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Televisión Educativa o Televisión para Aprender
 

Por Adriana Chávez
Número 36

Introducción
A propósito de la gran variedad de programas de corte educativo que se han difundido por televisión desde los inicios de este medio, y con mayor fuerza a partir de los años setenta, cabe hacer un alto para reflexionar sobre lo que implica entender a la televisión en esos términos.

El presente texto recupera información relevante sobre la historia de la televisión educativa y con ello se intenta vislumbra una definición que permita distinguir entre lo que es realmente televisión educativa y aquello que no lo es.

A través de investigación bibliográfica y entrevistas a expertos, se obtuvieron diferentes definiciones del término que se articulan en el presente trabajo para dar una nueva aproximación a lo que se entiende por televisión educativa desde una mirada sistémica. Cabe aclarar que la distinción entre televisión educativa y televisión para el aprendizaje es sólo una propuesta, que independientemente de que sea aceptada o no por el lector, pretende dejar abierta la reflexión en torno al tema.

Palabras clave:
Comunicación, Educación, Comunicación Educativa, Televisión educativa, Televisión pública, Televisión privada, Televisión a distancia, Educación como constructo social, Enculturización, Televisión para el aprendizaje.

Televisión Educativa O Televisión Para Aprender
El encuentro entre comunicación y educación
Si bien la comunicación es un fenómeno que antecede al hombre, las prácticas comunicativas sólo se hicieron posibles gracias al paulatino desarrollo tecnológico y cultural, en tanto que los saberes comunicativos apenas alcanzan poco más de medio siglo. Las aportaciones teóricas en comunicación, hechas a lo largo de este tiempo generan una gran cantidad de definiciones de lo que es el término, sin embargo, una de las más recurrentes es aquella que regresa a sus orígenes etimológicos y se refiere al poner en común con el otro.

La educación por su parte, ha sido conceptuada infinidad de veces, desde los antiguos griegos hasta la actualidad, pero en general el discurso de la educación "se ha orientado siempre al desarrollo de las más altas virtudes humanas" (Byrd, 2000: 35). La relación entre comunicación y educación es una constante histórica en la cual, la primera es condición indispensable de la segunda, sin embargo, hasta principios del siglo XX no existía una vinculación directa.

Como objeto de estudio diferenciado, la comunicación educativa tiene sus orígenes en la década de los 20, a partir de que se le descubre y estudia por separado y se reconocen las posibilidades que ofrecen los instrumentos de comunicación masiva aplicados a la educación. Originalmente se le conocía como comunicación audiovisual o auxiliares de la enseñanza y no es hasta los años 70 cuando adopta el nombre de comunicación educativa. (Torres:1999, p.3)

En este nuevo paradigma que involucra a la educación con la tecnología, la educación se sirve de los medios de comunicación para incidir en un mayor número de personas, bajo condiciones espacio temporales accesibles y a partir de un lenguaje verbo audio visual. Los medios electrónicos no necesitan mayor instrucción para ser decodificados, de tal suerte que permiten difundir mensajes que de otro modo y por diversas cuestiones (geográficas, económicas o culturales) no hubiera sido posible.

Al respecto, Francisco Sierra afirma que "la Comunicación Educativa ha sido, el marco de trabajo académico que ha tratado la compleja integración entre información, tecnología, educación y cultura, a partir de las relaciones existentes en esta materia iniciada con los programas de educación "en" "sobre", "a través" y "con" los medios y modernas tecnologías electrónicas de comunicación por el sistema formal de enseñanza" (Sierra, 2003:).

Algo similar propone un grupo de investigadores en comunicación de la ENEP Acatlán cuando mencionan que la comunicación educativa es una área interdisciplinaria que produce expresiones para la enseñanza considerando las condiciones de recepción y producción como aspectos relevantes para las tres áreas que maneja la comunicación educativa: En el aula, por los medios y para los medios. López, T. C. (1995).

Es propósito de este texto hacer una reflexión sobre la educación que se apoya en medios de comunicación como la televisión educativa, pues el discurso y la acción con fines educativos son mucho más que el soporte que se utiliza. Para ello es menester revisar el contexto en el que se da la televisión educativa y revalorar el concepto de educación. Cabe entonces preguntarse ¿qué es la televisión educativa?

Televisión y educación: un binomio de posibilidades.
A principios del siglo XX los avances tecnológicos se desarrollan de manera notable y como consecuencia las prácticas comunicativas se consolidan a partir de los medios de comunicación masiva existentes como la radio, la fotografía o el cine, siendo este último uno de los medios con mayores posibilidades en la educación.

Las imágenes en movimiento del cinematógrafo, casi a la par del surgimiento de la comunicación educativa, inician sus primeras proyecciones con fines educativos en 1922 a través de los talleres cinematográficos de la SEP.

Con el propósito de fomentar el uso del cine como medio educativo se forma en 1933 la Sociedad Pro-Cine Educativo, y en la misma fecha la SEP produce su primera película: Pescadores, mejor conocida como Redes.

El cine como medio de difusión educativa cede paulatinamente el paso a la transmisión sincrónica de sonidos e imágenes de recepción simultánea que ofrece la televisión. En México las transmisiones experimentales de González Camarena inician en 1946 por XHIGC. A partir de entonces el binomio televisión y educación inician el recorrido de las distintas experiencias que configuran la televisión educativa hasta nuestros días.

La primera demostración de televisión en blanco y negro con fines educativos se da a propósito de la VII Asamblea de Cirujanos, en el quirófano principal del hospital Juárez en 1948, y dos años después dan inicio de manera formal las primeras transmisiones de carácter comercial a través de XHTV, canal 4 de Televisión de México, S.A. propiedad de Rómulo
O´Farril. Desde entonces la televisión se bifurca en dos sentidos: televisión pública o gubernamental y televisión privada.

Puesto que persiguen fines diferentes la televisión pública genera un tipo de mensajes encaminados a apoyar las distintas funciones del estado, en tanto que la televisión privada se dirige primordialmente a promover a sus anunciantes y ofrecer entretenimiento de manera masiva.

La experiencia muestra que la relación entre gobierno y medios de comunicación privados genera un tipo de ideología conveniente para la clase hegemónica que ayuda a mantener el estado de las cosas (status quo), mientras las voces disidentes y miradas subversivas en contra del sistema, han tenido que ver pasar varias décadas antes de encontrar una leve luz de esperanza en los medios de comunicación, pues las más de las veces la apertura de la información es sólo el espejismo de las válvulas de escape institucional.

A propósito de lo anterior la a Ley Federal de Radio y Televisión (1960) , contempla que:

La televisión constituye una actividad de interés público que compete al Estado proteger y vigilar, su función social es:
Contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y al mejoramiento de las formas de convivencia humana
Afirmar el respeto a los principios de la moral social, la dignidad humana y los vínculos familiares.
Evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud.
Contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo y a conservar las características nacionales, a las costumbres del país y sus tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nación mexicana.
Fortalecer las convicciones democráticas, la unidad nacional y la amistad y cooperación internacionales.

Si bien la función social de la televisión es, a grandes rasgos, la de cultivar valores y promover la cultura, no tiene por obligación educar a sus televidentes, pero hay quienes como Mario Kaplún sugieren que "todo programa educa, sólo que -lo mismo que la escuela, lo mismo que el hogar- puede educar bien o mal" (Kaplún citado por Abrego, 2000).

Es claro que la televisión promueve en el espectador una serie de valores, y representaciones, sin embargo, no se le puede ver todavía como un proceso de educación sino de enculturización, es decir, el proceso en el que un individuo o grupo ponen en relación los sucesos, los fines y las creencias que los grupos sociales quieren preservar y estos los interiorizan y los hacen suyos. (Torres: 1999, p. 3)

El papel del sector público en la educación
El gobierno federal, a través de diferentes instancias, ha sido el principal promotor de la educación con apoyo de tecnología. Aún antes de la llegada de la televisión, la Secretaría de Educación Pública ya trabajaba al respecto. Por tanto no es raro que sea el gobierno quién cuente con mayor experiencia en el uso educacional de la televisión.

Sus actividades en este rubro se han orientado primordialmente a "apoyar sus programas de educación formal escolarizada o a brindar sustitutos de ésta", sin embargo, "las más de las veces, el uso de los medios se ha hecho sin una clara conciencia pedagógica de su utilidad, guiados por el mero deslumbramiento tecnológico de los medios de comunicación y forzado por la elevada demanda educacional" (CONSET: 1985, p.11)

A finales de los años 70 la televisión educativa de producción estatal adquiere mayor fuerza y a la sombra de distintos organismos públicos como la Unidad de Telesecundaria, la Unidad de Televisión Educativa y Cultural, Canal 11, el Instituto Nacional para la Educación de Adultos, Televisión de la República Mexicana y Canal 22, apoyan la educación de manera formal e informal.

La experiencia más importante al respecto fue en aquel entonces Telesecundaria, dirigida a sectores marginados de la población y con base en el plan de estudios de la SEP para el nivel secundaria. La Unidad de Telesecundaria es responsable de la planificación y elaboración del diseño y la evaluación de los programas, y la UTEC encargada de la realización técnica y transmisión de señales.

El UTEC conjuntamente con la SEP, generan diversos programas culturales para fomentar el interés por nuestro país, la memoria histórica o la identidad nacional con series como "Los grandes maestros del arte popular", "México plural", "Los libros tienen la palabra", "Los maestros", "Los que hicieron nuestro cine", etc. Otras experiencias son: Teleprimaria, telenovelas educativas, el INEA, La capacitación agropecuaria e industrial, campañas sanitarias, educación sexual. (CONSET: 1985, p.15).

La Secretaría de Educación Pública a través de diferentes instancias, ha estado presente durante casi cinco décadas en la televisión con fines educativos. Actualmente la Dirección General de Televisión Educativa es la encargada de generar dichos trabajos.

La televisión a distancia, Red Edusat
La Dirección General de Televisión Educativa, dependencia de la SEP, es el organismo más importante en cuanto a televisión educativa se refiere, y tiene a su cargo el sistema EDUSAT, el más importante en su naturaleza en Latinoamérica.

EDUSAT pretende lograr un esquema de equidad en materia educativa como difusor del conocimiento a partir de medios electrónicos y con esto contribuir al abatimiento del rezago educativo en México. Este sistema cuenta con 30 mil puntos receptores en casi todo el Continente Americano. Con nueve canales de programación propia y tres de retransmisión y cuatro de radio.

De los nueve canales con programación propia, la Dirección General de Televisión Educativa (DGTVE) administra el canal 11, 12, 14 y 17, mientras que el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa (ILCE) se encarga de los canales 13, 15, 16 y 18, y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes el Canal 23

Las tareas de EDUSAT son:

  • La operación de la Red Edusat, que abarca los ámbitos de programación y transmisión de programas educativos, para la televisión y radio, así como la operación y el mantenimiento preventivo y correctivo de Red Edusat.
  • Operación de la Red Edusat, que abarca los ámbitos de programación y transmisión de programas educativos, para televisión y radio, así como la operación y el mantenimiento preventivo y correctivo de la Red Edusat.
  • Producción audiovisual, entendida como la concepción y la realización de series y programas educativos, acordes a las necesidades de diferentes públicos.
  • Servicio Nacional de Imagen Educativa, que comprende conservación y sistematización de acervos.
  • Formación, capacitación y actualización para profesionales vinculados con los medios audiovisuales educativos.
  • Investigación, desarrollo audiovisual y evaluación.
    (DGTVE:1999)

Red satelital de televisión educativa EDUSAT también se transmite en televisión abierta, en los canales 11 y 22. La televisión gubernamental con fines educativos ha generado la mayor parte de los programas de este corte a lo largo de la historia de la televisión, y ha tenido presencia en la televisión privada gracias a los tiempos que la ley le otorga y a los canales estatales como el ya desaparecido canal 13 IMEVISION, o el Canal 11 y Canal 22.

La televisión educativa en el sector privado.
La televisión educativa del sector privado "se introdujo al campo instruccional por primera vez en el año de 1975, con la transmisión de la telenovela "ven con migo", que dio la pauta para la producción de "Acompañame" y "Vamos juntos" en los años de 1977 y 1979". Esta última recupera los valores de las dos producciones anteriores e incorpora otros como la integración familiar, o los factores intelectuales por lo que se le consideró en su momento como innovadora.

En 1976 Televisa y la Universidad Nacional Autónoma de México inician un convenio de colaboración que permite a la televisora consolidar su participación en el campo educativo. "Introducción a la Universidad" fue el primero de los programas realizados a partir de este convenio, otro ejemplo sería el programa "Divulgación Universitaria" que se transmitió a partir de 1977 con el propósito de sustituir las cátedras universitarias suspendidas por una huelga de trabajadores de la UNAM y en el cual participaron 353 maestros universitarios. (CONSET: 1985, p.23)

Los programas con fines educativos continuaron gracias al trabajo conjunto con otras organizaciones como el Centro de Información de Datos Educativos, Fundación Televisa, el Instituto Mexicano de Estudios de la Comunicación y el Centro de Investigaciones de Televisa, además de los acuerdos de colaboración con The Children´s Television Workshop, Fundación Ford y Coca cola Corporation con quienes hizo posible una de las más importantes experiencias educativas de los años setenta: el programa Plaza Sésamo. (CONSET: 1985, p.22)

En 1967 The children´s Television Workshop inició sus actividades en Estados Unidos como un proyecto de investigación que se convirtió, con el paso del tiempo, en una de las mayores productoras de programas de televisión educativa, gracias a su principal producto, Plaza Sésamo. (DGTVE:1999)

Desde sus orígenes Plaza Sésamo se dirigió fundamentalmente a los niños en edad preescolar de la población marginada norteamericana, con el propósito de mejorar su rendimiento escolar, y una vez probado su éxito, la serie se distribuyó por todo el mundo, especialmente entre los países del Tercer Mundo. La primera versión de Plaza Sésamo para Latinoamérica se produjo en México con el financiamiento de la Fundación Ford y la empresa trasnacional Xerox bajo la responsabilidad de The Children´s Televisión Workshop en el año de 1982 (CONSET: 1985, p.25)

La participación conjunta de Televisa con las mencionadas organizaciones permite que dicha televisora reestructure su programación con el fin de mejorar sus contenidos y con las técnicas y experiencias utilizadas en Plaza Sésamo, crea otros programas del mismo corte como "El tesoro del saber".

En la actualidad la televisión comercial tiene poco cuidado de crear programas expresamente para difundir o promover valores, y se van más por el lado del entretenimiento o en el peor de los casos son programas importados de los Estados Unidos. De aquí que la pregunta sea ¿Es posible la educación por televisión?

La educación como un constructo social
La televisión educativa "hace referencia a toda emisión de programas por televisión dirigidos específicamente a potenciar la información, con objeto de mejorar el estándar cultural de la población, y optimizar los niveles educativos de determinados colectivos (escolares, o profesionales). Su eje sustancial es la referencia educativa." (Sánchez, 1995: p.40)

De acuerdo con la definición anterior la televisión educativa está encaminada a potenciar información, mejorar el estándar cultural, y optimizar los niveles bajo la referencia educativa. Sin embargo, parece aventurado pensar que estos fines sean en el sentido estricto, educación, pues el término de referencia educativa parece ambiguo. Para definir la televisión educativa es necesario puntualizar lo que se entiende por educación, pues de no hacerlo se corre el riesgo de caer en un paneducacionismo que afirme que todo acontecimiento, vivencia y experiencia educan y en este sentido si todo educa entonces el objeto de estudio de la educación será todo.

El problema epistemológico planteado en el párrafo anterior encuentra una respuesta en la Teoría de sistemas y más puntualmente en el trabajo del teórico de la comunicación Manuel Martín Serrano1.

Al establecer los diferentes estados posibles que puede adoptar un sistema se puede llagar al conocimiento de los componentes implicados de forma obligatoria u optativa en el mismo, además de distinguir sus diferencias estructurales y funcionales, en dependencias solidarias, causales o específicas que las relacionan.

Para explicar estas relaciones de manera más clara, es útil el modelo de la cebolla en tanto que nos permite ubicar cuáles son los diferentes sistemas y como pueden ser abordados. Esta forma de explicar la realidad parte de un sistema histórico, Referencial, Social, Comunicativo y cognitivo.

Si bien es cierto que en el caso de la educación la polisemia del término hacer pensar que todo educa, también es cierto que el término de televisión educativa se usa indiscriminadamente para mencionar cualquier mensaje capaz de exaltar valores o virtudes humanas, de aquí la necesidad de recurrir a este modelo, pues la educación puede permear a los diferentes sistemas pero sólo se puede ubicar en uno de ellos.

Los sistemas y subsistemas que contempla este modelo son abiertos y por ello son multiafectados, pero la enculturización de la que se habló con anterioridad se ubica en el sistema referencial. La educación es un constructo social pues es parte del sistema social y su práctica depende de una institución que asigna recursos económicos y humanos con un fin determinado. La socialización se ubica en el sistema comunicativo y por último el aprendizaje es parte del sistema cognitivo.

Con la reflexión anterior es posible distinguir dos tipos de televisión: Por un lado aquella que forma parte de un programa educativo avalado por alguna instancia social (relación educación- sistema social), y por otro lado aquella capaz de promover algún tipo de habilidad de manera aislada al sistema educativo nacional o fomenta valores y principios (relación aprendizaje - sistema cognitivo).

En ambos casos puede darse un proceso de enculturización, sin embargo, en el primero será la sociedad la encargada de evaluar y legitimar esos conocimientos adquiridos, mientras que en el segundo caso los conocimientos se dejan al arbitrio de quién los consume y pueden ser aplicados o no durante su vida.

Televisión Educativa yTelevisión para el Aprendizaje:
Una Propuesta para Distinguir a la Televisión con Fines Educativos

Al referirse a la educación, Pitágoras señalaba que educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida. Algo parecido deben pensar aquellas instituciones u organizaciones que se han dado a la tarea fomentar contenidos educativos y reconocen en la tecnología un medio adecuado para ello.

Sin embargo, es pertinente situar a la educación como objeto de estudio definido pues, como se dijo anteriormente, de no hacerlo se cae en el error de pensar que todo es educación y en estos términos, cualquier producto televisivo se puede promover como educativo.

Como se mencionó con anterioridad, el presente trabajo pretende hacer una distinción clara de lo que es la televisión educativa y de aquello que no lo es, para que en esa medida no se espere más de productos comunicativos que no son propiamente educativos, y no se deje en menos a aquellos que apoyan la educación.

Además nos permitirá ubicar en su justo medio el papel de la televisión sin llegar al extremo de concebir el medio como lo hace Javier Esteinou quien ve a la televisión mexicana como "Un cerebro colectivo divorciado de las necesidades del cuerpo social, que nos orienta a pensar en el triple eje cultural del consumo, los aportes y las ideologías del espectáculo y sólo ocasionalmente nos conduce a reflexionar y sentir los problemas centrales de nuestra sociedad". (Trejo, 2003)

Televisión para el aprendizaje
El aprendizaje en una capacidad biológica de los seres vivos que puede ser distinta en cada individuo y depende de la acomodación que se haga de la información nueva en la estructura cognitiva ya sea de manera memorística o significativa. De tal suerte que es posible aprender de cualquier experiencia de vida, y de aquellas que apelan a nuestros sentidos a partir de los medios de comunicación.

Una televisión para el aprendizaje deberá tener presentes los valores y principios que sustentan su cultura y ayudar a promover actitudes y habilidades, aunque estas no sean avaladas por el sistema social.

Televisión educativa
Sin negar la influencia que ejerce la televisión (como medio de comunicación de masas) en el aprendizaje, los efectos que se producen no son necesariamente educativos, pues para ello, son indispensables algunos elementos cardinales. Es decir, siguiendo la explicación de Ochoa (2003, p.3), la televisión educativa debe diseñar programas con una intencionalidad clara y expresa; los planteamientos técnicos deben aparecer supeditados a los didácticos, de ahí que los contenidos y las audiencias aparecen delimitados.

En el caso de la televisión educativa se utilizan medios y materiales complementarios, donde todos los elementos (códigos audiovisuales) se ponen al servicio de la educación-enseñanza-formación. El precio o la rentabilidad han de medirse con parámetros diferentes a los que se utilicen en la televisión comercial. Y los criterios de calidad han de privar sobre criterios de la audiencia.

La Televisión Educativa persigue objetivos muy definidos en el campo educativo, que contribuyen de manera eficaz en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Su interés e intención es básicamente el de educar en un sentido amplio, ofreciendo a través de la televisión una serie de contenidos inmersos en cada uno de los niveles educativos, incorporando además conocimientos, valores y habilidades. (Abrego, 2000 p.10).

Para la propuesta del presente texto, la definición anterior es útil para identificar lo que es la televisión educativa, pero quizás faltará agregar en esta cita que la existencia de un currículum que sustente los contenidos y la validación social en este proceso de enseñanza- aprendizaje es lo que le da el carácter de educativo a la televisión.

Al cuestionamiento sobre si ¿es posible la educación a través de un medio como la televisión?, Se puede afirmar que sí es posible, y hacerlo traerá consigo innumerables ventajas sobre todo para los sectores más marginados.

Sin embargo, hay quienes consideran que la educación sólo es posible en la escuela tradicional, en la cual se imparte el discurso verbal hegemónicamente sobre cualquier otro instrumento de lenguaje, y la riqueza de la labor docente estriba en mirar a sus alumnos, percibir y reconocer a quiénes se está educando.

Quizás las bondades de la educación presencial no sean sustituidas jamás por ningún medio, pero hay que reconocer el enorme impacto de los medios tecnológicos en la educación, no se trata de cambiar ante la necesidad de la eficientización de los tiempos, sino tomar en cuenta que la labor educativa puede llegar a más gente y de distintas formas a partir del lenguaje verbo audiovisual.

Es labor de quién participa en esta tarea tener en cuenta que la educación no es el medio sino el fin, y que un programa que promueva la educación o el aprendizaje, deberá reflexionar sobre las necesidades educativas con un fin social.

La labor de educar o promover el aprendizaje a partir de los medios es un reto constante. En el primer caso, la televisión educativa debe tener presente que es sólo una parte de un programa educativo más amplio, que responde a un currículum y esta validado socialmente. Mientras que en el caso de aquellos programas que apelan al aprendizaje, se deben tomar en cuenta infinidad de factores tales como: la edad del público al que van dirigidos, las habilidades, conocimientos y destrezas propias de esta edad, su nacionalidad, su cultura y su contexto o realidad inmediata, y con todos estos factores proponer programas que diviertan, propicien el aprendizaje y sean de calidad.

En ambos casos, se deben ofrecer los elementos necesarios para adoptar una postura ante la vida, de tal modo que quien sea educado o aprenda a partir de los medios tenga la capacidad de seleccionar de toda la gama de posibilidades existentes, aquellas que lejos de situarlo en la dinámica del mundo actual le de la posibilidad de elevar su espíritu a partir de la reflexión y el conocimiento y ¿ por qué no? creer en las utopías.



4. RESUMEN

Existe un vínculo indisociable entre educación y comunicación, en donde esta última no es sólo el medio para transmitir señales, también implica la acción misma de poner en común.
Tanto la educación como la comunicación han estado presentes a lo largo del desarrollo humano, sin embargo, de manera paradójica, no se ha ubicado claramente el objeto de estudio de ambas disciplinas y se cae en el error común de pensarlas insertas en todo.

La comunicación educativa revalora la relación entre comunicación y educación, e incorpora la tecnología en los procesos de enseñanza y aprendizaje como el caso de la televisión.

La televisión educativa tiene sus orígenes antes del surgimiento de la televisión, y se caracteriza por perseguir fines de enseñanza formal y no formal, sin embargo, los diferentes tipos de contenidos hacen pensar en la necesidad de establecer qué es claramente la televisión educativa y que contenidos son educativos y cuales no.

La televisión educativa desde una visión sistémica y comunicativa es más un constructo social que cognitivo, es decir, le corresponde a la sociedad, a través de distintas instancias, validar y legitimar la educación que se imparte a través de este medio.

Si como dice Pitágoras educar es templar el alma para las dificultades de la vida, entonces seguramente se podrán encontrar ejemplos afortunados al respecto en la televisión educativa tanto gubernamental como privada. Sin embargo, queda a discusión el término, pues en alguna manera los programas de corte educativo que no cuenten con una certificación o validación institucional también generan aprendizaje.

Para resolver esta distinción entre un tipo de televisión formal que se sujeta a un plan educativo y se legitime socialmente, de aquel otro que, si bien genera aprendizaje, no es reconocido socialmente, el presente texto ubica por un lado a la Televisión Educativa y por el otro a una Televisión para el Aprendizaje, que puede estar sujeto a un plan pedagógico y transmitir valores, conocimientos y habilidades, pero no estar reconocido socialmente.

Una vez hecha esta distinción, la encrucijada no se centra ya en el término de lo que es Televisión Educativa y lo que no lo es, queda ahora abierta la reflexión para clarificar si la Televisión como medio de difusión, posibilita la educación aún sin la riqueza comunicativa que supone la educación presencial tradicional.

La televisión es un medio de comunicación y lo educativo lo determinan los fines que persigue. La apuesta sería una Televisión que ofrezca una amplia gama de posibilidades encaminadas a elevar el espíritu, y que sea igualmente significativa para aquél que recibe certificación o reconocimiento oficial por este tipo de aprendizaje, como para quién sólo aprende de los contenidos. Es posible educar a partir de los medios de comunicación, pero también es posible aprender.


Notas:

1 El autor refiere en diferentes textos la mediación social y la teoría de sistemas, existen textos inéditos que se generaron a propósito de su visita a la Universidad Nacional Autónoma de México Campus Acatlán.


Referencias:

Documentales :

- Abrego, S.R. (2000). El guión para televisión educativa formal. El caso de telesecundaria. Tesis de Licenciatura no publicada. Universidad Nacional Autónoma de México. Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán. México.
- Byrd, O.A. (2000). La UNAM frente a la educación con tecnología. Reencuentro. Análisis de problemas universitarios, (35), 24-37.
- Cuadernos del Colegio de Educación y Comunicación. Caracterización de la Comunicación Educativa (Segunda parte) La comunicación educativa como práctica social. Torres. H. Noviembre 1998. Número 3, Volumen 1, Año 2.
- Diccionario de las Ciencias de la Educación. (1987) Vol II Santillana. México: Ed. Nuevas Técnicas Educativas, S.A.
- La Segmentación Televisiva. Investigación de carácter Exploratotio, documental sobre experiencias en mercadotecnia televisiva. Eduardo Ochoa WWW. Monografías. Com /ochoa /htlm. 27 sept 2003.
- La televisión educativa y cultural en la escena internacional. <http://dgtve.sep.gob.mx/tve/index.htm>
- López, T. C. (1995). Propuesta metodológica para la producción de materiales de enseñanza por computadora. Tesis de Licenciatura no publicada. Universidad Nacional Autónoma de México. Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán. México.
- Martín. M. (1993). Teoría de la Comunicación. 2ª ed. México: Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán.
- Torres. H. Razón y Palabra. Caracterización de la Comunicación Educativa (Primera parte). Número 13, Año 4, Enero - Marzo 1999. Fecha de consulta: 1° de septiembre de 2003.
- Salgado, M.I. (1999). EDUSAT (Red satelital de televisión educativa)
<http://dbtve.gob.mx. Sept. 2003>.
- Serie comunicación: Educación y tecnología la televisión educativa en México. (1985) México: Consejo del Sistema Nacional de Educación Tecnológica.
- Sierra, F (2000). Introducción a la teoría de la comunicación educativa . España: Ed.MAD.
- Trejo, D.R. (2001 ) Espacios del Silencio: La Televisión Mexicana
WWW. Monografías. Com /ochoa /htlm. 27 sept 2003.


Adriana Chávez Castro
Estudiante de la Licenciatura en Comunicación. UNAM- ENEP Acatlán, Estado de México, México