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Por Elizabeth Robles
Número 35
"In
the beginning there was culture. Not markets, nor economic growth,
nor profits; not experts, nor civil societies, nor global environmental
problems; not development nor globalization. In the beginning there
was culture, and in the end - hopefully- culture remains."
(Jean Bertrand Aristide, 1997).
Los
efectos de la globalización ofrecen perspectivas útiles
por las cuales se puede evaluar el impacto de la cultura en el desarrollo
nacional e internacional. La globalización no sólo
aumenta la sensibilidad hacia las diferencias, sino también
hacia las interdependencias (Shanker, 1998). La tecnología
une al mundo de muchas maneras. El dinero, las ideas, la información,
el conocimiento y las imágenes se mueven a través
del mundo casi instantáneamente. Cada momento en la historia
y la complejidad de la vida social se abren a una pluralidad de
interpretaciones que suceden dentro de distintas trayectorias. Esta
diversidad prueba la resiliencia de la sociedad. La cultura cambia
en respuesta a las estrategias de la gente para adaptarse. El propósito
de esta ponencia es exponer el concepto de la cultura y su rol en
la era tecnológica, y examinar su relevancia en el desarrollo
económico y social del mundo.
La tecnología, como parte del ambiente humano, está
siempre ligada a la cultura. Esta no solo incluye métodos
de sobrevivencia y de producción, sino también la
creación del lenguaje, de los sonidos, del arte, etc. Su
naturaleza es ambivalente, pues acelera la transferencia de información
y de conocimiento, y crea nuevas preocupaciones y problemas como
lo son la amenaza de las armas nucleares, la erosión del
ambiente y el uso de los "clones." Los medios de comunicación
en masa y la computadora, unen al mundo a través de sus redes,
pero eliminan lo que es específico y retan la sobrevivencia
de las culturas que son el corazón de todas las sociedades.
Cultura
Durante las pasadas décadas cambios económicos, tecnológicos
y socio-políticos han transformado las culturas del mundo.
El mundo ha ido cambiando gradualmente sus actitudes sobre la educación,
el matrimonio, el divorcio, el aborto, la homosexualidad, sus creencias
y prácticas religiosas, los issues que causan conflicto político
y los incentivos que motivan a la gente a trabajar. Aunque las culturas
cambian en respuesta al ambiente, éstas a su vez transforman
el ambiente a su alrededor. Los efectos de la globalización
ofrecen perspectivas útiles por las cuales se puede evaluar
el impacto de la cultura en el desarrollo nacional e internacional.
La globalización no sólo aumenta la sensibilidad hacia
las diferencias, sino también hacia las interdependencias
(Shanker, 1998).
La cultura abarca símbolos, significados, valores, instituciones,
conductas y todos sus derivados, que caracterizan a una población
humana identificándola y distinguiéndola de las demás.
La palabra cultura lleva consigo su propio peso de asociaciones
en lenguajes y tradiciones diferentes. Las culturas poseen:
-
Un sistema de valores significativos (que le dan significado a
la existencia en su totalidad) y normativos (que proveen reglas
de conducta de cómo vivir la vida);
- una
base compartida (territorio común, historia, lenguaje,
raza o antepasados), que identifica a la gente como miembro de
un grupo; y
- la
voluntad o decisión de ser identificado primeramente como
miembro de esa comunidad (Shanker, 1998).
Por lo tanto, la cultura suple identidad, provee un sistema de significados
y asigna un lugar a sus miembros en el esquema total de las cosas.
Lo importante no es entender lo que es la cultura sino cómo
las personas usan el término en el discurso contemporáneo.
La cultura es una forma de vida como también lo es el contenido
de las bibliotecas, de los museos, de los códigos de conducta
religiosos y morales, etc. y se ha convertido en un término
que describe la vida social de los individuos. Esta provee: lentes
de percepción y cognición (cómo las personas
perciben su mundo); motivos para la conducta humana; criterios de
evaluación (bueno/malo, feo/bonito, terrorista/defensor de
la libertad); bases de identidad (religión, etnia); modos
de comunicación (lenguaje, arte e ideas); bases de estratificación
(clase, rango, género); y sistemas de producción y
consumo (Mazrui, 1990).
De acuerdo a Wild (1999) hay un consenso claro de que la cultura
tiene que tener una influencia definitiva y bien fuerte en el diseño
y el uso de la información, en los sistemas de comunicación
y de aprendizaje, así como en su manejo, aunque no haya investigaciones
identificables en estas áreas. En todas las áreas
de la actividad humana, la conducta de las personas está
afectada por los valores y actitudes que tienen y las normas que
los rodean. Cuando los valores están ampliamente compartidos
por un grupo de personas, éstas están provistas de
mecanismos comunes por los cuales pueden entender e interpretar
su mundo.
La cultura es más que una abstracción, consiste también
de un sistema de símbolos distintivos junto con artefactos
que capturan y codifican las experiencias importantes y comunes
de un grupo. Significados simbólicos distintivos e importantes
y valores se desarrollan alrededor de la información, de
su uso y de su estructuración en cualquier grupo cultural.
Cuando el acto de diseño estructural traslada la información
en productos o artefactos de aprendizaje, ese artefacto incorpora
influencias culturales como el punto de vista del diseñador
instruccional, sus valores, ideologías, cultura, clase social
y género y su compromiso con un paradigma en particular.
Todos estos factores culturales que interactúan tienen una
importancia particular para la difusión y la eficacia en
el uso de la información, la comunicación y los sistemas
de aprendizaje como la "web" o red electrónica,
y los productos y materiales de aprendizaje provistos en esos sistemas
(Wild, 1999).
Aunque los pensadores económicos creen que han construido
modelos de mercados libres de valores, sus ideas fueron formadas
por sus propias condiciones sociales y culturales. La mayoría
de las personas a través del mundo se aferran a sus valores
anclados en sus sistemas culturales. Por eso, es esencial mirar
de cerca el rol que juegan esos valores en el desarrollo económico
y tecnológico de los países del mundo. Una estrategia
de desarrollo sólida requiere un examen crítico de
los valores a la luz de las necesidades humanas modernas, que lleve
a la formulación de metas para un desarrollo que sea apropiado
a las personas en cuestión. Lo importante es definir esas
metas considerando cómo las fortalezas de esa cultura, visibles
o latentes, se pueden explotar para lograr esas metas.
El desarrollo humano completo es imposible si sus valores esenciales
son excluídos. Los logros económicos, políticos,
técnicos y culturales no agotan los triunfos creativos de
los cuales los seres humanos son capaces. Antes se creía
que las diferencias culturales se desvanecerían con la embestida
de la modernización. Pero la globalización ha sido
acompañada del resurgimiento de las tradiciones culturales
locales y de la creciente comprensión de que hay algo más
para las sociedades y la conducta humana que la tecnología
y la economía. Las culturas locales juegan un papel importante
en guiar la acción humana y en mantener unida a la sociedad.
A pesar de la globalización, las compañías
que utilizan el comercio electrónico no pueden ignorar la
cultura, las costumbres y el sistema social del país donde
está expandiendo su negocio. La localización del comercio
electrónico envuelve no solo la traducción del lenguaje
sino también la adopción de las culturas locales de
los sistemas sociales (Casey, 2001). Meshkati (2002) concluye en
su estudio de transferencia de tecnología, que las teorías
y modelos de análisis de la conducta que se desarrollan en
un país reflejan las características de ese país
y puede que no se puedan aplicar completamente a otros países.
Por lo tanto, una organización que transfiere tecnología
a un país con una cultura diferente debe intentar adaptarse
completamente a las dimensiones culturales del país anfitrión.
El desarrollo es un proceso continuo que incluye a la tecnología
y ninguna cultura, sociedad e individuo están exentas de
éste. Ese desarrollo es un proceso recíproco que involucra
a todos y que obliga a las culturas a transformarse y a la vez hace
que los sistemas de valores se prueben y que la gente del mundo
enriquezca sus puntos de vista. Las personas necesitan la cultura.
Ser capaces de decidir juntos cómo vamos a vivir colectivamente
en el sentido más amplio, qué vamos a valorar y qué
vamos a creer, qué sentido le vamos a dar a nuestra vida
cotidiana. Los discursos sobre la cultura y la modernidad sugieren
que los términos culturales de modernidad no son fijos, sino
que están abiertos a cambios y a retos. Las culturas locales
ciertamente se van a transformar y se van a beneficiar de las culturas
del mundo pero lo harán bajo diferentes condiciones que apenas
estamos comenzando a comprender.
Tecnología
La tecnología, como parte del ambiente humano, está
siempre ligada a la cultura. Esta no solo incluye métodos
de sobrevivencia y de producción, sino también la
creación del lenguaje, de los sonidos, del arte, etc. Su
naturaleza es ambivalente, pues acelera la transferencia de información
y de conocimiento, y crea nuevas preocupaciones y problemas como
lo son la amenaza de las armas nucleares, la erosión del
ambiente y el uso de los "clones" (Atkinson, 1999).
Los medios de comunicación en masa y la computadora, unen
al mundo a través de sus redes, pero eliminan lo que es específico
y retan la sobrevivencia de las culturas que son el corazón
de todas las sociedades. El mundo está unido de muchas maneras
a través de la tecnología. El dinero, las ideas, la
información, el conocimiento y las imágenes se mueven
a través del mundo casi instantáneamente. La transferencia
de la tecnología se ha acelerado por el uso de las computadoras
y de los satélites. Cada momento en la historia y la complejidad
de la vida social se abren a una pluralidad de interpretaciones
que suceden dentro de distintas trayectorias. Esta diversidad prueba
la resiliencia de la sociedad. La sociedad se transforma y se adapta
a los cambios en la tecnología. La tecnología es conocimiento
aplicado socialmente y los valores y las creencias de esa sociedad
son los que influyen en los efectos de esa tecnología (Westby
& Atencio, 2002).
La historia de la tecnología refleja la historia de la humanidad
y revela una relación profunda entre incentivos y oportunidades,
y condiciones socioculturales. Para cualquier desarrollo tecnológico
tiene que haber un envolvimiento social: recursos, necesidades y
un etos solidario (carácter común a un grupo de individuos
que pertenecen a una misma sociedad).
El desarrollo económico exige aumento en la producción
y esto requiere tecnología científica. De acuerdo
a Shanker (1998), la ciencia y la tecnología son la base
del poder, la clave de la prosperidad, simultáneamente son
un instrumento culturalmente poderoso que disuelve no solo la resistencia
física sino las actitudes de vida. La preocupación
mayor de nuestros ancestros era sobrevivir y tener albergue. Esa
preocupación permea hoy en día, sea en el Caribe o
sea en Africa. Desde esos tiempos inmemoriables hemos adaptado innumerables
tecnologías. La diferencia hoy día es la forma acelerada
que estamos manufacturando conocimiento, y el impacto creciente
que tiene esto en las personas y en las familias (Hughes & Hans,
2001).
La tecnología y su interacción con otros sistemas
técnicos y con factores económicos, sociales y ecológicos
se ha convertido tan compleja y tan interrelacionada entre sí,
que las compañías, industrias y naciones tienen que
cooperar en muchos aspectos. Las compañías internacionales
han aprendido que la cooperación es un elemento importante
en el sistema competitivo. Alianzas, sociedades y colaboraciones,
todas requieren supuestos compartidos y la habilidad de comunicarse,
aunque cada cual persiga agendas diferentes (Pretzer, 1997).
En el sistema global donde las distintas culturas y lenguajes separan
al mundo, la tecnología es un elemento cohesivo poderoso
que las une. Como la tecnología es un sistema de símbolos
potente, es potencialmente una forma de comunicación efectiva.
Personas que no pueden hablar el lenguaje de otras personas, pueden
intercambiar, entender y aprender de los sistemas y diseños
tecnológicos de otros. El enfocarse en la competitividad
nacional o individual no va a conducir, a largo plazo, a motivar
el aprendizaje y a promover logros. Tampoco la competencia es un
marco de referencia efectivo para trabajar con personas de distintos
países donde los issues de: escalas apropiadas, tecnologías
ambientales no invasivas, y la colaboración con las culturas
oriundas y las tradiciones tecnológicas son mucho más
pertinentes que consideraciones de comercio internacional (Pretzer,
1997).
La tecnología tiene un beneficio genérico de resolver
los problemas de la era moderna. Esto implica que puede resolver
cualquier tipo de problemas cuando no es así. La tecnología
per se no puede resolver problemas como la guerra, el racismo y
el hambre. Algunas veces se piensa que la tecnología nos
guía directamente hacia beneficios humanos. Se confunde el
progreso tecnológico con el progreso humano (Postman, 1992).
Esas técnicas de solución de problemas usando la tecnología
muchas veces ignoran la cultura, la política, la economía
y lo irracional. Al concentrarse en resolver el problema, se desenfatiza
en las interacciones humanas y en los procesos sociales de definir
los deseos y las necesidades y promocionan la idea de que la tecnología
nos lleva directamente a mejorar a la humanidad.
El conocimiento tecnológico en sí no es suficiente,
lo que es crítico son las metas, los valores y los principios
para los cuales el conocimiento es usado. Hay que reconocer que
sin humanidad y sin valores no puede haber aprendizaje verdadero
ni desarrollo de la sabiduría (Goleman, 1995). La meta final
de la educación tiene que ser una sociedad más justa,
equitativa y participatoria, no una sociedad de individuos más
proficientes técnicamente. Hay que promover la capacidad
de las personas de ser seres pensantes, que sean capaces de criticar
y de retar, de crear y de superar. La enseñanza de la tecnología
debe centrarse en el amor por los seres humanos y no meramente en
el esfuerzo de extender las habilidades humanas y su dominio sobre
la naturaleza. Esta debe desarrollar modos de pensar que apoyen
la justicia entre las personas, el respeto hacia el ambiente y promuevan
el bien común (Pretzer, 1997).
Conclusiones
Cada día la tecnología demanda más de nuestro
tiempo y de nuestras prioridades, distorsionando las relaciones
de nuestro mundo (Westby & Atencio, 2002). La sociedad aprecia
los beneficios de la tecnología de "Internet (mejores
servicios de salud, acceso rápido a la información,
oportunidades de entretenimiento, sistemas de información
para personas con impedimento) pero se preocupa por el lado negativo
potencial de la tecnología (pérdida de privacidad,
pérdida en destrezas de comunicación interpersonal
y páginas electrónicas que promueven la intolerancia
y la violencia). En esta era de las computadoras, Westby y Atencio
(2002) explican que tanto los terapistas, como los educadores y
los padres, tienen que entender que las computadoras son endémicas
en la cultura de los niños. La tarea es mantenerse a tono
con las necesidades de los niños y acoger las actividades
mediadas por la computadora como un medio relevante de transmisión
cultural cuando sea apropiado.
Hoy día el uso de las computadoras está creando nuevos
valores y nuevo lenguaje (Hughes & Hans, 2001). El lenguaje
técnico de las computadoras cambia nuestro argot o vocabulario
rutinario. Ya no conversamos sino que "chateamos," no
imprimimos sino que "printeamos," ya no enviamos documentos
por medio de facsímiles sino que "faxeamos." Además,
existe un "grillete" del siglo veintiuno llamado el teléfono
celular. Ya no se corteja a la usanza de siglos anteriores sino
que se corteja por la "internet." Navegamos sin mojarnos
con el uso de la misma. ¿Cómo cambia ésto nuestra
cultura y nuestra forma de ver y analizar las cosas? Nuestras próximas
generaciones podrán sumar y restar sin necesidad de una calculadora
o computadora? Ya no tendremos que usar los dedos de las manos para
aprender a sumar y restar como cuando éramos niños?
¿Nuestras culturas cambiarán radicalmente? ¿Oiremos
la misma música, la salsa o el son cubano? ¿Inventaremos
nuevos intrumentos, o solo se oirán los digitalizados? ¿Dejaremos
de sembrar en la tierra? ¿Continuarán las guerras
biológicas y las armas nucleares? Solo el tiempo responderá
estas preguntas.
Postman (1992) exponía que una vez que la tecnología
era admitida a una cultura, hace lo que se supone fue diseñada
para hacer y que nuestra tarea es entender cual diseño es
ese; que cuando admitamos una nueva tecnología a la cultura,
lo hagamos con los ojos bien abiertos. Por tanto, hay que crear
consciencia de que el uso de la tecnología tiene que ser
en bien de la humanidad y en la conservación de nuestra cultura
y de nuestros valores, no importa el país que sea. Tenemos
que conservar la ética, aunque no nos veamos por la "internet."
Necesitamos conservar, preservar y defender la paz, aunque no tengamos
fronteras comunes; seamos países desarrollados o menos desarrollados
y respetar esas diferencias. Tenemos que usar la tecnología
a nuestro favor para preservarla. No empece a la tecnología,
nuestras culturas sobrevivirán pues la cultura vino primero.
Referencias:
Atkinson,
P. (1999). Technology making it worse. <http://www.ourcivilisation.com/sings/chap7.htm>
Casey, J. (2001). New technologies and culture. Social Alternatives,
20. (1), 29-33.
Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence. New York: Bantam Books.
Meshkati, N. (2002). Magroergonomics and aviation safety: The importance
of cultural factors in technology transfer. In Hendrick, H.W. (Ed);
Kleiner, B.M.(Ed). Macroergonomics: Theory, methods, and applications.
Human factors and ergonomics. Mahwah, NJ, US: Lawrence Erlbaum
Associates, Publishers. Pp.323-330.
Hughes Jr., R. & Hans, J.D. (2001). Computers, the internet,
and families: A review of the role new technology plays in family
life. Journal of Family Issues, 22. (6), 778- 788.
Postman, N. (1992). Technology: The surrender of culture to technology.
New York: Alfred A. Knopf.
Pretzer, W.S. (1997). Technology education and the search for truth,
beauty and love. Journal of Technology Education, 8. (2).
<http://scholar.lib.vt.edu/ejournals/JTE/v8n2/pretzer.jte-v8n2.html>.
Shanker,
R. (1998). Culture and development. International Development Information
Centre. Development Express. Canada Communication Group.
Westby,
C. & Atencio, D.J. (2002). Computers, culture, and learning.
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Wild,
M. (1999). Culture and new technologies. British Journal of Educational
Technology, 30. (3), 195-199..
Dra.
Elizabeth Robles
Universidad de Puerto Rico. |