UNAM y en el cual participaron
353 maestros universitarios. (CONSET: 1985, p.23)
Los programas con fines educativos
continuaron gracias al trabajo conjunto con otras organizaciones
como el Centro de Información de Datos Educativos, Fundación
Televisa, el Instituto Mexicano de Estudios de la Comunicación
y el Centro de Investigaciones de Televisa, además
de los acuerdos de colaboración con The Children´s
Television Workshop, Fundación Ford y Coca
cola Corporation con quienes hizo posible una de las más
importantes experiencias educativas de los años setenta:
el programa Plaza Sésamo. (CONSET: 1985, p.22)
En 1967 The children´s
Television Workshop inició sus actividades en Estados
Unidos como un proyecto de investigación que se convirtió,
con el paso del tiempo, en una de las mayores productoras de programas
de televisión educativa, gracias a su principal producto,
Plaza Sésamo. (DGTVE:1999)
Desde sus orígenes Plaza
Sésamo se dirigió fundamentalmente a los niños
en edad preescolar de la población marginada norteamericana,
con el propósito de mejorar su rendimiento escolar, y una
vez probado su éxito, la serie se distribuyó por
todo el mundo, especialmente entre los países del Tercer
Mundo. La primera versión de Plaza Sésamo para Latinoamérica
se produjo en México con el financiamiento de la Fundación
Ford y la empresa trasnacional Xerox bajo la responsabilidad de
The Children´s Televisión Workshop en el año
de 1982 (CONSET: 1985, p.25)
La participación conjunta
de Televisa con las mencionadas organizaciones permite que dicha
televisora reestructure su programación con el fin de mejorar
sus contenidos y con las técnicas y experiencias utilizadas
en Plaza Sésamo, crea otros programas del mismo corte como
"El tesoro del saber".
En la actualidad la televisión
comercial tiene poco cuidado de crear programas expresamente para
difundir o promover valores, y se van más por el lado del
entretenimiento o en el peor de los casos son programas importados
de los Estados Unidos. De aquí que la pregunta sea ¿Es
posible la educación por televisión?
La educación como un constructo
social
La televisión educativa
"hace referencia a toda emisión de programas por televisión
dirigidos específicamente a potenciar la información,
con objeto de mejorar el estándar cultural de la población,
y optimizar los niveles educativos de determinados colectivos (escolares,
o profesionales). Su eje sustancial es la referencia educativa."
(Sánchez, 1995: p.40)
De acuerdo con la definición
anterior la televisión educativa está encaminada a
potenciar información, mejorar el estándar cultural,
y optimizar los niveles bajo la referencia educativa. Sin embargo,
parece aventurado pensar que estos fines sean en el sentido estricto,
educación, pues el término de referencia educativa
parece ambiguo. Para definir la televisión educativa es necesario
puntualizar lo que se entiende por educación, pues de no
hacerlo se corre el riesgo de caer en un paneducacionismo que afirme
que todo acontecimiento, vivencia y experiencia educan y en este
sentido si todo educa entonces el objeto de estudio de la educación
será todo.
El problema epistemológico
planteado en el párrafo anterior encuentra una respuesta
en la Teoría de sistemas y más puntualmente en el
trabajo del teórico de la comunicación Manuel Martín
Serrano1.
Al establecer los diferentes estados
posibles que puede adoptar un sistema se puede llagar al conocimiento
de los componentes implicados de forma obligatoria u optativa en
el mismo, además de distinguir sus diferencias estructurales
y funcionales, en dependencias solidarias, causales o específicas
que las relacionan.
Para explicar estas relaciones de
manera más clara, es útil el modelo de la cebolla
en tanto que nos permite ubicar cuáles son los diferentes
sistemas y como pueden ser abordados. Esta forma de explicar la
realidad parte de un sistema histórico, Referencial, Social,
Comunicativo y cognitivo.
Si bien es cierto que en el caso
de la educación la polisemia del término hacer pensar
que todo educa, también es cierto que el término de
televisión educativa se usa indiscriminadamente para mencionar
cualquier mensaje capaz de exaltar valores o virtudes humanas, de
aquí la necesidad de recurrir a este modelo, pues la educación
puede permear a los diferentes sistemas pero sólo se puede
ubicar en uno de ellos.
Los sistemas y subsistemas que contempla
este modelo son abiertos y por ello son multiafectados, pero la
enculturización de la que se habló con anterioridad
se ubica en el sistema referencial. La educación es un constructo
social pues es parte del sistema social y su práctica depende
de una institución que asigna recursos económicos
y humanos con un fin determinado. La socialización se ubica
en el sistema comunicativo y por último el aprendizaje es
parte del sistema cognitivo.
Con la reflexión anterior
es posible distinguir dos tipos de televisión: Por un lado
aquella que forma parte de un programa educativo avalado por alguna
instancia social (relación educación- sistema social),
y por otro lado aquella capaz de promover algún tipo de habilidad
de manera aislada al sistema educativo nacional o fomenta valores
y principios (relación aprendizaje - sistema cognitivo).
En ambos casos puede darse un proceso
de enculturización, sin embargo, en el primero será
la sociedad la encargada de evaluar y legitimar esos conocimientos
adquiridos, mientras que en el segundo caso los conocimientos se
dejan al arbitrio de quién los consume y pueden ser aplicados
o no durante su vida.
Televisión Educativa yTelevisión
para el Aprendizaje:
Una Propuesta para Distinguir a la Televisión con Fines Educativos
Al referirse a la educación,
Pitágoras señalaba que educar no es dar carrera para
vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida. Algo
parecido deben pensar aquellas instituciones u organizaciones que
se han dado a la tarea fomentar contenidos educativos y reconocen
en la tecnología un medio adecuado para ello.
Sin embargo, es pertinente situar
a la educación como objeto de estudio definido pues, como
se dijo anteriormente, de no hacerlo se cae en el error de pensar
que todo es educación y en estos términos, cualquier
producto televisivo se puede promover como educativo.
Como se mencionó con anterioridad,
el presente trabajo pretende hacer una distinción clara de
lo que es la televisión educativa y de aquello que no lo
es, para que en esa medida no se espere más de productos
comunicativos que no son propiamente educativos, y no se deje en
menos a aquellos que apoyan la educación.
Además nos permitirá
ubicar en su justo medio el papel de la televisión sin llegar
al extremo de concebir el medio como lo hace Javier Esteinou quien
ve a la televisión mexicana como "Un cerebro colectivo
divorciado de las necesidades del cuerpo social, que nos orienta
a pensar en el triple eje cultural del consumo, los aportes y las
ideologías del espectáculo y sólo ocasionalmente
nos conduce a reflexionar y sentir los problemas centrales de nuestra
sociedad". (Trejo, 2003)
Televisión para el aprendizaje
El aprendizaje en una capacidad
biológica de los seres vivos que puede ser distinta en cada
individuo y depende de la acomodación que se haga de la información
nueva en la estructura cognitiva ya sea de manera memorística
o significativa. De tal suerte que es posible aprender de cualquier
experiencia de vida, y de aquellas que apelan a nuestros sentidos
a partir de los medios de comunicación.
Una televisión para el aprendizaje
deberá tener presentes los valores y principios que sustentan
su cultura y ayudar a promover actitudes y habilidades, aunque estas
no sean avaladas por el sistema social.
Televisión educativa
Sin negar la influencia que
ejerce la televisión (como medio de comunicación de
masas) en el aprendizaje, los efectos que se producen no son necesariamente
educativos, pues para ello, son indispensables algunos elementos
cardinales. Es decir, siguiendo la explicación de Ochoa (2003,
p.3), la televisión educativa debe diseñar programas
con una intencionalidad clara y expresa; los planteamientos técnicos
deben aparecer supeditados a los didácticos, de ahí
que los contenidos y las audiencias aparecen delimitados.
En el caso de la televisión
educativa se utilizan medios y materiales complementarios, donde
todos los elementos (códigos audiovisuales) se ponen al servicio
de la educación-enseñanza-formación. El precio
o la rentabilidad han de medirse con parámetros diferentes
a los que se utilicen en la televisión comercial. Y los criterios
de calidad han de privar sobre criterios de la audiencia.
La Televisión Educativa
persigue objetivos muy definidos en el campo educativo, que contribuyen
de manera eficaz en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Su interés e intención es básicamente el
de educar en un sentido amplio, ofreciendo a través de
la televisión una serie de contenidos inmersos en cada
uno de los niveles educativos, incorporando además conocimientos,
valores y habilidades. (Abrego, 2000 p.10).
Para la propuesta del presente texto,
la definición anterior es útil para identificar lo
que es la televisión educativa, pero quizás faltará
agregar en esta cita que la existencia de un currículum que
sustente los contenidos y la validación social en este proceso
de enseñanza- aprendizaje es lo que le da el carácter
de educativo a la televisión.
Al cuestionamiento sobre si ¿es
posible la educación a través de un medio como la
televisión?, Se puede afirmar que sí es posible, y
hacerlo traerá consigo innumerables ventajas sobre todo para
los sectores más marginados.
Sin embargo, hay quienes consideran
que la educación sólo es posible en la escuela tradicional,
en la cual se imparte el discurso verbal hegemónicamente
sobre cualquier otro instrumento de lenguaje, y la riqueza de la
labor docente estriba en mirar a sus alumnos, percibir y reconocer
a quiénes se está educando.
Quizás las bondades de la
educación presencial no sean sustituidas jamás por
ningún medio, pero hay que reconocer el enorme impacto de
los medios tecnológicos en la educación, no se trata
de cambiar ante la necesidad de la eficientización de los
tiempos, sino tomar en cuenta que la labor educativa puede llegar
a más gente y de distintas formas a partir del lenguaje verbo
audiovisual.
Es labor de quién participa
en esta tarea tener en cuenta que la educación no es el medio
sino el fin, y que un programa que promueva la educación
o el aprendizaje, deberá reflexionar sobre las necesidades
educativas con un fin social.
La labor de educar o promover el
aprendizaje a partir de los medios es un reto constante. En el primer
caso, la televisión educativa debe tener presente que es
sólo una parte de un programa educativo más amplio,
que responde a un currículum y esta validado socialmente.
Mientras que en el caso de aquellos programas que apelan al aprendizaje,
se deben tomar en cuenta infinidad de factores tales como: la edad
del público al que van dirigidos, las habilidades, conocimientos
y destrezas propias de esta edad, su nacionalidad, su cultura y
su contexto o realidad inmediata, y con todos estos factores proponer
programas que diviertan, propicien el aprendizaje y sean de calidad.
En ambos casos, se deben ofrecer
los elementos necesarios para adoptar una postura ante la vida,
de tal modo que quien sea educado o aprenda a partir de los medios
tenga la capacidad de seleccionar de toda la gama de posibilidades
existentes, aquellas que lejos de situarlo en la dinámica
del mundo actual le de la posibilidad de elevar su espíritu
a partir de la reflexión y el conocimiento y ¿ por
qué no? creer en las utopías.
4. RESUMEN
Existe un vínculo indisociable
entre educación y comunicación, en donde esta última
no es sólo el medio para transmitir señales, también
implica la acción misma de poner en común.
Tanto la educación como la comunicación han estado
presentes a lo largo del desarrollo humano, sin embargo, de manera
paradójica, no se ha ubicado claramente el objeto de estudio
de ambas disciplinas y se cae en el error común de pensarlas
insertas en todo.
La comunicación educativa
revalora la relación entre comunicación y educación,
e incorpora la tecnología en los procesos de enseñanza
y aprendizaje como el caso de la televisión.
La televisión educativa tiene
sus orígenes antes del surgimiento de la televisión,
y se caracteriza por perseguir fines de enseñanza formal
y no formal, sin embargo, los diferentes tipos de contenidos hacen
pensar en la necesidad de establecer qué es claramente la
televisión educativa y que contenidos son educativos y cuales
no.
La televisión educativa desde
una visión sistémica y comunicativa es más
un constructo social que cognitivo, es decir, le corresponde a la
sociedad, a través de distintas instancias, validar y legitimar
la educación que se imparte a través de este medio.
Si como dice Pitágoras educar
es templar el alma para las dificultades de la vida, entonces seguramente
se podrán encontrar ejemplos afortunados al respecto en la
televisión educativa tanto gubernamental como privada. Sin
embargo, queda a discusión el término, pues en alguna
manera los programas de corte educativo que no cuenten con una certificación
o validación institucional también generan aprendizaje.
Para resolver esta distinción
entre un tipo de televisión formal que se sujeta a un plan
educativo y se legitime socialmente, de aquel otro que, si bien
genera aprendizaje, no es reconocido socialmente, el presente texto
ubica por un lado a la Televisión Educativa y por el otro
a una Televisión para el Aprendizaje, que puede estar sujeto
a un plan pedagógico y transmitir valores, conocimientos
y habilidades, pero no estar reconocido socialmente.
Una vez hecha esta distinción,
la encrucijada no se centra ya en el término de lo que es
Televisión Educativa y lo que no lo es, queda ahora abierta
la reflexión para clarificar si la Televisión como
medio de difusión, posibilita la educación aún
sin la riqueza comunicativa que supone la educación presencial
tradicional.
La televisión es un medio de comunicación y lo educativo
lo determinan los fines que persigue. La apuesta sería una
Televisión que ofrezca una amplia gama de posibilidades encaminadas
a elevar el espíritu, y que sea igualmente significativa
para aquél que recibe certificación o reconocimiento
oficial por este tipo de aprendizaje, como para quién sólo
aprende de los contenidos. Es posible educar a partir de los medios
de comunicación, pero también es posible aprender.
Notas:
1
El autor refiere en diferentes textos la mediación social
y la teoría de sistemas, existen textos inéditos que
se generaron a propósito de su visita a la Universidad Nacional
Autónoma de México Campus Acatlán.
Referencias:
Documentales :
- Abrego, S.R. (2000). El guión
para televisión educativa formal. El caso de telesecundaria.
Tesis de Licenciatura no publicada. Universidad Nacional Autónoma
de México. Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán.
México.
- Byrd, O.A. (2000). La UNAM frente a la educación con
tecnología. Reencuentro. Análisis de problemas
universitarios, (35), 24-37.
- Cuadernos del Colegio de Educación y Comunicación.
Caracterización de la Comunicación Educativa (Segunda
parte) La comunicación educativa como práctica social.
Torres. H. Noviembre 1998. Número 3, Volumen 1, Año
2.
- Diccionario de las Ciencias de la Educación. (1987)
Vol II Santillana. México: Ed. Nuevas Técnicas Educativas,
S.A.
- La Segmentación Televisiva. Investigación de
carácter Exploratotio, documental sobre experiencias en mercadotecnia
televisiva. Eduardo Ochoa WWW. Monografías. Com /ochoa
/htlm. 27 sept 2003.
- La televisión educativa y cultural en la escena internacional.
<http://dgtve.sep.gob.mx/tve/index.htm>
- López, T. C. (1995). Propuesta metodológica para
la producción de materiales de enseñanza por computadora.
Tesis de Licenciatura no publicada. Universidad Nacional Autónoma
de México. Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán.
México.
- Martín. M. (1993). Teoría de la Comunicación.
2ª ed. México: Escuela Nacional de Estudios Profesionales
Acatlán.
- Torres. H. Razón y Palabra. Caracterización de la
Comunicación Educativa (Primera parte). Número 13,
Año 4, Enero - Marzo 1999. Fecha de consulta: 1° de septiembre
de 2003.
- Salgado, M.I. (1999). EDUSAT (Red satelital de televisión
educativa)
<http://dbtve.gob.mx.
Sept. 2003>.
- Serie comunicación: Educación y tecnología
la televisión educativa en México. (1985) México:
Consejo del Sistema Nacional de Educación Tecnológica.
- Sierra, F (2000). Introducción a la teoría de
la comunicación educativa . España: Ed.MAD.
- Trejo, D.R. (2001 ) Espacios
del Silencio: La Televisión Mexicana
WWW. Monografías. Com /ochoa /htlm. 27 sept 2003.
Adriana
Chávez Castro
Estudiante de la Licenciatura en Comunicación.
UNAM-
ENEP Acatlán, Estado de México,
México |