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Causas Comunes

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Por Dorismilda Flores Márquez

 

“¿Qué estás haciendo?” es la pregunta básica que plantea Twitter a sus millones de usuarios en el mundo. Las respuestas, sin embargo, rebasan la pregunta. Si jugamos una especie de Jeoppardy con Twitter o, lo que es lo mismo, si partimos de las respuestas para intuir las preguntas, nos encontraremos los típicos enunciados de no más de 140 caracteres, respondiendo no sólo qué se está haciendo, sino también qué se está pensando, en qué lugar y con quiénes se está, qué se pretende hacer, qué noticia o actividad o video resultan recomendables y mucho más.

Los usuarios de Twitter tenemos ciertas redes que pueden visibilizarse a través de los seguidores, los que nos siguen y los que seguimos — además de las redes superpuestas que se producen cuando sincronizamos Twitter con Facebook, blogs, Messenger y más —; pero hay otro tipo de redes menos definidas, pero más amplias, en torno a causas comunes. Desde #anadieleimporta [1] y #FollowFriday [2] hasta #FreeMediaVe [3] , #Honduras [4] y #iranelection [5] , pasando por #TQV [6] , #votoMx [7] , #votonulo [8] e #IAMCR [9] , los usuarios suelen aportar información y opiniones a la discusión deslocalizada y relocalizada a través de hashtags o etiquetas. Lo que este recurso deja ver es una búsqueda de llevar la conversación hacia los interesados en determinados temas.

De acuerdo con un estudio reciente hecho por Reinhardt, Ebner, Beham y Costa (2009), los usuarios suelen emplear Twitter durante los congresos para — en ese orden — compartir recursos, comunicarse con los otros, establecer presencia en línea, tomar notas, participar en discusiones y hacer preguntas. Las razones para el uso de Twitter son diversas, pero todas tienen que ver con lo colectivo: el sentido de comunidad que se produce, la motivación de la participación, la posibilidad de llevar conversaciones paralelas más profundas, la conexión con gente con intereses similares. Algo importante es que en estas conversaciones en Twitter participan tanto algunos de los que se encuentran físicamente presentes en el congreso en cuestión, como otros que intervienen en las discusiones en línea, a pesar de encontrarse físicamente distantes.

Las aportaciones de Reinhardt y sus compañeros pueden ser llevadas más allá del uso de Twitter en conferencias, para pensar el papel de las etiquetas como forma de participación, conexión con gente a la que le interesa lo mismo y encontrarse en un sentido de comunidad.

Las implicaciones de esta construcción de redes tan móviles como afines y tan espontáneas como fugaces son muchas, son dignas de un análisis más profundo y seguramente presentarán diferencias entre ellas.

Pero lo que, a ojo de pájaro, permite ver es, en primer lugar, la complejización de las redes virtuales. Si entendemos por red como un conjunto de nodos interconectados y visualizamos a cada individuo como nodo con enlaces sociales en distintas direcciones de la estructura social (Castells, 2001; Rheingold, 2004; Adler-Lomnitz, 2001), podemos pensar la telaraña de relaciones en que cada sujeto se mueve. Obviamente, no todas estas relaciones son del mismo espesor y, por distintos motivos, no suelen ser para siempre; pero esas redes superpuestas, con sus complejidades, dicen mucho de nuestra vida social contemporánea.

En segundo lugar, las causas comunes que en localidades geográficas solían materializarse principalmente en la calle — en marchas, mantas, graffitis y otras formas de intervención en el espacio urbano —, se vuelven globales con gran facilidad cuando la comunicación de éstas se realiza en Internet y encuentran sujetos afines a ellas. En 1994, todos fuimos Marcos; pero también hubo manifestaciones de unidad y solidaridad frente a los atentados a las Torres Gemelas en EU en 2001 y en Atocha en España en 2004; lo mismo en el estira y afloja, patrocinado por el IFE, entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador; en 2008, las redes fueron fundamentales para el “yes, we can” de Obama en EU; y en 2009, de algún modo, todos somos Irán, Honduras, Venezuela y lo que se acumule. La posibilidad de situar temas complejos en la agenda global ha sido empleada — a veces hasta sin que los usuarios sean plenamente conscientes de ello — y es evidente que, desde plataformas en apariencia inocuas, se hace valer el derecho a la comunicación al tomar la palabra pública.

Finalmente, estas dinámicas permiten ver también lo que no está. Hay vida más allá de las redes sociales mediadas, muchos usuarios de Internet no participan en redes como Twitter o Facebook, pero además muchos seres humanos no tienen acceso a Internet por diversas razones… y los problemas sociales, visibilizados en gran cantidad de #CausasComunes, de todos modos existen, a la vez que las discusiones en torno a ellas rebasan las redes mediadas. Hay en esto un asunto de fondo, si bien la comunicación es, siguiendo a Michel de Certeau (1995), una acción simbólica de toma del poder, hay una serie de asuntos que la sola comunicación — con todo lo que implica, que es mucho — no resuelve: comunicar nos lleva a compartir, discutir, organizarnos, ser conscientes, ser visibles; pero este ejercicio en sí mismo no da concesiones a radios comunitarias en México, no revierte la represión en Venezuela y tampoco resucita muertos en Honduras e Irán, es decir, no soluciona de fondo los problemas políticos, sociales, económicos, culturales o tecnológicos.

¿En qué punto se conecta, entonces, la acción de comunicar con las otras acciones políticas en las causas comunes globales? ¿Ustedes qué creen?

 

 

 

 

Referencias

 

Adler-Lomnitz, L. (2001). Redes sociales, cultura y poder. Ensayos de antropología latinoamericana. México: Porrúa.

Castells, M. (2001). La era de la información: Economía, sociedad y cultura. Volumen I: La sociedad red. México: Siglo Veintiuno Editores.

De Certeau, M. (1995). La toma de la palabra y otros escritos políticos. México: UIA, ITESO.

Reinhardt, W., M. Ebner, G. Beham, C. Costa (2009). How people are using Twitter during conferences. 5th EduMedia Conference. Salzburg. Recuperado el 25 de Julio de 2009 de http://lamp.tu-graz.ac.at/~i203/ebner/publication/09_edumedia.pdf

Rheingold, H. (2004). Multitudes inteligentes. La próxima revolución social. Barcelona: Gedisa.

 



[1] Etiqueta destinada a lo aparentemente irrelevante. Puede verse en: http://twitter.com/#search?q=%23anadieleimporta

[2] Con tal etiqueta, los twitteros recomiendasn a qué otros twitteros seguir. Puede verse en: http://twitter.com/#search?q=%23followfriday y http://twitter.com/#search?q=%23ff

[3] Identifica la discusión sobre el descontento frente al cierre de 34 estaciones de radio en Venezuela, por orden gubernamental, el 2 de agosto de este año. Puede verse en: http://twitter.com/#search?q=freemediave

[4] Etiqueta empleada en los twitts que buscan documentar la situación política en Honduras, tras el golpe de Estado en junio pasado. Puede verse en: http://twitter.com/#search?q=honduras

[5] Concentra la discusión sobre la situación política, tras las elecciones el 12 de junio del presente año. Puede verse en: http://twitter.com/#search?q=%23iranelection

[6] Esta etiqueta que se emplea para las conversaciones acerca de Tequila Valley, la comunidad web de México. Puede verse en: http://twitter.com/#search?q=%23TQV

[7] Con esta etiqueta se identificaron las aportaciones de información y la discusión sobre las recientes elecciones en México. Puede verse en: http://twitter.com/#search?q=votomx

[8] El movimiento anulista en México se identificó con esta etiqueta. Puede verse en: http://twitter.com/#search?q=votonulo

[9] Tal etiqueta fue empleada para agrupar las discusiones paralelas, durante la IAMCR Conference 2009, realizada en julio en la Ciudad de México. Puede verse en: http://twitter.com/#search?q=votonulo

 


    Flores Márquez, Dorismilda

  Colegio de Estudios Sociales de Aguascalientes AC, México

dorixfm@gmail.com , http://dorisfm.wordpress.com


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